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jueves, 31 de marzo de 2011

Daños colaterales

La "injerencia humanitaria" que la ONU decidió para Libia y que la OTAN hoy lidera comienza a entrar en una fase donde el desenlace es cada vez más incierto.
Así se ha echado combustible a otro conflicto bélico en el mundo cuando la intención parecía ser otra, es decir proteger la población civil de los ataques aéreos indiscriminados contra los habitantes de la ciudad Bengasi, donde empezó todo, y evitar una guerra civil.
Esta estrategia no parece ser una tarea fácil ni exenta de daños colaterales como muchos lo pronosticaban, ya que puede tener consecuencias impredecibles para Libia y la región. Por un lado porque Gadafi tiene apoyo entre una buena parte de los habitantes del país,  y el respaldo de un ejército que todavía es leal a  su líder por la simple razón que la mayoría de los oficiales pertenecen a la tribu de Gadafi. Y por otro, porque esa oposición - los rebeldes- está compuesta por grupos heterogéneos que apenas cuenta con líderes políticos de jerarquía. O de jefes militares que logren organizar debidamente a los voluntarios que no disponen ni de armas ni de entrenamiento militar para una confrontación bélica importante. Solo cuentan con el titubeante apoyo aéreo de la OTAN. Hasta ahora han logrado hacerse de algunas ciudades, pero apenas los aviones de la Alianza desaparecen del cielo vuelven a perder el terreno ganado y huyen despavoridos.

Gadafi ha sido un dictador con un perfil fuerte, exótico y controvertido, a veces payasesco y cruel con sus enemigos,  pero logró entablar acuerdos políticos con las tribus y los clanes que habían sostenido hasta ahora la estructura política y social del país*. No precisó de genocidios para tejer una resistente trama de alianzas con los líderes de esos clanes para mantenerse en el poder. Hasta que algunos de estos líderes locales decidieron rebelarse aprovechando la onda expansiva de las rebeliones de Egipto, Túnez y otros países árabes vecinos. Se habla de miles de muertos a manos de las tropas libias cuando las protestas pacíficas se iniciaron en Bengazi. Lo cual fue el motivo para la intervención internacional. Sin embargo el foreign office británico reveló hoy que sólo han perdido la vida unas 1000 personas hasta ahora en el conflicto libio.
Algunos de aquéllos líderes de las tribus y clanes  le han dado hoy la espalda a Gadafi porque después de cuarenta años quieren más participación en el poder, y más recursos económicos que el petróleo origina y que hasta ahora sólo Gadafi controlaba y repartía según su propio criterio. Durante cuatro décadas logró mantener ese equilibrio entre las tribus, y de ser acusado por instigar al terrorismo por el atentado a un avión de Pan Am que cayó en Lockerbie, Escocia, pasó a ser uno de los líderes árabes más mimados, junto a Mubarak, por Occidente. Su condición de dictador no le preocupó ni a los gobiernos de Francia, España o Italia, ni a los de EEUU en los últimos años,  a la hora de hacer negocios o acuerdos para detener el avance de Al Quaeda o la inmigración ilegal. Al contrario, le compraban el petróleo y le vendían armas, las mismas que hoy destruyen los aviones franceses o británicos. Berlusconi lo invitó a una conferencia del G20 en 2009, y el propio Gadafi recibió a muchos líderes europeos en su famosa tienda, la jaima de campo, donde habitualmente dirigía los asuntos de gobierno. El otro día en Londres el mensaje era otro: "Muamar el Gadafi y su régimen han perdido completamente su legitimidad y tendrán que rendir cuentas por sus acciones" reza el comunicado final.

Los líderes latinoamericanos por distintas razones han mostrado mayoritariamente su rechazo o sus dudas a la decisión de "injerencia humanitaria" de la OTAN en nombre de la ONU, ya que los bombardeos no han sido hasta ahora solo para neutralizar a los aviones de Gadafi como estaba previsto por la resolución 1973, sino que se han usado para bombardear las baterías o blindados gadafistas y apoyar así el avance de los rebeldes. Los aviones libios permanecen en sus hangares o están destruidos. Y esos bombardeos aliados también han causado víctimas civiles a pesar de las promesas de que no habría daños colaterales, es decir víctimas civiles. El Vaticano acaba de denunciar la muerte de 40 civiles en Trípoli.
La neutral Suecia también se ha sumado a la cruzada contra Gadafi y enviará ocho aviones de caza para vigilar las zonas de exclusión aérea aunque no atacarían posiciones terrestres o marítimas. Falta solo el visto bueno del parlamento sueco- que está descontado porque la mayoría está de acuerdo, incluso el Partido de Izquierda  votará a favor. El único que se opone es el ultraderechista Partido de los Demócratas Suecos.
Por otro lado el presidente de EEUU Barack Obama, a insinuado que su gobierno está considerando entregarle armas a los rebeldes, aunque hay información contradictoria sobre este asunto. Un desliz de la administración Obama que ahora se quiere tapar?
Una vez más la teoría de que la democracia y la libertad se pueden conquistar interviniendo desde afuera, con la excusa de que debe protegerse a la población civil u otro argumento parecido, demuestra el cinismo de las potencias occidentales cuando por un lado hacen negocios con las dictaduras y las apoyan mientras les conviene, y luego les dan la espalda y las bombardean en nombre de la libertad y de ese pueblo al que hasta hacía poco habían ignorado.

Gadafi, después de cuarenta años en el poder debería dejar vía libre a nuevas formas democráticas   de gobernar a su país. Pero deben ser lo libios los que funden esas nuevas bases políticas y de poder en consenso, y no las potencias extranjeras que si no nos equivocamos, sólo intervienen cuando el abastecimiento de esa substancia negra y espesa está amenazada, de lo contrario miran para otro lado y dejan que las empresas sigan haciendo negocios lucrativos, es decir business as usual.


* En Libia existen 32 tribus poderosas (Hay unas 140 tribus y grandes familias influyentes) con diversos clanes.

miércoles, 23 de marzo de 2011

La frontera invisible


La carretera asfaltada es una serpiente negra entre el verde de la selva y las plantaciones de caña de azúcar y banano que se extienden a ambos lados de la ruta 34 en el valle del Zenta donde está asentada la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán en la provincia de Salta, Argentina. Un nombre sugestivo que rememora los años de la conquista española cuando Ramón Gracía de León y Pizarro la fundó allá por 1794. Casualmente Pizarro había nacido en Orán, Argelia. La ruta 34 o la ruta de "los bagayeros"  termina en el puente sobre el río Bermejo, un caudaloso y torrentoso río que en este lugar se desliza entre altos cerros de apretada vegetación. Cruzando el puente nos encontramos en territorio boliviano, en la localidad de Bermejo, una ciudad que ha crecido al impulso del comercio con el país vecino. El puente construido hace poco, une a las dos naciones y es atravesado por miles de personas cada día en ómnibus, autos y camiones que esquivan peligrosamente a ese otro grupo de personas que prefiere llevar sobre sus hombros los pesados bultos con productos de diverso tipo envueltos en fuertes telas plásticas. O los transportan en carritos de dos ruedas cuando la carga es más pesada. Todos vienen del extenso mercado en que se ha convertido la localidad de Bermejo, principalmente para los argentinos, aunque también de otras partes de Bolivia. Las crisis políticas y económicas de ambos países han tenido sus flujos y reflujos, afectando ese comercio, pero en general son los argentinos, con mayor poder adquisitivo, los que se desplazan hasta Bermejo para comprar a bajo precio ropa, zapatos, enseres de cocina, electrodomésticos, computadoras, teléfonos móbiles, televisores, etc.

Antes de llegar al puente hay dos puestos de la gendarmería argentina, donde se controla la identidad de los viajeros y sus equipajes. Una vez del lado boliviano se controla también por soldados bolivianos quiénes llegan y quiénes parten del país, un trámite que suele ser rápido y sin mayores contratiempos. Cuando estamos frente a la barrera que baja y sube un soldado se detiene frente a nosotros un pequeño autobús del cual desciende un grupo de mujeres jóvenes que están vestidas como europeas y nocomo las indígenas bolivianas.

- Prostitutas rumbo al mercado bonaerense –constata lacónicamente nuestro acompañante. Apenas a un kilómetro del puente comienza el gran mercado de mercancías que los bermejianos han construido del lado izquierdo de la avenida y que sube zigzagueando hasta el mismo centro de la población. A la derecha de la avenida y cercano al río se encuentran, bajo techos improvisados, una serie de cocinas rudimentarias donde hierven grandes ollas y donde la gente que atraviesa el río en frágiles embarcaciones acostumbra a comer. A un costado se ven grandes neumáticos negros de tractor que sirven de balsas para pasar las mercancías al otro lado del río. Esta es la forma más práctica que usan los bagayeros o contrabandistas para pasar las mercancías hacia el lado argentino, ropa y calzado entre otros, y regresan luego cargados, esta vez con productos alimenticios como harina, azúcar y aceite. El tráfico ilegal es permanente, pero cuando reina la oscuridad se torna imparable. Caravanas de autos, camionetas, colectivos y utilitarios repletos de bolsas y cajas circulan a veces hasta con luces apagadas para evitar los controles de los gendarmes, cuenta la prensa local.
Una actividad que dificilmente pueda escapar a la vista de lagente, incluso a la de los gendarmes argentinos y militares bolivianos que prefieren mirar para otro lado y concentrarse, dicen, en descubrir a los contrabandistas de drogas y armas. Sin embargo, cualquiera que observe con detención los controles descubrirá que la forma como se revisan los vehículos es bastante superficial, y si se trata de descubrir drogas la ausencia de perros entrenados en tal tarea brilla por su ausencia. Probablemente esas mafias de las drogas busquen otros caminos para introducirla a gran escala en Argentina ya que la frontera es larga, inhóspita y de difícil terreno, pero de todas formas las facilidades para contrabandear droga a pequeña escala parece contar con buenas condiciones cuando los que deben vigilar y controlar ese pasaje a plena luz del día simulan no ver el intenso tráfico de embarcaciones y los grandes neumáticos mencionados que atraviesan el río-
 - El soborno es habitual y muy redituable para los que vigilan las fronteras, nos dice nuestro acompañante.

El calor en plena tarde de marzo pega fuerte en la larga galería de puestos que forman un collar multicolor, una larga serpiente con gente adormecida por el calor. Otros con grande bolas de hoja de coca en la boca dormitan y no parecen interesados en la hipotética y escasa clientela que desfila ante sus puestos. Niñas y mujeres adultas son las que preferentemente atienden los puestos y preguntan sin mayor interés - Qué va a llevar? Una cierta antipatía se siente en la atmósfera caliente del mercado cuando los “blancos” caminan a lo largo de los puestos. Se adivina ese malestar de hombres y mujeres condenados a estar sentados en esos sitios de calor insoportable esperando que alguien “del otro lado” les compre justo a ellos alguno de los productos que ofrecen para poder salvar el día. Porque son tantos los puestos y la competencia entre ellos es tan afilada, que los márgenes de ganancia deben ser mínimos. Sin embargo esa actividad está establecida desde hace décadas y parece seguir creciendo. Recuerdo que Bermejo hace veinticinco años era un miserable mercado con apenas algunas casas de material, y los puestos eran frágiles tinglados con hierbas, carne y artículos de cocina colgados al sol y perros flacos deambulando por calles sin asfaltar. Hoy la población cuenta con casas y edificios modernos, oficinas públicas y servicios de agua corriente y electricidad. Es innegable que cierto bienestar material ha traído esta actividad comercial que fluctúa entre lo ilegal y lo legal. Nada detiene en esta frontera invisible la actividad humana de hombres y mujeres que buscan ganarse el sustento ya sea sentados en sus puestos o cruzando el peligroso río que a menudo se lleva para siempre a los más audaces que desafían la fuerza de la naturaleza.

Una vez de regreso y pasado el segundo puesto de control de la gendarmería argentina vemos un grupo de coches a la orilla de la carretera. Hombres impacientes se resguardan del sol a la sombra de los altos árboles y de las miradas de los curiosos.

- Quiénes son esos? –le pregunto a nuestro acompañante.

- Ese es el "hormiguero". Son los que esperan a los que cruzan el río en botes o que arrastran los neumáticos que vimos antes. Eluden los puestos de gendarmería sin mayores problemas y descargan sus bultos aquí. Reciben la recompensa y se vuelven por más carga, nos cuenta el guía.

A nuestro costado desfilan otra vez las plantaciones de banano y caña de azúcar, donde otros hombres tan oscuros como la tierra se desloman por un salario miserable, esperando, quizás, que la fortuna les sonría alguna vez en la vida.


martes, 8 de marzo de 2011

La tía Rosa cumple 100 años


La tía Rosa junto a su nieta Mercedes y su bisnieta Ana Clara
El 12 de diciembre pasado (ayer), en la madrugada, respiró por última vez mi tía Rosa. 102 años llegó a cumplir. Todavía lúcida pero tal vez ya algo cansada de vivir tanto se durmió sin estar agobiada por alguna enfermedad que no fuera el tiempo. Que descanses en paz, tía, y que tu bondad nos ayude a todos a ser más tolerantes y comprensivos. Como vos fuiste a lo largo de tu vida.
 
Hoy en el día de la mujer quiero rendirle homenaje a mi tía Rosa que en el próximo mes de julio cumplirá un siglo de vida. Hasta ahora es la más longeva de todos los tíos y tías de mi familia paterna y materna. La conocí de muy chico y por décadas no tuve contacto con ella. Sin embargo sabía por otros parientes de su vida en la ciudad coloniense de Rosario donde se había mudado luego que se casara muy joven. Hace unos siete años me reencontré con ella cuando por primera vez visité Rosario y su casa a las afueras de la ciudad. Allí llegó con su marido como una de las primeras pobladoras de esa zona y nunca cambió de domicilio. Rodeada de campos y una calle sin ningún servicio municipal, ya que incluso hoy día el actual intendente de esa ciudad no ha puesto iluminación en esa calle, crió a sus dos hijos, Freddy y Nelita,  con el amor y dedicación que ya había dedicado a sus hermanos menores cuando niña. Fue la segunda hija después de Ferdinando que nació un año antes en 1910. Y el patriarca Federico, su padre y mi abuelo paterno, heredero de la tradición italiana del honor y la sumisión femenina, decidió que por ser la primera niña de los once hermanos que llegarían después (dos morirían tempranamente) no iría a la escuela para ayudar a su mamá, mi abuela Luisa Margarita, a cuidar los nuevos hijos que irían naciendo en el correr de los años siguientes. Así llegaron Juan José, Maria, Ademar, Nelly, Renée, Santos, Alberico, Julio y Ruben.

No ir a la escuela significó para ella estar relegada a las tareas hogareñas en diversos lugares de la campaña uruguaya, en chacras que el abuelo Federico arrendaba y donde vivirían durantelargos períodos. Años de sacrificio para unos y otros en parcelas de tierras a veces perezosas y reacias a producir lo que se sembraba. Una vida dura, especialmente para los hijos varones que Federico había elegido para que los secundaran en las tareas más rigurosas del campo.
Nunca aprendió a bailar porque el patriarca Federico no consentía que sus hijas fueran a bailar con extraños ya que para él se trataba sólo de un “refriegue”, y no un momento de libertad y diversión para las chicas aburridas o cansadas de esa vida rutinaria en esos campos desiertos. 
Entre sus recuerdos más dolorosos está la muerte de uno de sus hermanos de apenas seis años de edad, que vio morir prácticamente en sus brazos. Un dolor que todavía le atenaza el alma cuando se toca el tema, nos dijo. Rosa finalmente se liberó de esa carga injusta a la que la sometió su padre a través del matrimonio, aunque esta nueva vida tampoco estuvo falta de sacrificios y momentos penosos. Sin embargo ha sobrevivido a todos y a todas esas pruebas. Sus ojos celestes aun conservan la picardía y la viveza de una anciana que se sobrepuso a todas las dificultades que la vida le puso por delante; su memoria a pesar de las lagunas, sigue siendo admiración de todos por los detalles que recuerda y que nosotros hemos olvidado. La tía Rosa llega a cumplir los 100 años con un optimismo envidiable. Porque aunque no fue a la escuela me cuenta Mercedes su nieta,  Rosa fue una autodidacta y casi solita aprendió a leer y escribir con el empecinamiento e inteligencia que la caracterizaba, lo que le dió la oportunidad más tarde de estudiar un curso de corte y confección y se convirtió en una modista que cosía ropa para los que en aquélla época preferían ir a la modista en vez de comprarse los vestidos de confección. Y en la casa todavía adorna el salón la máquina Singer con la que durante largas horas transformaba las telas informes en bonitas prendas especialmente para las damas y niños de la ciudad.

Actualmente vive en un hogar de ancianos muy cerca de su casa. Allí trata de caminar todo lo que puede ayudada por un andador. Con una voluntad de hierro se impone esos pasitos todos los días que le impiden anclarse al sillón donde la mayoría de los otros ancianos terminan sus días.
Cuando le pregunté si tenía muchos amigos en el hogar de ancianos me dijo sarcásticamente que no, ya que todos son unas viejas y viejos “carcamanes” amargados y con miedo a la muerte. Al despedirnos su mensaje no fue “tal vez esta sea la ultima vez que nos veamos” sino que esperaba vernos pronto y lamentaba que no pudiéramos venir a festejar su cumpleaños. Tía Rosa, gracias por darnos una lección de vida, y espero que celebres tu cumpleaños número 100 rodeada de toda esa familia que tanto te quiere y a los que tanto has amado durante estas largas décadas. A la fortuna, a pesar de ser esquiva y no sonreírte a menudo, tuviste el coraje de ganarle la pulseada aún cuando todas las apuestas estaban en tu contra.  Salud tía!

sábado, 26 de febrero de 2011

Uruguay, un país de contrastes

Playa de Valizas
Regresar a la tierra natal después de algunos años de ausencia es siempre un acontecimiento lleno de emociones. Fuera de una fugaz visita en 2008 por temas de trabajo no regresaba a Uruguay desde 2005. Encontrarse con familiares y amigos calienta el corazón cuando se comparten afectos, anécdotas y una perspectiva distinta de cómo la gente vive los problemas de la sociedad más allá de lo que los medios de prensa describen o analizan. Siempre existen puntos de vista diversos para apreciar la realidad, lo cual es una ventaja porque para quien viene de afuera le ayuda a ver con más amplitud cómo afectan a cada uno las decisiones personales propias, las del vecino o las que toman las autoridades, ya sea el gobierno o el municipio. Sin embargo, más allá de estas historias indivividuales está la realidad que vive el país, inmerso en un boom económico que ha llevado al desempleo a niveles históricos, es decir alrededor del 5 por ciento según cifras oficiales. El crecimiento de la economía es de los más dinámicos de la región y la afluencia de capital extranjero en inversiones productivas es alentador, ya que diversifica el abanico de emprendimientos ya sea para la exportación o para el propio consumo interno. Un buena mayoría de esos sectores demanda hoy una fuerza de trabajo que no está en el país. La construcción por ejemplo, está alentando a los que alguna vez se fueron a España a trabajar en ese sector a que regresen para suplir así la falta de obreros y especialistas que retrasan la realización de los proyectos.

Como en la mayoría de los casos esas cifras positivas en el empleo, las exportaciones y los índicies de producción de servicios como el turismo o los industriales como el de la pulpa de papel o los software, fuera de los tradicionales como la carne, los lácteos o los cereales, no ocultan que la sociedad uruguaya todavía mantiene una marcada diferencia entre los sectores que tienen en sus manos los recursos económicos y los que viven de sus salarios. Pero los que están aún peor ya que no gozan de ningún tipo de ingreso o derechos que estén dentro del sistema, son los habitantes de esos bolsones de miseria que se ganan la vida recogiendo basura, mendigando o haciendo "changas" esporádicas, y habitando en frágiles y miserables ranchos o casuchas que al menor soplo violento del pampero, pierden la mitad de las chapas o cartones que sirven de techo o de pared. Proponer soluciones concretas para mejorar las condiciones materiales y educativas de esa población que vive en la miseria es sin dudas uno de los desafíos más grandes que tiene delante suyo el gobierno de centro-izquierda del Frente Amplio.

Los contrastes de esta sociedad no pueden dejar de apreciarse cuando recorriendo el Este del país se puede ver cómo Punta del Este crece en altura y extensión, con el hormigón y el asfalto como protagonistas, con precios del primer mundo por metro cuadrado, mientras en otros puntos de la costa uruguaya las viviendas precarias son las que dominan, relatando de esta forma al forastero cuáles son las oportunidades que un turista tiene para disfrutar de los kilómetros y kilómetros de playa, sol y mar que ofrece este país. O bien un modesto rancho con apenas alguna comodidad en Valizas -y que puede llegar a costar 90 dólares por día, o por el mismo precio una habitación de hotel con los servicios que todo alojamiento de ese tipo ofrece. El gusto del consumidor es bien variado en este sentido y lo comprobamos cuando vemos un todo- terreno último modelo estacionado frente a un torcido rancho de madera y techo de paja. De vecino un pescador que se ha enterado de los últimos avances de la tecnología gracias a que la escuela del lugar ha instalado un sistema wifi para los alumnos que cuentan con una computadora cada uno, incluso sus dos hijos- y que despierta la esperanza de que las nuevas generaciones puedan educarse mejor y no abandonen la enseñanza ya en los primeros años de su escolaridad. Porque esa hemorragia de abandono escolar es algo que los dos gobiernos del Frente Amplio no han podido tapar. La generación NiNi (ni estudia ni trabaja) afecta de una forma muy particular a la sociedad uruguaya. Adolescentes armados protagonizan cada día hechos delictivos que los medios se encargan de pintar de todos los colores. Y los altos índices de accidentes mortales en calles y carreteras ponen las estadísticas al rojo vivo. Febrero se despide con los últimos suspiros del carnaval que ya pasó y las vacaciones escolares también llegan a su fin. Un poco más bronceados los chicos vuelven a la escuela, y queda la esperanza para quienes amamos esta tierra, que en este año escolar que se inicia se queden más niños sentados en sus pupitres -y menos en la calle empuñando un arma para asaltar al bolichero de la esquina.

sábado, 12 de febrero de 2011

Adiós Hosni

No resistió la pulseada hasta septiembre. Al final hizo las maletas y puso rumbo al balneario Sharm el Sheij, donde tiene una mansión veraniega a orillas del Mar Rojo. Si permanece allí o ya viajó con otro destino, lo sabremos en las próximas horas. En todo caso la era Mubarak ha pasado a la historia, como otras tantas dictaduras que finalmente se desmoronaron como esos castillos de arena que las olas destruyen de un solo golpe. Ahora está la expectativa si los militares cumplen con lo que prometen o es más de los mismo, esta vez con uniforme.
No hay que olvidar que la importancia de Egipto en su entorno geopolítico se ha volcado a respaldar los intereses que EEUU, la UE e Israel mantienen en la región desde hace ya años, aún a costa del aislamiento del pueblo palestino en la franja e Gaza. Y los militares eran la garantía de ese posicionamiento de Egipto en Medio Oriente. Los palestinos, entre otros pueblos, festejan el alejamiento de Mubarak, pero con la llegada de los militares al poder es difícil predecir si la frontera entre Gaza y Egipto se abrirá otra vez y el aprovisionamiento de la franja comenzará a normalizarse, evitando el transporte por los túneles construidos entre ambas fronteras y que Israel bombardea regularmente.

Mientras la gente festeja en la plaza de la Liberación una febril actividad diplomática tiene lugar a puertas cerradas y a espaldas de la gente. Esa es la forma como se cocina el futuro de Egipto después de esta llamada "revolución". Derrocar a un dictador sin que las mismas estructuras que lo sostenían desaparezcan en realidad es un cambio de escenario pero los pilares del mismo están intactos. Los cambios en la constitución y las garantías de realizar elecciones libres serán la primera muestra de que el proceso continúa en la dirección deseada.

De todas formas hay signos positivos que pueden realmente llevar a los egipcios a crear una sociedad pluralista y democrática. Todo dependerá de lo rápido que se adapten a la nueva realidad las organizaciones que condujeron la masiva movilización del pueblo,  para luego sentarse a negociar el traspaso del poder a la sociedad civil. Si las promesas se cumplen por parte de los militares, Egipto puede comenzar a recorrer un camino que lo lleve a transitar hacia una sociedad con los atributos y cualidades que hoy están en la memoria colectiva de la gente. De lo contrario será como el mito de Sísifo, el pueblo otra vez arrastrará la roca hasta la plaza de la Liberación, y quién dice, a lo mejor con ella aplastará definitivamente los últimos restos de la opresión y del antiguo régimen.

martes, 1 de febrero de 2011

La primavera egipcia


Han pasado unos pocos días desde que escribí unos párrafos sobre la crisis en Egipto (ver más abajo). En esos momentos los manifestantes todavía protestaban pacíficamente y la policía había desaparecido de la escena. Los militares vigilaban los edificios públicos y Hosni Mubarak anunciaba su retiro definitivo en septiembre. Pero a partir de allí continuó la protesta entre los que piden,ocupando todavía la plaza de la Liberación (Tahrir) la renuncia inmediata de Mubarak.
Entonces se desató una ofensiva brutal de los sectores que apoyan al presidente egipcio, donde se mezclan al parecer policías vestidos de civil y civiles, todos leales a Mubarak.
No sólo los ocupantes de la plaza están siendo víctimas de unos brutales ataques, sino también los periodistas, nacionales y extranjeros, han sido víctimas de esa violencia. Uno de ellos ha sido el periodista de la televisión sueca, Bert Sundström, quien fue víctima de un intento de homicidio que lo ha dejado gravemente herido. Lo acuchillaron por la espalda y lo golpearon en la cabeza de una forma cobarde como lo hacen las pandillas y patotas que responden al presidente con todos aquéllos que se resisten. Y los militares emplazados en el lugar hacen la vista gorda dejando la tarea sucia a esos grupos que nos recuerdan a las mafias de otros muchos lugares en el mundo, donde los que piden justicia son atropellados, arrestados y en el peor de los casos asesinados.
Con Bert Sundström coincidimos en una misión de Reporteros sin Fronteras , donde fuimos a hacer un relevamiento de la situación de los colegas colombianos amenazados por la violencia política que dejaba cada año decenas de muertos entre ellos. Bert ha sido un valiente reportero que ha cubierto decenas de conflictos en el mundo.  Siempre bien informado y con la sensibilidad para identificar las causas de la injusticias y conflictos, nos ha entregado buenos reportajes sobre la miseria y grandeza humanas.
Deseamos desde este lugar que nuestro colega Bert se recupere rápido y pueda volver otra vez a estar frente a la cámara para contarnos sobre la vida y la muerte, la desgracia y la felicidad.



En enero de 1968 ocurrió un fenómeno que recibió el nombre de la primavera de Praga, una movilización por los derechos civiles y democráticos en la antigua Checoeslovaquia que terminó trágicamente con la invasión de la ex- Unión Soviética y el fin en ese momento de los primeros intentos de romper con la hegemonía del Kremlin.
Ahora el pueblo egipcio, antes lo había hecho el tunecino, se ha levantado y reclaman reformas democráticas, económicas y políticas y el fin de la impunidad después de sufrir durante treinta años la dictadura del presidente Hosni Mubarack. Y esta primavera democrática recorre inesperadamente como un fantasma el norte de Africa y países de Medio Oriente amenazando a los dictadores y reyes de turno que empiezan  a poner las barbas en remojo. Y preocupa a los gobiernos de EEUU, Israel, UE y muchos más que ven peligrar el control que tenían sobre estos países en su afán de frenar el radicalismo islamista.


El status quo en estos países ha sido lo preferido por los gobiernos de occidente donde bastaba que los regímenes de turno combatieran el integrismo islámico y el flujo de inmigrantes ilegales para apoyarles y cerrar filas con ellos.
Ahora el principal baluarte de es política exterior se tambalea y parece tener las horas contadas, si es que las movilizaciones populares y las fuerzas políticas que están detrás logran convencer al otro importante actor, las FFAA egipcias, que tienen un proyecto serio para reemplazar a Mubarak. Porque quien puede dudar que si el caos se apodera del país los uniformados no se quedarán con los brazos cruzados ly finalmente tomen el poder y aplasten toda resistencia. Nadie sabe hoy día a ciencia cierta qué es lo que piensa la cúpula militar egipcia y lo que está dispuesta a hacer en caso que el país se hunda en el caos total. Mubarak dice que continúa hasta septiembre y deja el campo abierto a que las fuerzas políticas diriman entonces qué clase de gobierno tendrá Egipto.

Los Hermanos musulmanes, la organización política que se identifica más con el islamismo fundamentalista, y que asesinó en octubre de 1981 al presidente Anwar Sadat, han estado desde entonces sumergida y esperando su oportunidad. Ahora la tienen y son parte de los que protagonizan las demostraciones y piden cambios. Nadie los subestima aunque la mayoría opina que no tendrían mucho apoyo en una sociedad que de todas formas está secularizada en muchos aspectos de su vida social.
La pulseada parece decidirse a favor de las fuerzas civiles y democráticas que exigen elecciones libres y la retirada de Mubarak padre y el olvido definitivo a que su hijo Gamal aspire a heredar el trono del padre. Aunque muchos comienzan a dudarlo cuando las escenas de violencia y la represión en la plaza de Tahriri muestran que el régimen están dispuesto a acallar las protestas. Si ese Egipto renace como sociedad democrática, pluralista y justa, tal vez los muertos que sacrificaron sus vidas por esa causa no haya sido en vano. Y ese ejemplo sea una inspiración para el resto de la región.




jueves, 27 de enero de 2011

Antonio el rodamundos

Lo encontramos en el paseo del puerto de Alicante, junto a su bicicleta adornada con calcomanías o autoadhesivos como se llaman en otros lugares. Al acercarnos y mirarlos de cerca nos dio la pauta que eran nombres de países de distintos continentes. Sin embargo fue Antonio Bernal, así se llama la persona que atrajo nuestra atención, quién se adelantó y nos interrogó primero sobre nuestro origen al ver que nos interesábamos por su bicicleta. Una vez aclarado ese primer capítulo de presentaciones, no pudimos evitar preguntar por su máquina de dos ruedas, a la que había bautizado con el nombre de Juanita, nos dijoLa bicicleta no sólo estaba llena de calcomanías sino que llevaba sobre la parrilla una maleta de plástico duro, y en el manubrio y a los costados, unas alforjas que se veían repletas de objetos. Entonces nos explicó porqué esas calcomanías llevaban nombres de tantos diversos países, sencillamente los había recorrido a todos sobre sus dos ruedas.

Antonio tiene la doble nacionalidad española/francesa, y cuenta que nació en Montpellier, al sur de Francia Hoy día residen en Beniel, en Murcia. En medio de un desfilar de paseantes que disfrutaban de la tibia tarde alicantina de enero, nos explicó también que desde muy joven se sintió atraído por conocer el mundo, pero de esa forma particular, es decir pedaleando sobre su negro Rocinante. Hace veinte años que pedalea, y dice haber recorrido unos 40 000 kilómetros, desde Tierra del Fuego hasta Alaska, desde la China hasta Turquía, desde Italia hasta Escandinavia -y mucho más. Le llevó dos años dar la vuelta al mundo. En kilómetros es una vuelta completa alrededor de la Tierra teniendo como referencia el radio ecuatorial del planeta. Semejante empresa necesita tiempo y algo de dinero, pero Antonio cuenta con ese tiempo. Cómo se mantiene para sobrevivir no quise preguntarle, ya que no era relevante en una ocasión como esa hacerle esa pregunta, sin embargo me quedó esta cuestión dando vueltas en la cabeza.

Le pregunté cuál había sido el sitio más difícil de recorrer en esa vuelta al mundo,  y sin dudar me dijo que el desierto de Gobi, esa gran región desértica situada entre el norte de China y el sur de Mongolia. Días de intensos calores + 30C eran suplantados por noches con muchos grados bajo cero, -20C o incluso más bajas. Y no sólo la temperatura fue un problema para recorrer esa gran extensión que en tiempos pasados fue parte de la llamada Ruta de la Seda, también los frecuentes pinchazos y el miedo a perderse fueron algunos momentos dramáticos vividos por Antonio, en medio de una soledad apabullante. Sin embargo, los parches y su GPS lo sacaron de esos apuros- y su carpa que cuenta con un buen aislamiento contra temperaturas extremas.
Sin embargo en casi todos los países los peligros a los que más se expuso fueron los camiones conducidos por conductores sin mayor aprecio por los ciclistas. Más de una vez terminó en la banquina para evitar ser atropellado. Y no toda la gente tiene buenas intenciones, nos dice. En Estambul cuando recorría el famoso mercado de la ciudad, le robaron todos sus documentos y dinero. Por suerte el personal de la embajada lo ayudó con algo de contante y un nuevo pasaporte.

Ahora se dirigía a un balneario de la costa de Murcia, Águila, a pasar unos días y encontrarse con  amigos.Todavía no tenía planeado donde dirigiría sus ruedas más allá de España, o a lo mejor no quiso decirlo. En todo caso este personaje de voz suave y actitud humilde cree que ha sido lo mejor que le podía haber pasado en la vida ser un correcaminos y haber tenido la oportunidad de conocer tanta gente de distintas culturas, paisajes tan exóticos y climas tan diversos. Cuando nos despedimos observamos que frente a nosotros estaba una de esas estatuas humanas que al contrario de Antonio, están inmóviles durante horas recorriendo mentalmente el paisaje urbano y la gente que desfila frente suyo. Antonio sacó una moneda del bolsillo y nos dijo que la pondría en el recipiente donde la "estatua" acumulaba el "salario de la jornada": Nosotros le dimos un euro para que lo depositara allí y también nos deseara suerte, total, en una de esas este rodamundos a lo mejor lleva consigo la estrella de la fortuna.

domingo, 23 de enero de 2011

Viejas amistades

Vivimos una época donde comenzamos a recuperar viejas amistades a pesar de las distancias y años acumulados en nuestra contra.
 Internet y en especial Facebook, nos acercan de pronto a aquéllos vínculos que habíamos perdido. La diferencia es que el destino a veces nos hace coincidir en el espacio y en el tiempo cuando menos nos imaginamos.

Me ocurrió recientemente con Ana María, una antigua compañera de liceo y amiga de aquélla alucinante época a fines de los 60 y comienzos de los 70 en nuestra ciudad natal. La militancia política y el descubrir el mundo real, y no el que nos imaginábamos, nos quitaría la inocencia y la ingenuidad con que muchos de nosotros mirábamos al ser humano y su entorno social y político.

Por eso es emocionante contrastar esos destinos dispersos por el mundo, o arraigados todavía en la tierra natal, con aquéllas personalidades de antaño; cómo fueron construyendo, cada uno a su manera, ese espacio donde actuar, amar y luchar por las cosas que más deseamos. Y los primeros destellos los encontramos primero en ese mundo virtual de internet, como nuestro primer contacto con Ana María. Luego nos encontraríamos en Alicante, donde ella reside en forma permanente ( por ahora, subrayó) después de probar suerte en otros lugares de España.

Y no sin cierta nostalgia volvemos a los lugares comunes donde la vida nos sonreía o nos atropellaba, a recordar otras amistades y sus destinos, los hijos que llegaron al mundo y los nietos si los hay, y que comienzan a  llenarnos con nuevas alegrías y preocupaciones. Sin embargo no se ocultan tampoco las rocas que hemos tenido que empujar para abrirnos el camino que cada día tenemos que construir.

Sí, el mundo se comprime gracias a nuestras computadoras, y recuperamos viejos lazos o tejemos nuevas redes, pero generalmente tiene sabor a poco. Lo que verdaderamente sigue siendo sabroso es sentir la calidez del abrazo, una cena compartida, el chocar de las copas y compartir las ganas de seguir adelante con nuevos proyectos que se harán cenizas o saldrán adelante, pero siempre con una sonrisa abierta al mañana, sabiendo que en ese universo digital de 0:s y 1:s emergerán nuevas y viejas amistades, fugaces como meteoritos; o firmes como ese viejo roble que crece en la colina.

lunes, 10 de enero de 2011

Una mujer sin atributos

No es muy común que un escritor sueco tenga como uno de sus escenarios a la capital uruguaya Montevideo, en una obra literaria. Es más, creo que ha sido impensable hasta que Niklas Ekdal en su última obra La mujer sin atributos pone un par de sus principales protagonistas en un Montevideo con aire decadente en algún momento de la década pasada.

La trama de la novela se basa en la historia de una joven sueca cuya madre que es psiquiatra decide enviarla a un colegio inglés para que cambie de ambiente y se prepare para una carrera profesional. Al mismo tiempo alguien le envía por correo y anónimamente, historias de hombres castrados en distintos momentos de la historia de la humanidad, y que ella lee con sumo interés.

El escritor de tales historias resulta ser un paciente de la psiquiatra, el cual fue víctima en su infancia de una castración a comienzos de la década del 50, cuando el estado sueco se dedicaba a investigar con seres humanos discapacitados, y que tuvieron un perfil nazi netamente marcado. El paciente es asesinado misteriosamente, pero las historias de castrados continúan llegando al domicilio de la psiquiatra.
Este asesinato y la posterior desaparición de su hija en Inglaterra, abren la puerta a una policía que es amiga de la psiquiatra y a un periodista de un vespertino sueco con base en Londres, lo cuales investigan juntos la razón de esos crímenes.
En la historia policial se mezclan los intereses de una multinacional de los medicamentos como ministros y políticos sospechosamente corruptos de tres países: Suecia, Inglaterra y Uruguay, y también con los destinos de los personajes unidos por complicados lazos que tienen que ver con infancias y relaciones conflictivas.

En el escenario montevideano la joven protagonista busca a un amigo uruguayo investigador que conoció en Londres, y que aparentemente está detrás de una pista de corrupción protagonizada por la multinacional de los medicamentos antes mencionada.
También él es asesinado en un lugar que el autor parece haber visitado: el Cerro.
Hay detalles de la capital uruguaya que hacen creer que Ekdal estuvo allí por algunas descripciones concretas de ciertos lugares, si es que no visitó Google Earth. Pero donde estas secuencias tienen un punto realmente flojo es en el español en el que se expresan algunos personajes circunstanciales que aparecen en la obra. Hay expresiones que son atípicas de los uruguayos como chingada –muy mexicana ella- y otras que hacen dudar en donde se habrá inspirado realmente el autor.

La novela promete mucho hasta casi el final cuando a mi parecer se desinfla abruptamente y la trama de corrupción entre empresa multinacional –ministros corruptos como motivo de los crímenes termina desembocando en que los asesinatos son obra de personajes que aparecen en forma algo secundaria y toman protagonismo en esos capítulos finales.
Lo rescatable de la historia son los experimentos y las tramas que los rodeaban que el estado sueco realizó en las tempranas décadas del siglo pasado hasta los años 60, donde se puso fin a los mismos. En la novela de Ekdal se alude no solo al proyecto de castración mencionado, sino también a otro donde a los pacientes de un centro hospitalario para personas con discapacidad se les daba a comer dulces de todo tipo. De esta forma los médicos observaban los resultados y efectos que estos causaban en la dentadura de estas personas- para luego determinar políticas de prevención para toda la población del país. Esos experimentos existieron en la realidad y todavía aparecen de vez en cuando en los debates sobre políticas pasadas para hacer recordar que el estado sueco no siempre ha sido un defensor de los derechos humanos.

Lo casual en esta historia es que en el hospital mencionado por el autor, Vipeholm, trabajé un verano a comienzos de los 80, haciendo una suplencia como cuidador cuando iniciaba mis estudios en la universidad de Lund, al sur de Suecia.
La novela no ha sido traducida al español, aunque nunca se sabe, La mujer sin atributos siempre puede resultar atractiva para una editorial, sobre todo en España, donde los autores suecos de la novela negra y policial están tan de moda.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Año Nuevo

Con signos aciagos de antiguos videntes,
Foto: Wikipedia
deseos de paz y libertad
amor, pasión y solidaridad
se inicia un año nuevo.

Despertamos esperanzas
hacemos promesas y esperamos
que la vida sea mejor que ayer
ya que el mañana está lleno de posibilidades.

Después miramos atrás
y sentimos el sabor agridulce
de fracasos y triunfos
aunque la vida nos entrega mucho más.

Solo falta mirar a tu costado
para saber que lo que buscabas
estaba simplemente a tu lado
y no en el falso espejismo del mañana
ni en lo sueños perdidos del ayer.

(Poesía Anónima-1949)

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Un invierno de lobos

La expresión un invierno de lobos es muy popular en Escandinavia ya que describe lo duro que puede ser el invierno en algunas ocasiones. Acostumbrados a vivir inviernos menos fríos en las últimas décadas, y a escuchar lo del recalentamiento del planeta, el impacto de vivir el invierno más frío desde hace más de cien años nos sorprende a todos. Montañas de nieve en las calles y en los lugares abiertos, pueblos aislados, aviones en tierra, trenes atascados, buses en la banquina, son algunas imágenes que estamos acostumbrados a ver en estos días en muchos lugares de Europa.

Este duro invierno del 2010 me trae recuerdos de otro que viví en Suecia, y durante diez días en la Polonia socialista de 1978. En aquélla época había conocido a un colombiano que estudiaba en la Universidad de Varsovia y que en los veranos viajaba a Malmö, el sureño puerto sueco vecino a Copenague. Víctor era su nombre, y nos contaba que con tres meses de trabajo durante la estación de verano en Suecia, podía mantenerse el resto el año en Varsovia, donde tenía al parecer una beca de estudios muy baja. Ese verano del ´78 nos invitó a pasar Fin de Año en su apartamento de Varsovia. Recuerdo que estaba obsesionado con que le lleváramos café, filtros de papel para colar el café y papel higiénico, porque lo primero en Polonia sabía a jugo de calcetines, decía, el segundo no existía y el tercero era carísimo. Iba a ser la primera experiencia de conocer un país socialista y Varsovia en particular, así que no dudamos en realizar nuestro primer viaje a tierras polacas pasando por Alemania Oriental.

Ese invierno del 78 batió también récords en bajas temperaturas que alcanzaron los -35C°. El viaje lo decidimos junto con Abel y Berta su pareja, quienes tenían un bebé. María del Carmen era mi esposa en ese entonces, y nos acompañaban Mariana , María y Soledad, que también era un bebé. Con una imagen romántica de lo que eran los países socialistas de entonces pensábamos que era una aventura conocer el socialismo real que estaba siempre en el centro de la polémica.

Ya cuando nos encontrábamos en el ferry comenzó una nevada espesa y brutal. Al llegar al puerto de Sassnizt, en la entonces Alemania Oriental, descubrimos que la nevada había cubierto la ciudad, las calles estaba taponadas con montañas de nieve en los costados, no se veía a nadie en las calles. De todas formas decidimos audazmente continuar viaje y preguntando fuimos a desembocar a un cruce de carreteras que nos llevarían hasta las famosas autopistas construidas por Hitler, y que todavía estaban en buenas condiciones. Sin embargo los carteles apenas podían verse sobre la dirección correcta que debíamos tomar.

La mala suerte fue que la elección fue errónea y equivocamos el camino, introduciéndonos en territorio prohibido para los turistas, sabíamos que en Alemania Oriental los turistas tenían restringida la circulación por la mayoría de las carreteras y caminos por la tensión de la Guerra Fría y el temor al espionaje.. Y no habíamos recorrido muchos kilómetros cuando una larga columna de vehículos blindados y camiones hizo su aparición entre la espesa nieve. En ese momento nos dimos cuenta que estábamos en territorio prohibido y que frente a nosotros teníamos a las tropas del Pacto de Varsovia en algún tipo de maniobras o despliegue. Un capitán se acercó a nuestros coches e inmediatamente se dio cuenta que por nuestras caras sorprendidas y no menos asustadas, estábamos probablemente perdidos. Tal vez la presencia de los chicos en los dos coches también le habrán tranquilizado, y con buenos modales nos pidió que regresáramos y tomáramos el otro camino que habíamos desechado. Con toda premura pudimos regresar sin ser interrogados en el lugar o llevados a un lugar de detención, y pudimos continuar viaje esta vez correctamente rumbo a Varsovia.

Sin embargo nuestro viaje fue a partir de ese momento vigilado por vehículos particulares que se mantenían a distancia detrás nuestro, pero nunca nos detuvieron, sólo controlaban que nos dirigíamos a donde habíamos dicho: a la frontera con Polonia. Como las niñas estaban cansadas y las bebés necesitaban ser atendidas con mayor comodidad decidimos pernoctar en un hostal al borde del camino, que milagrosamente encontramos cuando era medianoche. Allí pudimos comer y descansar toda la noche, y después del frugal desayuno, café con leche y pan con manteca, un lujo dadas las circunstancias, nos pusimos en camino nuevamente.

Llegamos a la frontera a eso de las 10:00 de la mañana,  también muy vigilada. Allí no había nevado  y el frío no bajaba de los -5 C°.  Pasamos sin embargo una severa inspección de los coches y pasaportes, controlando con espejos debajo de los vehículos, y una revisión manual de lo que llevábamos en ellos. Ni los paquetes de pañales se salvaron de ser revisados. Cuando reiniciamos el viaje la temperatura empezó a caer de una forma espectacular. De unos -5C° pasó de pronto a -30C° poniendo a prueba el sistema de calefacción de nuestros coches, una combi Volvo Amazon del 65, y un algo más moderno Saab de mi amigo Abel. Para colmo de males María tenía que limpiar el parabrisas por dentro con una espátula ya que la ventilación del Volvo dejó de funcionar y se formaba una fina capa de hielo que me impedía ver el camino. Realmente una locura conducir así, pero deseábamos llegar cuanto antes a la casa de Víctor. Además nos habíamos quedado casi sin combustible así que nos detuvimos en una estación de servicio para llenar el tanque. En Polonia entonces había que tener cupones para poner nafta o gasoil. Así que habíamos comprado los cupones antes de salir para no estar desprevenidos. Yo aproveché para limpiar el parabrisas con alcohol e incorporar una espátula más para quitar el hielo.

Al fin llegamos, orientados por un mapa y preguntando a los que se habían atrevido a salir a la calle ya con -15C°, a la casa de Víctor que nos esperaba ansioso. Nunca le habíamos preguntado con qué comodidad contaba para alojarnos, nos había bastado su buena voluntad de invitarnos, así que no fue una gran alegría encontramos con un reducido apartamento que no contaba con más de dos ambientes, cocina y baño. Otra desilusión fue comprobar que la calefacción no era central, sino consistía en una especie de brasero colocado en el centro del salón donde se quemaba el carbón, que por suerte expulsaba el aire tóxico por medio de un tubo fuera del apartamento. Como la temperatura seguía descendiendo el calor del brasero apenas alcanzaba para mantener la temperatura por encima de los +-0C°. Así que toda la ropa de abrigo que que teníamos a nuestro alcance era poca para sentirnos calientes, y dormíamos vestidos los nueve en la sala, en sacos de dormir que habíamos llevado con nosotros, prevenidos por Víctor. Además el único dormitorio que contaba el apartamento estaba frío como un témpano. Allí nadie podía dormir a riesgo de morir congelado.

Víctor nos informaba que las tormentas de nieve arreciaban por todo el norte de Europa, los aeropuertos estaban cerrados, los ferrocarriles estaban paralizados y había gente que moría congelada en las carreteras. El escenario no podía ser peor para regresar a Suecia, regreso que se vio además atrasado porque al Saab de Abel se le averió la bomba del embrague. Recorrimos en mi Volvo todos las agencias que vendían autos extranjeros pero el Saab era una marca inexistente en Polonia. Al mismo tiempo recorríamos supermercados donde las góndolas bostezaban vacías de mercaderías, así que con suerte a veces conseguíamos huevos en un lugar, un pollo congelado en otro, pan y mateca, y así otros productos que necesitábamos para poder comer todos los que allí convivíamos, que éramos nueve con las cuatro niñas.

En nuestra búsqueda de la bomba de embrague nos encontramos con filas de empleados de oficinas con picos y palas limpiando las vías del tranvía. Parecía una imagen de las películas anticomunistas de Hollywood de la época, o mejor dicho, ninguna de ellas podría haber igualado en realismo semejante fenómeno donde se descubría la falta de infraestructura para realizar el trabajo con máquinas y evitar semejante sacrificio de la población con los -35C° a los que estaba llegando la temperatura. Los rostros tapados de la gente, que eran decenas, y sus torpes movimientos, eran un golpe duro a las convicciones de que el mundo socialista era superior a lo que hasta entonces habíamos conocido.

Finalmente se produjo el milagro. Un mecánico chileno que se había refugiado en Varsovia después del golpe de Pinochet, pudo adaptar después de mucho esfuerzo, una pieza de la marca rusa de autos Vaz al Saab. En el garaje de un amigo polaco de aquél hábil mecánico, Patricio creo que se llamaba, nos servían vodka para calentarnos ya que allí no había calefacción. El frío era tan intenso que el vodka se congelaba en la parte superior y nos reíamos bromeando que el servicio era perfecto: vodka on the rocks.

Una vez solucionado el problema obligados por el vencimiento de nuestras visas, que ya no podíamos renovar por segunda vez, decidimos María y yo partir a Suecia un día antes que Abel y Berta.
Además yo debía comenzar a trabajar inmediatamente en mi primer trabajo: haciendo limpieza en un supermercado de la ciudad de Lund, donde vivíamos.

Ese viaje de regreso fue una de las peores experiencias que tuve como conductor. Los días son muy cortos en invierno, así que a pesar de que salimos a media mañana de Varsovia, a esos de las cuatro de la tarde ya estaba oscuro, y todavía no habíamos llegado a la frontera con Alemania. Las carreteras polacas de entonces no tenían un buen mantenimiento, así que las placas de hielo y la misma nieve nos cerraban el paso en muchas ocasiones, lo que demoraba aún más el viaje, porque había que conducir lentamente. Cuando se hizo de noche cerrada descubrimos lo importante que son las señales que se disponen a orilla de las carreteras, en cuyo extremo se coloca material que refleja la luz de los faros del coche. Al no existir dichas señales, había que adivinar realmente por donde iba la huella del camino, y no siempre era visible porque a esa hora apenas había alguien que se aventuraba por esas carreteras. Varias veces me tuve que bajar para cerciorarme de que realmente estábamos en la carretera. Tampoco se veían luces de posibles casas cercanas para pedir auxilio en caso de necesidad. Una pesadilla verdaderamente. Mariana y María que tenían diez y och años por suerte dormían en sus sacos de dormir, y Sole también lo hacía en brazos de María.

Arribar a la frontera alemana fue todo un festejo, aunque en una nueva inspección aduanera nos quitaran inexplicablemente unos adornos de cerámica sin más valor que su originalidad, es decir hechas por artesanos polacos. Pagamos el soborno en "natura", porque otra de las experiencias vividas era la corrupción a todos los niveles en Polonia y DDR.

A partir de allí por fortuna, las condiciones del camino mejoraron y pudimos llegar a tiempo para embarcarnos en el Ferry rumbo al puerto sueco de Trelleborg. Atrás quedaron esos días donde el invierno de lobos había tenido en jaque a todo el norte de Europa, y a nosotros en particular.
Descubrimos además a una Polonia donde ni las imágenes más deprimentes que se le podían haber ocurrido a la propaganda americana anticomunista de entonces, reflejaban la pobreza y la escasez en la que vivían los polacos. Aquél ejército de empleados de oficinas y obreros de fábricas armados con picos y palas que trataban de mantener limpias las calles a falta de máquinas apropiadas; estantes vacíos en los comercios; largas colas para obtener lo esencial para sobrevivir; viviendas sin calefacción donde la gente debía apilarse para no pasar frío, y mucho más donde no se repartía la riqueza, sino la pobreza. Esa fue la imagen que nos llevábamos de la Polonia del ´78. Y qué felicidad cuando las luces del puerto de Trelleborg aparecieron en el horizonte y desembarcamos rodeados de luz y carreteras limpias de nieve e hielo.

Sí, ese invierno  fue un invierno inolvidable, donde nos puso a prueba no sólo la inclemencia del tiempo, sino las circunstancias que rodearon ese viaje y nuestras convicciones políticas cuya ingenuidad sufrió un duro golpe. Sin dudas no puedo dejar de mencionar mi gratitud por aquél Volvo Amazon del ´65,  que raudamente se deslizó por aquellas carreteras imposibles, mientras veíamos a menudo a los Trabant polacos volcados en la banquina. Una experiencia única, porque nunca más me atreví a conducir durante un invierno de lobos por otros caminos que no fueran los conocidos.




sábado, 18 de diciembre de 2010

La culpa colectiva

Imagen del Corán/Wikipedia
Cuando ocurre un suceso trágico en la sociedad, protagonizado por un extranjero, no es extraño que la gente señale no sólo al individuo u organización responsable del mismo, sino al grupo étnico o religioso al que pertenece. Esto ha ocurrido con el fallido atentado ocurrido hace una semana atrás en Estocolmo, donde perdió la vida Taimor Abdulwahab, por ahora un solitario terrorista.
Este individuo  se habría radicalizado durante su estadía en Inglaterra, y entrenado en Jemen o en Irak según la policía sueca, para inmolarse en finalmente en Estocolmo. Perdió la vida en el intento, y sólo causó heridas leves a dos transeúntes y apenas unos insignificantes daños materiales.

Las consecuencias que tuvo el hecho sobre la colectividad musulmana en el país no se hicieron esperar, y a pesar que el gobierno llamó a la tranquilidad y a no sacar conclusiones equívocas sobre los responsables del fallido atentado, no faltaron quienes azuzaron la opinión pública haciendo responsables a toda la colectividad musulmana, como si el kamikaze islamita representara a los 400 000 musulmanes que hoy viven en el país. Incluso desde la televisión pública, un periodista le preguntó a un importante miembro de esa colectividad, si él tenía alguna responsabilidad por lo que había ocurrido.


La pregunta dirigida a esta persona estaba completamente fuera de lugar. Era como si alguien le hubiese preguntado al alcalde de la ciudad de Malmö, Ilmar Reepalu, si él tenía alguna responsabilidad por los atentados contra inmigrantes que un solitario criminal había realizado durante varios meses, con una víctima mortal y varios heridos como resultado, y que ahora ha sido puesto bajo prisión preventiva. Más lejos han llegado por supuesto algunos miembros de la derecha y los neonazis, que tuvieron la oportunidad de levantar el dedo y decir "Qué les habíamos advertido! Ahora vamos a pagar por la errónea política de inmigración del actual gobierno, y de los pasados!" .

Otro aspecto de este acoso a esa colectividad musulmana ocurrió el viernes en la principal mezquita del país, ubicada en pleno centro de Estocolmo. Allí concurrieron decenas de periodistas y fotógrafos para documentar cuál era el contenido de la oración que el imán iba a decir ante sus 2000 fieles que estaban allí presente. Y posteriormente las repetidas entrevistas buscando algún desliz en las expresiones de los que concurrieron a ese ritual religioso de los días viernes. Ni el imán en su oración, ni la gente que concurrió a la mezquita, justificaron el atentado, al contrario, hubo una clara condena del mismo.

El clima social sigue enrareciéndose en Suecia con este frustrado atentado, y los islamistas que lo reivindicaron le han hecho más daño a la colectividad que dicen representar en nombre de su dios, Alá, que a los "cruzados" e "infieles" que dicen combatir. Claro que en definitiva esa es la intención de todo grupo terrorista del signo que sea, crear una polarización y persecución de sus miembros, para que más gente se radicalice a su favor. Sin dudas con una finalidad política, pero con una fatua esperanza que sólo tiene su lógica en la visión e interpretación distorsionada de un mundo consagrado a un dios y a un sólo libro sagrado, como si la verdad absoluta estuviera sólo en esas páginas y en el pensamiento de un sólo hombre.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Globalización y terrorismo global

El centro de Estocolmo vivió momentos de incertidumbre y temor cuando un solitario terrorista suicida murió ayer sábado a la tarde, probablemente por un fallo en el mecanismo explosivo que portaba en su cuerpo y que sólo cobró su vida. A trescientos metros de allí un coche explotaba unos minutos antes, cargado al parecer de garrafas de gas. Ninguno de los dos sucesos produjeron víctimas mortales, sólo dos heridos leves  entre los peatones que circulaban por el centro de la ciudad, muchos de los cuales estaban de compras ante la llegada de las fiestas navideñas.

Este fallido atentado pone en relieve y concreta la amenaza hipotética que pesaba sobre la sociedad sueca de que algo se estaba planeando desde el terrorismo islámico desde el momento en que Suecia decide participar en Afganistán junto a las tropas de la OTAN. Además muchos musulmanes se han sentido ofendidos por las caricaturas de Mahoma con cuerpo de perro que el artista sueco Lars Vilks había situado en un cruce de caminos, y que luego sería publicada por los medios de prensa.

El hecho abre una serie de interrogantes sobre cuán grande es la amenaza que ahora pende sobre los habitantes de este país. Es este un atentado aislado o se preparan nuevos contra la población civil? Fue un sólo terrorista el que lo organizó todo o hay un grupo muy bien infiltrado en la sociedad  y fuera de toda sospecha? Están preparando nuevas acciones terroristas? Por ahora no hay respuestas a estas preguntas. Pero este hecho que ocurre por primera vez en la pacífica Suecia es un campanazo de alarma sobre cómo los fanáticos de cualquier religión o ideología, buscan crear el miedo y extender el terror por diversos lugares del mundo.

La expansión de las economías y la conquista de nuevos mercados han ido socavando los valores de las sociedades tradicionales.Esto ha creado tensiones tan profundas entre modernismo y tradición que al final las invasiones, guerras y conflictos han sido inevitables. Y los golpes terroristas como respuesta de los grupos más fanatizados a esa globalización e invasiones no se han hecho esperar. Ejemplos hay de sobra. Los terroristas saben que la debilidad de los países que participan en esas operaciones, ya sean bajo la orden de Naciones Unidas, o en las aventuras de EEUU como policía mundial, tienen un talón de Aquiles. Este es la opinión pública que no tiene interés en ver caer a sus muchachos en los frentes de combate o a las víctimas de atentados terroristas en sus propias ciudades.

Suecia ha escapado con suerte o por un milagro de lamentar víctmas mortales a causa de un atentado que pudo cobrarse muchas vidas en el día de ayer en la capital del país. Deberemos esperar que la suerte nos siga acompañando si los terroristas hacen explotar sus bombas contra objetivos civiles en una calle, en un bus o en el metro de la ciudad? 

Sin dudas que este fallido atentado traerá otras consecuencias. Una de ellas será la ofensiva de la ultraderecha que verá el atentado como una prueba más de sus advertencias sobre la "amenaza islamista" no es un invento propio, y que la política de asilo tan generosa de los gobiernos suecos en las úlimas décadas, ahora debe pagar el precio por haberle dado permiso de residencia y ciudadanía a decenas de miles de musulmanes. La xenofobia y el racismo tienen una muy buena excusa para seguir alimentado el odio y el temor en la sociedad.

El gobierno sueco y la oposición acordaron hace poco que las tropas suecas en Afganistán, unos 500 soldados, serían retirados de allí si el mando de las operaciones quedaba bajo control de la policía y FFAA afganas. Algo que muchos dudan debido al grado de corrupción y debilidad que hasta ahora han mostrado ambas organizaciones. Por tanto la presencia de esos soldados suecos tal vez deba extenderse por algunos años más en Afganistán en caso que los más pesimistas tengan razón. Y por lo tanto seguirá pendiente la amenaza terrorista sobre la sociedad sueca?
La yihad como la globalización, tampoco tiene fronteras.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Espíame que me gusta

Foto: Wikipedia
No pasó mucho tiempo desde que anunciáramos en este blog que Julian Assange quedaría atrapado en un arbusto espinoso de pedidos de capturas y demandas por abusos sexuales.
Estas acusaciones, según el tribunal de apelaciones de segunda instancia, han pasado a ser menos graves de lo que al principio se creía, dándole en parte la razón al abogado defensor de Assange, Björn Hurtig,  de que ambas denuncias no serían suficientes para condenar al fundador de WikiLeaks.
Ya está sin embargo entre rejas en Londres a la espera de que el pedido de extradición de parte de la justicia sueca se haga efectivo.

Sin embargo esta nueva instancia que vive el caso de Julian Assange ante la justicia sueca no apagan los ecos de que funcionarios de la policía de seguridad y el propio gobierno sueco, se habrían puesto de acuerdo para colaborar con el embajada de EEUU para identificar personas que estuvieran en conexión con el islamismo extremista o con organizaciones terroristas que amenazaran los intereses de ambos países.

Los cables que están publicándose confirman lo que semanas atrás se revelaba por los medios suecos de que funcionarios de la embajada de EEUU fotografiaban y registraban a personas que sospechaban podían tener algún vínculo con organizaciones terroristas o afines, con el visto bueno de las autoridades suecas. De la misma forma como lo habían estado haciendo en la vecina Noruega en los últimos diez años.

Los cables revelados por WikiLeaks confirman entonces la estrecha colaboración de los servicios de seguridad de ambos países, algo que no es de extrañar porque esa colaboración se da entre los servicios de seguridad de todo el mundo, de una forma secreta por supuesto. Pero en países que se llaman democráticos la misma está respaldada por las reglas que acuerdan los parlamentos y que ponen límites para proteger los derechos individuales de los ciudadanos. En teoría cada persona tiene el derecho a defenderse contra cualquier abuso del estado al estar protegido por la ley.

Lo que es llamativo en el caso de Suecia es que los servicios estadounidenses pidieron que esa colaboración se hiciera formal entre ambos países a través de un tratado que garantizara la legalidad de tales acciones. Sin embargo los documentos filtrados por WikiLeaks y publicados en los medios suecos, mostrarían el escepticismo que los colegas suecos habrían
expresado ante esta demanda, ya que consideraban que legalizar esa cooperación exigiría que la misma fuera aprobada por el parlamento, donde se acumularían las preguntas y probablemente las críticas a esa actividad. Era mejor continuar con el intercambio de información de una manera informal, lo cual fue aceptado por la delegación norteamericana.

De esta forma quedan mucho más definidos los contornos de esa cooperación revelados por
los cables a los largo de las últimas décadas,y que dejan al desnudo el doble discurso que los sucesivos gobiernos suecos han desarrollado: uno hacia la opinión pública y el parlamento, y otra hacia el aliado informal que es EEUU en temas de seguridad.
Así lo analiza uno de los expertos en temas de inteligencia y espionaje de la Universidad de Lund, el profesor Wilhem Agrell. Esta forma de cooperar despierta las simpatías y el agradecimiento de la Casa Blanca, expresado en un cable donde el ex-presidente George W. Bush pide al embajador de su país en Estocolmo, que agradezca al primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt por la estrecha cooperación en la lucha contra el terrorismo. Claro que ese agradecimiento debía ocurrir a puertas cerradas.

Otra de las facetas de esta cooperación se devela en otro cable donde el ex-embajador norteamericano Michael Wood describe las relaciones de la OTAN con Suecia como muy importantes, sobre todo por la información aportada sobre Rusia, y opina que la "supuesta neutralidad sueca es una farsa".

Lo que al principio revelaban los primeros cables y que parecía ser cotilleo diplomático, en lo que se refería a las relaciones entre EEUU y Suecia, ahora sin duda pasan a tener un carácter mucho más serio, aún cuando desde el gobierno la ministra de Justicia Beatrice Ask trate de quitarle dramatismo a lo que revelan los cables de la embajada, y afirme que la cooperación entre los servicios de seguridad de ambos países transcurren por los canales habituales, y que cada año el parlamento sueco recibe un informe sobre el alcance y los detalles de los mismos. Una explicación que conforma a muy pocos, cuando la sinceridad de los diplomáticos norteamericanos dice lo contrario.

Y volviendo al caso de Julian Assange su situación se complica ante a posibilidad que el juicio en Suecia en su contra, independiente si es culpable o inocente pueda finalizar con un pedido de extradición de parte de EEUU. Y el círculo se cierra alrededor la economía de Wikileaks con cuentas bloqueadas y otras medidas que intentan quirale el oxígeno a esa organización.

Y nadie puede asegurar que la justicia sueca pueda garantizar que esa extradición no tenga lugar, ya que existe un tratado entre ambos países y las opiniones son encontradas entre los juristas suecos en cuanto a la imparcialidad de los fiscales en este caso donde están implicadas tantas cosas. Julian Assange seguirá enredado en el espinoso arbusto de la ley, o
en los matorrales que a veces la ocultan.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Biutiful is beatiful - y además es sensacional

Foto: Wikipedia
Te deja sin aliento, así he sentido la última película de Alejandro González Iñárritu, Biutiful, con un Javier Bardem excepcional en su rol de padre separado, que lucha día a día por sobrevivir a una enfermedad incurable y a una Barcelona implacable.

Un drama humano donde se reúnen los destinos personales de una familia dividida y castigada por la miseria moral, la enfermedad psíquica y física, que confluye con ese mundo enfermo que la mayoría desea ignorar, la de los inmigrantes ilegales. Chinos, africanos y otros tantos venidos de tan lejos sobreviven en la semiesclavitud  produciendo y vendiendo carteras o copias de películas para la satisfacción de los que profitan a su costa -y de ese otro sector de la sociedad que cierra los ojos y vive de la apariencia y en la indiferencia. Una Gomorra a la española.

Son dos horas y media de una película con una fotografía y una música que hacen que ese tiempo sea una ilusión, ya que el dramatismo va in crescendo- y en cada secuencia ocurre algo inesperado, y a veces previsible, porque el destino de los parias apenas tiene más alternativas que la ruta que otros les han marcado.

Este de drama González Iñárritu  muestra una vez más la grandeza y la miseria  humana como en otras de sus tantas películas como 21 Gramos, Amores Perros, Babel.


Y Javier Bardem desarrolla un personaje conmovedor e inolvidable, distinto al pintor bohemio que  interpretó en la película de Woody Allen, Vicki, Cristina, Barcelona, o en papel de psicópata en  No es país para hombres viejos de los hermanos Cohen - o en aquél Manuel de  Mar adentro, de Alejandro Amenábar, por sólo nombrar unas pocas de sus fantásticas interpretaciones.

En Biutiful  es un padre lleno de sentimientos de culpa por lo que quiso ser y no pudo, por sentirse insuficiente al no poder entregarle a sus hijos una existencia más segura y confortable, y darle todo el amor posible a una mujer que poco a poco va perdiendo el sentido de la realidad y la empatía- y  por no poder darles a ese grupo de parias llegados de lugares tan remotos, una existencia más digna y justa, y que finalizará en una tragedia lamentablemente anunciada.


En fin, una mea culpa que finaliza en una escena que recuerda el final de El Gladiador, donde el reino de los muertos y de los vivos puede fundirse en una caminata por un campo de trigo - o en un nevado bosque de abetos como en Biutiful.

En una entrevista con un periódico sueco le dijo Javier Bardem a la periodista que después de terminado el rodaje tuvo que plantearse "quién era yo realmente".
Tan fuerte es el personaje que interpreta, que también uno como espectador debería hacerse la misma pregunta.