Espías disfrazadas de monjas.
Se acerca la Navidad y hay lugar para contar alguna saga nórdica. Esta historia que voy a a relatar no es ficción. Es la pura verdad de cómo se desarrolla la narrativa en algunos países de la UE, tratando de, una vez más, bombardear a su población con la perversa amenaza rusa. Se trata de tres monjas del convento de Sta. Elisabeth, con sede en Minsk, Bielorrusia (https://obitel-minsk.org.) que visitaron Suecia.
Resulta que estas tres representantes de aquel convento ortodoxo, viajan cada año a países europeos para ofrecer las artesanías que ellas mismas producen, y hacer finanzas para sus obras sociales dirigidas a las personas que se encuentran desamparadas y necesitan ayuda económica, servicios de salud, etc. Algo frecuente en todos los países occidentales.
Bien, hace unos días se encendieron las luces rojas y despertaron todas las alarmas en Suecia. Según los medios de prensa de este país, a partir de un dato secretísimo, de fuente no revelada, se advirtió que las tres monjas eran en realidad espías de Putin, que las finanzas que lograban recaudar eran para financiar la guerra de Rusia en Ucrania, ya que estas perversas mujeres, disfrazadas de monjas, eran en realidad espías. Personalmente, especulo que son hijas de Karla, aquel agente soviético, tenaz rival del británico Alec Leamas, en aquella novela clásica de espionaje de John Le Carré, llevado posteriormente al cine: El espía que regresó del frío. Para ser más claros, en caso de que haya alguna duda: los guantes, gorras, bufandas de lana; las muñecas Matryoskas o babuchkas, esas que se encajan unas dentro de las otras, artesanías de la cultura eslava, son una seria preocupación de las autoridades suecas, porque en sus elucubraciones y actividad de inteligencia, la actividad comercial estaba originando al parecer ”cuantiosas" sumas de dinero para comprar armas para los rusos… bueno, estimado lector, dígame usted cuántas balas podrían comprar con esos fondos que desde 2022-23 están además congelados en una cuenta bancaria en Suecia: alrededor de 16 000 dólares! Que esa suma ayude a financiar el gasto militar de Rusia es tan ridículo que solo tiene la finalidad de confundir a la opinión pública, engañarla y manipularla. (Comparemos: El gasto militar de Rusia alcanzó los 149 mil millones de dólares en 2024. Le sigue Alemania con 88 mil millones. Ucrania 64 mil millones, etc. En total Europa incrementó el gasto en más 690 mil millones de dólares, incluida Rusia.
EEUU: 997 mil millones de dólares. Fuente: SIPRI)
Las monjas regresaban anualmente invitadas por el pastor de la iglesia de Tibble, en la comuna de Täby, vecina a Estocolmo. Allí parece que se confabulaban estas siniestras agentes del mundo oscuro del espionaje, con el permiso del pastor (será un traidor y doble agente?) que niega que estas religiosas sean lo que dicen las autoridades suecas. Los astutos periodistas de la radio pública (Nunnorna från Minsk-Dagens Eko 12/12. SR), que han escarbado en lo profundo del caso, entrevistaron a representantes de la iglesia sueca que afirman que debe prohibirse en el futuro la entrada al país de las monjas ”enemigas", a un profesor de la Escuela de Defensa, quien afirma muy suelto de cuerpo que las monjas son agentes con una cobertura muy eficaz, que pasan de esa forma ”bajo el radar” de las agencias de inteligencia occidentales y espían sobre construcciones civiles, militares y de defensa. ¿Pruebas? Bueno, el profesor no aporta ninguna ni el reportero estrella tampoco le pregunta. Hasta ahora no se han presentado pruebas para convencernos de que las monjas fueron controladas, seguidas y fotografiadas, con las manos en la masa. en esas abyectas tareas de espionaje, salvo que la iglesia de Tibble, sea un objetivo de primer nivel para Rusia. La cuestión ha llegado tan lejos que el propio ministro de Migración sueco, Johan Forsell, llevó este caso ante la UE, para que el colectivo europeo, sin demora, endurezca los controles de ingreso a estos agentes que para el gobierno sueco, son una amenaza más en la guerra híbrida que Putin desarrolla contra las impolutas democracias europeas.
Mi atrevida opinión es que por un lado, la corrupción que ya sacude a la UE con el caso de Federica Mogherini, quien fue nada menos que la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el diplomático de la UE Stefano Sannino y el excomisario europeo Didier Reinders, están imputados por presunto lavado de dinero. Así como un mago saca un conejo del sombrero hay que inventar el caso de las monjas espías, los incansables drones sobre aeropuertos, etc. Impecable.
La paranoia de algunos gobiernos de la UE está llegando a tales niveles, con tal de convencernos de que estamos rodeados de amenazas y provocaciones rusas, que es necesario comprar armas hasta el 5% del PIB, seguir enviando miles de millones de coronas en efectivo o en armamento a Ucrania, dañar sin pausas el cada vez menos generoso ”Estado de Bienestar” nacional y a sus propios ciudadanos con peores servicios públicos. No importa la probada y extendida corrupción a todos los niveles del gobierno de Zelensky, (apenas se habla de eso en la UE o no se le da mayor importancia) y la desmoralización de la sociedad ucraniana y de su ejército, así como la destrucción de amplias regiones y los millones de muertos y heridos. Todo por negarse a aceptar los sucesivos planes de paz que empujada por la OTAN, Ucrania se negó a firmar (Minsk I, II (2014 y 2015); Estambul (2022). Ahora está bajo discusión el presentado por Donald Trump con resultado incierto. Está por verse cual será el próximo episodio de amenaza y espionaje. ¿Tal vez drones disfrazados de gaviotas? ¿Alces y ciervos portando cámaras infrarrojas? ¿Focas lanzatorpedos? Budistas portando bajo las túnicas cámaras camufladas? Quién sabe que se les ocurrirá a los despreciables cosacos con los que no se puede hablar, y menos negociar.