La pausa de cinco días que se tomó el miércoles pasado Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España, dejando al país sin el principal cargo político hasta el lunes, ha levantado toda clase de especulaciones. Y no es para menos, ya que es un fenómeno único en la historia política del país. La causa de ese pedido de reflexión por Sánchez, es el acoso al que ha estado sometido él mismo y su esposa, Begoña Gómez.
Esto ha despertado, por supuesto, diferentes sentimientos en tiendas amigas y enemigas.
Estos últimos, los partidos de derechas, gestores ocultos de las demandas judiciales, Partido Popular y Vox, movieron sus tentáculos a través de lo que algunos califican como una organización mafiosa: Manos Blancas (¿será por el efecto de algún polvo parecido al talco o por la bendición del Señor?). Esta organización presentó ante un juez una denuncia contra Begoña Gómez por tráfico de influencias.
Las ”pruebas” presentadas ante ese magistrado, son unos artículos de prensa que los medios de esa misma derecha corrupta y venal, habían publicado durante la campaña contra Sánchez, algo que el juez admitió cuando, según los expertos en jurisprudencia, está prohibido por las normas que rigen al poder judicial, porque no son pruebas, sino bulos o especulaciones no comprobados, pero que las derechas y los jueces corruptos no tienen en cuenta, a pesar de correr el riesgo de ser juzgados por prevaricación, en caso de ser denunciados en una querella, según algunos expertos en este tema. Sin embargo en España, el Poder Judicial está dominado por jueces de la más rancia derecha, por lo que, aparentemente, no habría riesgo de demandas.
Lo importante para estos grupos de la élite derechista, y lo que se busca en realidad, es crear más titulares, ruido, humo, tensiones y posibles resultados negativos para el gobierno como la renuncia de Sánchez, si se produce. Sería la pieza mayor después que le armaron las falsas denuncias contra Pablo Iglesias, que finalmente lo obligaron a renunciar al cargo de vicepresidente del gobierno y a la dirección del partido Podemos, en la anterior gestión de gobierno, cuando Podemos y PSOE formaron gobierno (2018-2023). En este actual caso contra Sánchez, las derechas en España no admiten la derrota, se sienten frustradas por el desafío de un gobierno del PSOE, que poco a poco con el liderazgo de Sánchez, ha ido rompiendo los lazos secretos u oficiales con el PP, que les permitían alternarse en el gobierno de España, dejando de lado a los otros partidos, principalmente a los de izquierda y a los independentistas.
Sánchez, hay que decirlo, también ha intentado llegar a algunos acuerdos con el PP, sobre políticas de estado, pero al no haber voluntad del partido de Nuñez Feijó de acordar, pateó finalmente el tablero armado por los antiguos presidentes Felipe González(**) y José María Aznar en el pasado, en aquella deténte nacional, una distensión que les convenía a ambos partidos para que sus líderes, sectores sociales y económicos del PP, se enriquecieran sin pausa, a costa de trabajadores y jubilados que esperarían por las migas que les cayeran de los beneficios del capital. Lo típico que vemos en todo el mundo cuando gobiernan las derechas. Pero Sánchez, al formar un nuevo gobierno, emprendió un camino de reformas y alianzas con esos otros grupos políticos que para los viejos y nuevos líderes del centro-derecha, son un anatema, que sin freno ni límites, han usado sin pausa contra Sánchez. La ley de Amnistía a favor de los políticos catalanes independentistas de Junts, ha sido la gota que desbordó el vaso, entre otras reformas.
Sánchez y su nuevo gobierno, surgido del resultado de las últimas elecciones, los ha desafiado y vencido políticamente, aliándose a esos partidos nacionalistas. Es que hasta ahora , según la Constitución española, los dos partidos mayoritarios si no obtienen la mayoría de la mitad más uno en las Cortes, no pueden formar gobierno. Dependen entonces para gobernar, tanto el PSOE como el PP, de los votos de esos partidos nacionalistas e independentistas en el Parlamento o Cortes.
Sin embargo, el PP, porque tuvieron más votos en la elección pasada, pero sin mayoría absoluta, insisten en que fueron los verdaderos triunfadores. Con esa mala excusa de tener mayoría relativa, el PP reclama gobernar cuando no tiene los votos suficientes, aún sumando los de Vox.
Las fuerzas políticas como Bildu en el País Vasco, Esquerra en Cataluña, y otras como Sumar y Podemos, prefirieron votar por el PSOE como alternativa y que formara gobierno. Esto ha creado un profundo resentimiento y ánimo de entorpecer las políticas progresistas que Sánchez viene aprobando, como el crecimiento de la economía; sistema progresivo de impuestos; crecimiento como nunca del empleo; mejoras salariales y jubilaciones; becas para universitarios y de otras instituciones no terciarias; planes de vivienda para los sectores más afectados por la escasez y la especulación de los capitales extranjeros y particulares para aumentar los precios del alquiler; leyes que favorecen las Pymes y otros proyectos en camino, lo que es reconocido por la gente en general. Aunque eso no significa que, en esta ocasión, alcance para que Pedro Sánchez al final, este lunes no dimita. La gente que abandona valores e ideología y, permanentemente, se vuelven péndulos dando su voto a quien oferta mejor, tal vez tengan otras opciones que los hipnoticen y crean convenientes.
Atacar a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, parece haberle dado a las derechas, que se esfuerzan cada vez más frenéticamente en crear las condiciones para dar un golpe ”suave”, de baja intensidad, como especulan algunos analistas, sin necesidad de policías y militares que asalten las Cortes y la Moncloa, solo a base de "bombas" con forma de noticias falsas y bulos, como los llaman allí, y así, desplazar a los socialistas y a los partidos aliados de las Cortes, es decir, a los partidos nacionalistas e independentistas de las regiones como Cataluña, País Vasco, Galicia, etc. Un golpe "suave", como el que le dieron al expresidente Costa, de Portugal, en base a noticias falsas, como se comprobó después de su renuncia.
Las élites, principalmente madrileñas, anuncian dramáticamente a todos los vientos que España ”se parte”. Bueno, con esta ofensiva feroz contra las políticas de entendimiento y diálogo, entre las distintos intereses que existen por parte del gobierno central del PSOE y las regiones, las derechas están logrando polarizar aún más esa división entre regiones. Pero no les importa. Cuando el PP era gobierno, con Rajoy como presidente, la represión, encarcelamiento y persecución a los disidentes republicanos y nacionalistas, fue su medicina. Si vuelven al poder, tendrán probablemente oportunidad de hacerlo de nuevo y en dosis para matar caballos. Es decir una España partida en muchos pedazos al pretender ignorar las peculiaridades culturales, políticas y económicas de este país que puede ir , si el proceso se deteriora, camino a una verdadera balcanización.
Mañana veremos si Sánchez sale fortalecido y apañado por su partido y por una sociedad donde mayoritariamente se apruebe lo que se ha conseguido hasta ahora con sus políticas para las mayorías. O Sánchez finalmente elige la seguridad y tranquilidad de su entorno familiar, renunciando, porque ese llamado al apoyo a su gestión solo ha tenido una tibia respuesta y ¿porqué seguir desgastando su vida, energías y talento, y sus vínculos familiares con su esposa e hijas, por un pueblo que no aprecia defender principios y valores democráticos y, prefiere el servilismo y la sumisión, avalando indiferentes a las élites corruptas del PP? Esperemos que no, que en España todavía quede entereza moral para defender otra forma de hacer política y conducir un gobierno. A las 12 hs del lunes se conocerá su decisión.
(**) Felipe González no ha salido a respaldar a Pedro Sánchez hasta ahora. Una señal de que el viejo caudillo socialista desaprueba las alianzas con los nacionalistas, algo que se comprueba porque siempre prefirió pactar con el PP que con los nacionalistas de las regiones vascas, catalanas, gallegas, etc. Sus últimas apariciones en público y declaraciones también confirman que de socialista le queda la insignia prendida en su chaqueta. Si es que todavía la lleva.
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