El combate de las tres M

Massa vs Macri-Milei es el nuevo escenario donde se definirá el balotaje en Argentina. Luego de la derrota estruendosa de Juntos por el cambio (Patricia Bullrich) y La Libertad Avanza (Javier Milei) frente a la coalición liderada por Sergio Massa (Unión por la Patria), pone una vez más sobre la mesa qué modelo de país elegirán los argentinos. El de Massa y su coalición UxP respaldado por peronistas, progresistas, algunos sectores liberales y otros de izquierda, enfrentados al proyecto cada vez más macrista y menos mileiísta de la derecha, que usa todos los atajos posibles para revertir la humillación de la derrota cuando estaban convencidos de  que su candidato, Milei, arrasaba en las urnas.

A pesar de la diferencia de votos, 37% para Massa y 30%para Milei no hay que dudar que el arquitecto de esta campaña hasta el 19 de noviembre no será Milei y su motosierra. Mauricio Macri un día después de la derrota de Juntos por el cambio pateó el tablero y abandonó la coalición para poner sus condiciones a su nuevo aliado, Milei, y dejar a un costado a una devaluada Bullrich de pésima utilidad para los intereses de los grupos que la apoyaron, léase Macri y Cía. Por eso el expresidente llevó de una oreja al león porteño a su residencia para ponerle las condiciones con las que él quiere que se conduzca la campaña en las próximas semanas, sin consultar, además, a sus aliados, lo que provocó el cisma en JxC.

Sergio Massa sigue comportándose en cambio como un presidente en funciones y el futuro presidente del país, ahora enfrentado a las petroleras multinacionales, que prefieren llenar los tanques con el combustible de exportación de los buques petroleros, que hacen cola en el puerto de Bs As, mientras desabastecen a los argentinos que deben hacer largas colas por la avaricia y el oportunismo de la coyuntura. ¿Porque qué mejor medida que crear escasez de combustible para enfurecer a la gran masa de conductores del transporte público, privado, comercial, industrial, etc.? A no dudar que esa escasez tiene su arista política en contra del gobierno del desaparecido Alberto Fernández, pero que la reacción inmediata del ministro de economía S. Massa les puso un tiempo límite para que atiendan el mercado interno, de lo contrario la exportación se detiene y probablemente se apliquen otras sanciones. 

El poder mediático La Nación y Clarín canales de radio y TV regenteados por Macri y sus aliados, durante estos días de escasez pusieron a sus periodistas “ensobrados” a trabajar insistentemente con la sombra negra de Venezuela, una vez más, para comparar ambas realidades y tender el manto de la inoperabilidad del gobierno, cuando la causa de la escasez de combustibles estaba en otro lado. 

Supongo que el resultado de estas elecciones argentinas serán muy peleadas, pero si una mayoría supo discernir y votar contra el neoliberalismo despiadado de Milei, y ojalá se oponga al edulcorado de Macri, y darle la mayoría a un proyecto popular y nacional, que  abarque a un amplio abanico de fuerzas políticas con posibilidades de enderezar el rumbo del país. como viene predicando Massa, los planes de la derecha más abominable deberían ser derrotados por el bien de las mayorías.

Elecciones argentinas. ¿Otro salto al vacío?

Desde temprano a la mañana se abren los locales de votación en toda la república Argentina. La expectativa cobra una enorme dimensión al estar en juego valores y caminos futuros de la sociedad argentina ante una figura de un candidato que ocupa, prácticamente, todos los medios de prensa sin mayores posibilidades para el resto de las y los candidatos. Javier Milei incursionó en la vida política argentina pateando el tablero o mejor, como un elefante en un bazar. Ese es el efecto causado por este ególatra quien se autoproclama libertario o anarcocapitalista. Fuera y dentro del país se espera con enorme expectativa qué ocurrirá una vez conocido el resultado de estas elecciones. 

Las encuestas le han dado a Milei (La Libertad Avanza) una cierta ventaja sobre el oficialista Sergio Massa, (Frente Renovador,) miembro de la coalición progresista y peronista Unión por la Patria, ministro de Economía; y aún mayor frente a la candidata Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio, el otro partido de oposición regenteado detrás de las bambalinas por el intragable Mauricio Macri. Sin embargo se supone que nadie va a ganar en la primera vuelta de este domingo 22 de octubre, y la segunda vuelta la definirán los dos ganadores semanas más tarde y entonces sabremos quién   ocupará el sillón presidencial de la Casa Rosada.

En esta puja ideológica entre el peronismo-progresismo y los neoliberales, la ventaja, por lo menos hipotética hasta que no conozcamos el resultado final, de la derecha es clara si se unen Milei y Bullrich por una simple operación matemática en caso que los votantes de JXC decidan dar su voto a Milei, pero no es seguro. Ahí hay muchos votos del Partido Radical que tan vez prefieran a Massa y no a Milei. 

Bullrich y Milei mantienen cierta distancia en campaña por razones obvias, pero esas diferencias podrían limarse y la guadaña de unos y la motosierra de otros podrían transformarse en una tijera de podar con un uso menos discrecional y avasallador, aunque según los propósitos enunciados por ambos partidos, inevitable. Lo que parece difícil pero no imposible, es que Sergio Massa y Unidos por la Patria, den un vuelco a las tendencias y vientos de derecha y le recorten las garras al león de marras.

Los fuertes recortes al estado y al deficit fiscal, la reforma de los derechos laborales, las privatizaciones y la dolarización son las piedras de la catapulta con la que bombardearán el fortín peronista (o kirchnerista si prefieren) que, empantanado en una economía estancada, hiperinflacionaria y con un índice de pobreza e indigencia en aumento, ya no parece atraer a los sectores que otrora representaran el peronismo y su sucedáneo, el kirchnerismo. Según las encuestas un buen porcentaje de la juventud, los trabajadores asalariados y clase media, en su intento de sobrevivir en el día a dia, los habría abandonado y corren a abrazar a sus próximos verdugos.

Porque la alternativa es el canto de sirena al que ahora se aferran al parecer esas mayorías posibles para Milei y Bullrich. Sin embargo es la vieja receta neoliberal aplicada en muchos lugares y que en los ejemplos de D Trump y J Bolsonaro aumentaron pobreza, abusos represivos, desastre medioambiental, expoliación de recursos naturales, acoso a las minorías, ataque a la agenda de derechos, y más. La guerra cultural desatada con fake news, postverdad y otras bellezas van horadando las instituciones y las esperanzas. El descreimiento y la decadencia de los regímenes de democracia liberal van dejando paso al autoritarismo y otras combinaciones autocráticas donde las mayorías se recuestan para dormir el sueño de la sumisión y el conformismo. 

¿Será ese el futuro inmediato que le espera al resto de la humanidad que todavía vive en las llamadas democracias liberales? 

El día después y con el diario del lunes

No fue poca la sorpresa de tirios y troyanos al ver el resultado de esta primera vuelta de las elecciones argentinas. Javier Milei (LLA), 30% de los votos, el león porteño, se convirtió en gatito maullador haciendo un llamado a la unidad de la derecha para derrotar en segunda vuelta a Sergio Massa (UxP) 37% de los votos. Se llevó un precioso revolcón por la arena del circo del estadio de Boca Jr. equipo del que afirma ser hincha y socio (junto con sus cuatro perritos?) cuando con el ego hinchado de triunfalismo daba por seguro su triunfo sobre el kirchnerismo-peronismo-progresismo, a quienes afirma, sacudiendo la melena de rockero descafeinado, odiar profundamente porque representan todo lo nefasto del estado contra la libertad de los ciudadanos. Se topó, no obstante, con un gran político que resultó ser Sergio Massa, quien sacó del pozo a UxP y logró que hasta el gordo Jorge Lanata expresara que no entendía a los argentinos, después de haber contribuido a regar con mentiras, medias verdades y falsedades la campaña. Ante los fallos del actual gobierno de Alberto Fernández en frenar la inflación y el aumento de la inseguridad en el país, entre otros fracasos, aunque muchos exagerados por la oposición, no era extraño que pasara, según todos los cálculos, que finalmente ante la desesperación de grandes capas de la población le dieran la espalda al candidato del gobierno. Sin embargo, mucha gente recapacitó y supo comprender las consecuencias que puede traer el modelo de Milei. Todavía falta la segunda ronda y lograr el 51% de los votos frente a toda esa derecha revanchista, exigirá a Sergio Massa todo el arte de la política, la seducción y la comunicación para convencer que su proyecto de país, a pesar de todas las actuales dificultades, y en muchos tramos mala gestión del gobierno de Alberto Fernández, es el más viable y posible para esta Argentina tan golpeada.

Si este espacio te parece interesante te agradezco que lo reenvíes a personas que se preocupan por estos temas, ya sea que estos sean tratados con un carácter serio o en tono humorístico. Las vergüenzas del poder también tienen su lado jocoso o muy serio cuando se desnudan por haber sido exhibidas descaradamente. Otros fenómenos sociales también cobran actualidad. O deja un comentario si deseas aportar una opinión sobre el tema. Aquí abajo hay posibilidades de hacerlo. Gracias por tu interés. Y suscríbete, es gratis.

Los tambores de guerra repercuten en Palestina II

 Ha transcurrido casi una semana del ataque terrorista de la Resistencia islámica (Hamas) contra la población israelí en kibutzes, poblaciones, festival de música y centros militares fronterizos, sumados a los miles de misiles que llovieron sobre el territorio de Israel. Hasta ahora se cuentan más de 1300 víctimas mortales y muchos miles de heridos. No pasaron más de 24 horas cuando las bombas israelíes comenzaron a machacar la franja de Gaza destruyendo edificios en zonas densamente pobladas y sin más alternativas para los civiles que refugiarse en las escuelas de la ONU y al borde de
la cerrada frontera con Egipto. 

En esta ocasión es el estado de Israel que bombardea indiscriminadamente la franja de Gaza y llama a los pobladores del norte de la franja, un millón de personas, a evacuar esa zona porque el ejército se apresta a invadir la ciudad y la aviación a seguir bombardeando. ¿Alguien llama terrorismo a esta acción de bombardeo contra una ciudad donde ya se cuentan también una 1500 víctimas y miles de heridos, sin combustibles, sin agua, sin alimentos y la sería posibilidad de ser despedazado por un misil o una bomba? Debemos de reconocer que eufemísticamente se llama “el derecho legítimo de Israel a defenderse”. Pero a pesar de la diferencia tecnológica de cómo se llevan adelante estas operaciones, el terror que producen las bombas y los misiles, las explosiones y la destrucción, no solo provoca víctimas mortales y destrucción material, sino también daños psicológicos en las nuevas y presentes generaciones que viven en ese ambiente tóxico contaminado por el odio y la pólvora. Porque nadie allí pedirá comprensión y paz, aunque lo hubieran deseado hasta hace una semana. Acciones indiscriminadas contra Hamas, que se refugia como es de esperar en la población civil para volver la opinión internacional en contra de Israel, no dudará en sacrificar vidas a las que llama mártires. Bueno, si se trata de hombres, claro, porque no olvidemos que Hamas es una versión más del fundamentalismo islámico donde la mujer es un vientre para dar a luz a nuevos combatientes para la yihad, así como someterse a la ley musulmana de la sharia, la misma que rige en Irán y otros lugares de Medio Oriente, donde la mujer es ciudadana de tercera. 

A pesar del llamado de la ONU de que Israel debe actuar moderadamente en su reacción militar, el gobierno de Netanyahu no tiene mayor intención de escuchar esas voces que llaman a la contención por las consecuencias que traerá para la población civil, incluso para los que discrepan con las ideas fundamentalistas, además de las mujeres, niños/as y ancianos/as que también han sido prisioneras del apartheid establecido por Israel, en la medida que no ha reconocido la existencia de un estado palestino, con la excusa de que Hamas y otras organizaciones islamistas no reconocen el derecho de existir de Israel.

Debemos prepararnos para vivir otra distópica realidad humana en este presente y futuro próximo, bordada por el fuego de las explosiones en los barrios de Gaza a la caza de milicianos de Hamas, deseosos de que los soldados israelíes penetren en la ciudad para matar el máximo posible; dicen estar preparados y motivados, y no parece que estén bravuconeando, aunque se verá si esa resistencia es tan fuerte como parece. La dificultad para Israel es si se abren más frentes en el norte y este del país protagonizadas por Hizbollah y una posible resistencia palestina al interior de Cisjordania, si es que existe. 

Por el otro lado la venganza por el atroz crimen contra los israelíes que, entre otras víctimas, hubieron cientos de jóvenes que danzaban cerca de la frontera con Gaza, en un ingenuo gesto de enviar una señal de paz y confraternidad con la población palestina y contra las políticas autoritarias de Netanyahu. Digo ingenua porque si hay algo que el islamismo odia, es la cultura occidental, la música, la danza, la libertad de la mujer y todo lo que existe fuera de la religión y el Corán. De ahí el feroz ataque a ese festival con 260 asesinatos hasta ahora, secuestros y violaciones, según los testigos que sobrevivieron.

El infierno en la tierra, pues no se necesita esperar tanto si quieres pasar por esa  experiencia en aquellas tierras. Sé que hay miles de argumentos para explicar lo que ocurre allí en ese territorio tan cerca y tan lejos de Dios, para repetir ese viejo tópico, desde el 

auge de los imperios persa, romano, otomano, británico y francés, solo para nombrar los más destacados periodos de dominio imperial, algunos con verdaderos espacios de tiempo de convivencia pacífica entre judíos y palestinos. Pero el resentimiento y las dificultades de unir en un solo ideal de convivencia entre núcleos de personas religiosas y fanáticas, sumados a los intereses de superpotencias estableciendo controles y dominios geopolíticos y económicos donde los hubiera, levantan muros y barreras entre esos pueblos, etnias, tribus, y no faltan razones para que comiencen a deteriorarse los vínculos creados a lo largo del tiempo, minados  principalmente por los intereses económicos y de poder entre esos grupos en una sociedad campesina y precapitalista. 

Tal vez resulte interesante señalar que entre los entresijos que existen en la relación entre gobiernos de Israel y organizaciones palestinas se ha revelado por Bitte Hammargren, antigua corresponsal sueca en Medio Oriente en décadas pasadas y actualmente analista política , quien afirma en una entrevista que en la década de los ‘80, el gobierno israelí de entonces (primeros ministros 1980 -1990: Menahem Begin y Yitzhak Shamir, con un corto periodo para Shimon Peres), enviaba secretamente recursos económicos a Hamas para que los islamistas mantuvieran a raya a los miembros más seculares de la OLP y a los comunistas palestinos (Dagens Arena 11/10/23). Su razonamiento era que de esa forma se podía contener a la parte más racional y menos fanática de los palestinos, mucho más abiertos a negociar tratados y salidas políticas que beneficiaran a ambos pueblos. 

Bueno, no ha sido el único ejemplo fallido en la historia, eso de financiar terroristas para que más tarde te claven el puñal por la espalda. Algunos son expertos en ese tema y no necesito nombrarlos. 

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Los tambores de la guerra repercuten con más fuerza en Palestina

                                                                                                                                                        

Si alguien creía que el momentáneo silencio de las armas en Siria y en Yemen se estaban apagando, el estruendo de los estallidos de las actuales apaga cualquier expectativa de esperanza. Israel con sus ocupaciones y guerra de baja intensidad, renuncia a una paz estable y en reconocer los legítimos derechos palestinos reconocidos internacionalmente, desplazándolos y sustituyendo a esos desplazados con nuevos asentamientos, preferentemente arropando a colonos ortodoxos judíos, fanáticos religiosos dispuestos a todo para ocupar las tierras que dicen les pertenecen y reclaman desde hace siglos. 

Por otro lado Hamás, con el mismo argumento, dispuesta a sacrificar no solo a sus combatientes en nombre de la causa, sino a la población civil de Gaza y probablemente de otras regiones, para seguir con la lucha eterna que hasta ahora solo ha desembocado en más destrucción, muerte y cero territorio recuperado, sino más bien perdido. Es la dinámica perversa de este proceso, que cínicamente manipulan quienes están detrás de esa realidad, y que empujan sin importarles los muertos y la frustración de las nuevas generaciones. Así los educan afirmando “Mi seguridad solo es posible expandiendo las fronteras al sur, pero de pronto no basta y vamos también al norte a expandirnos y liquidar otra potencial amenaza. Una vez asegurado el territorio debemos vigilar a ese otro vecino que, probablemente,  piensa igual que nosotros y pretende sentirse seguro mudando fronteras a nuestra costa”

Es la lógica de los guerreros autócratas y no tan autócratas de estos tiempos, obsesionados con las causas y propios  motivos que se les están escapando de las manos y ruedan aparentemente sin  control. Sin embargo, para su desazón, son otros los actores detrás de las bambalinas que mueven los hilos de la escena para impedir que las piezas, en esta dolorosa partida infinita, no se ordenen como quieren los protagonistas directos —y beneficien o alcancen el resultado que los enemigos esperan obtener— y así fortalecer sus intereses geopolíticos, económicos, ideológicos, religiosos, etc. 

¿Que puede salir mal? Pues nada que no sea el escenario y la meta que los mismos responsables provocan en ese infierno de misiles, bombas y balacera. Cientos de muertos civiles como principales víctimas. Con la cínica justificación de que o son judíos que apoyan el apartheid o pasivos terroristas que apoyan a Hamás y a la Yihad islámica. Víctimas colaterales llamadas más eufemísticamente.

Los analistas occidentales adelantan la hipótesis de que Irán está detrás de Hizbollá, que a su vez respalda a Hamás entrenándolos para que se preparen y lleven a cabo esta ofensiva, en una alianza aparentemente sin fisuras, y así golpear a Israel e impedir que el estado hebreo estreche la mano de Arabia Saudita. Un acercamiento que estaba en marcha, según esas mismas fuentes, fomentado por EUA y el presidente Biden, lo que debilitaría a su vez la alianza de los saudíes con los palestinos. Si esa es una explicación razonable de esta guerra, con el visto bueno de los ayatollah, conflicto que se puede multiplicar por la región, no demostraría otra cosa que una vez más los pueblos son instrumentos de lo que las grandes y medianas potencias emergentes deciden para mantener su influencia y dominio regionales sobre ellos. Fomentar conflictos latentes o en ebullición, permite controlar a los gobiernos prestándoles el apoyo necesario para que mantengan la hoguera encendida y protejan los intereses regionales supuestamente amenazados. Es la rutina y el mecanismo de la maquinaria bélica que se expande y confirma, con lo que ocurre en Ucrania, Sudán, Armenia-Azerbaiyán, y ahora Palestina, cómo ella aumenta su capacidad productiva armamentista y sus beneficios, sin pausas, con esas  armas que vemos dispararse y explotar en las pantallas de la tv. En el Consejo de Seguridad de la ONU como siempre no hubo consenso en condenar el ataque de Hamás, la muerte de civiles y toma de rehenes, por el veto de Rusia. Sucede los mismo cuando EUA veta las condenas a Israel. El juego del tome y daca.

Finalmente, ¿donde está el bien y el mal en esta guerra y en las demás ? La respuesta seguirá flotando en el aire porque si verdaderamente existen, solo pueden hacerlo unidos a la estupidez humana de creer en convenciones y principios para sentirse más identificados unos con otros, tener una causa común por la que luchar y morir no con argumentos ni fumando la pipa de la paz , sino creando y creyendo en mitos milenarios que los sacrificarán a ellos y a miles de víctimas inocentes en el oscuro templo del hoyo de una bomba o con suerte, en un campo de refugiados.

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