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jueves, 27 de febrero de 2020

No toquen las manzanas aunque estén podridas

El presidente electo Luis Lacalle Pou (PN)
A pocos días de asumir el nuevo gobierno en Uruguay, un tema salta a la vista planteado por los medios de comunicación y en las redes sociales: los casos de corrupción que salpican a algunos de los integrantes del Partido Nacional que liderará el gobierno a partir del 1 de Marzo.

El electo presidente, Luis Lacalle Pou, prometió con mucho énfasis combatir la corrupción en la pirámide de gobierno y autoridades, a pesar que la justicia nunca condenó a nadie por ilícitos económicos en el gobierno de Tabaré Vázquez, aunque el vicepresidente, Raúl Sendic, haya tenido que renunciar por hacer un indebido uso de la tarjeta corporativa de la empresa ANCAP, cuando compró artículos para uso particular o hacer regalos, viajes, hoteles, etc.  por 539 000 pesos uruguayos y unos USD 38 000. Sumas importantes pero de las que nadie se hace rico y que fue castigado por el Frente Amplio y el presidente de la república Tabaré Vázquez, pidiéndole la renuncia a Sendic por haber faltado a las reglas éticas que el mismo Sendic había establecido en la empresa pública.

El nuevo presidente sin embargo, a pesar de sus promesas de combatir la corrupción, antes de empezar, ya muestra la hilacha de lo que será su administración: cerrar los ojos ante los casos que salpican a su propio partido, el Partido Nacional (PN), con varios casos que se vienen arrastrando desde hace un tiempo y otros nuevos que indirectamente afectarían a alguna de las figuras de su futuro gabinete. Los antecedentes de la familia Lacalle Pou han estado emparentados con la corrupción desde que Luis Lacalle Herrera (padre) fuera presidente (1990-1995). Su gestión se vio afectada por sonados casos de corrupción como la venta de bancos privados a favor de banqueros que se llevaron cientos de millones de dólares del país y que el estado tuvo que comprar para salvar la plata de los ahorristas  en algunos casos, y en otros se quedaron en promesas, solo por nombrar una parte de los escándalos.

Luis, el hombre que eliminó su apellido durante la campaña, tal vez para que nadie recordara aquéllos casos? - prometió estar cada día junto al uruguayo trabajador, alentándolo, apoyándolo en sus tareas para mejorar su vida y la economía del país, parecía el profeta romántico que promete el paraíso impoluto donde la delincuencia del narcotráfico,  las rapiñas y hurtos, y los delitos económicos (que le deberían preocupar más), desaparecerían con solo asumir él el gobierno multicolor, que unió cinco partidos con el sólo propósito de quitar del gobierno al FA que iba por un cuarto gobierno.

Pues no,  en claros temas de corrupción como manejos indebidos de fondos públicos, nepotismo, abuso de funciones, pasantías con retribución sexual, etc. tiene la canasta llena de manzanas podridas. La última que saltó al tinglado del carnaval multicolor fue el arresto domiciliario  de la Contadora Maya Cikurel, en espera de una posible extradición a Panamá que la reclama por lavado de activos. Ella es pareja del futuro ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, que por esas reglas inexplicables. al menos para mí, es este ministerio el que tiene que aprobar dicha extradición, a pesar que el futuro ministro afirme que él no se inmiscuirá en el caso. Alguien lo puede creer?

 Al mismo tiempo los medios se hacían eco del informe de la Junta de Transparencia y Ética Pública (JUTEP) que pone en evidencia los ilícitos que habría cometido Artigas Caram, intendente del Dpto e Artigas, donde Lacalle estaba de visita. Al ser interrogado por los periodistas sobre estos dos casos el futuro presidente respondió que mantendría a Da Silveira en el cargo de ministro del MEC. "Esto es un asunto personal y Da Silveira no será removido de su futuro cargo", dijo Lacalle a los medios cuando fue a celebrar el carnaval a la ciudad de Artigas. Y sobre el propio Caram nada que decir.
O sea, para Lacalle hay que buscar en el FA dónde están los gusanos que pudren las manzanas, pero en su canasto, al parecer no piensa tirarlas al basurero, aunque estén podridas. Y él mismo usó una metáfora muy elocuente, "En temas de moral y ética, la fruta cae cerca del árbol" en referencia a su padre y la herencia que ha recibido. Triste consuelo para una sociedad que hipotéticamente lo verá gobernar durante cinco años, tratando de destruir lo que se ha creado en los quince años pasados, si es que no vuela antes con una suela marcada en el fundillo.

sábado, 1 de febrero de 2020

Reminiscencias de un viaje al suelo que me vio nacer.

Con amigos en la Plaza Constitución
 de Flores (1968)
Hace casi dos meses que regresé a Suecia de mi último viaje a Uruguay, y no puedo dejar de pensar en lo lindo que fue encontrarme con primos, tíos y todo lo que los rodea de nietos y bisnietos, amigas y amigos, pasear por las calles, parques y plazas de Montevideo, pisar la arena de las playas y recorrer los sitios y barrios de mi ciudad natal Trinidad donde crecí, jugué y estudié.  No obstante, y sobre todo, respirar aquél aire de optimismo y libertad que estas generaciones del presente han vivido en estos últimos años gracias  al impulso de políticas de redistribución, para descontento de los más ricos (que siguieron siendo ricos);  sueños cumplidos de viajes fuera de frontera para muchos como nunca antes y más consumo para una clase media en ascenso. A eso el intento de sacar de la pobreza, muchos mejoraron su vida,  con políticas sociales  que le han dado una vida menos carenciada a los más humildes.

Uruguay no es la panacea en cuanto a justicia social entre las clases y felicidad, no existe en el mundo diría Perogrullo,  pero paulatinamente fue corrigiendo ese desfasaje, siendo en América Latina el país con menos pobreza,  más inclusión social, índices económicos que han evitado recesión y desempleo alarmante, estabilidad democrática, y muchas cosas más destacadas por organismos internacionales insospechados como el FMI, Banco Mundial o la revista The Economist. La cultura floreció en todo el país, pero especialmente en la capital como es lógico, por población e incentivos, tradición y políticas que hicieron realidad proyectos locales y barriales, desde plazas a centros culturales y sus diversas expresiones artísticas, así como espectáculos en los centros más emblemáticos como el teatro Solís o el nuevo Antel Arena.

Toda esa realidad vivida en esas semanas de estadía en plena campaña electoral, desde el optimismo hasta el desencanto, no borra lo vivido con la familia, amigas y amigos, las charlas, los vinos que libamos, los asados que saboreamos y los postres que degustamos. Y no olvido los caminos recorridos, a veces bajo la lluvia con carreteras anegadas esperando el milagro del asfalto. Las ciudades que conocí nunca antes visitadas como Paysandú, Salto, Artigas, Paso de los Toros, San Gregorio de Polanco, y balnearios de Canelones y Maldonado. 

Fue un intenso baño de realidad e intercambio en un clima de alto voltaje político donde se impuso un relato falso y manipulador para intentar ponerle fin a un proyecto progresista y hacer retroceder a la sociedad a la época del libertinaje para los negocios en beneficio para los actores económicos que desprecian la transparencia, prefiriendo cargar portafolios y valijas con billetes verdes libre de rastros, porque el dinero ”está mejor en lo bolsillos privados que en los públicos”, según frase del presidente electo Luis Lacalle Pou. Y para eso se necesita mucha carga policial y probablemente militar, bajo un velo de lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, y una Ley de Urgente Consideración (LUC) que con más de 450 artículos, la cual pretende hacer retroceder el reloj para beneficio de esas élites económicas que ”profitan” a costilla de trabajadores y jubilados, buscan recortar o eliminar derechos conquistados por las mujeres y minorías, eliminar debates en el parlamento imponiendo una mayoría de tres partidos (dos no cuentan por ser espectros políticos) unidos por intereses espurios y cuotas de poder que no merecen.


Ninguna realidad es eterna, y conociendo las reservas que nuestro pueblo uruguayo mantiene, y ha dado muestras de ello en situaciones aún más difíciles, tarde o temprano recuperará la senda de la lucha por más justicia social, derechos, libertades y transparencia que el nuevo gobierno querrá opacar por su misma esencia neoliberal y autoritaria  durante los próximos cinco años, con algunos militares de la vieja guardia todavía deseosos de un nuevo Plan Cóndor, con un ex-militar luciendo la banda presidencial
No obstante, la semilla de la rebeldía no está durmiendo, germina y se prepara para definir a corto plazo las elecciones municipales de mayo próximo. Será el termómetro metido allí donde se merece en la coalición multigama, que se desespera todavía sin candidato/ta para poder acceder a una porción más de poder, la codiciada intendencia de Montevideo en manos del Frente Amplio desde 1990. Servirá también para medir la temperatura  de aprobación/desaprobación para el nuevo gobierno y el impacto de la Ley de Urgente Consideración (LUC), y al babieca del presidente Lacalle Pou.