Vistas de página la semana pasada

viernes, 24 de febrero de 2023

¿Apocalipsis now?

La destrucción material de las ciudades y pueblos 
es tremenda y demorarán décadas en recuperarse.

 A un año de iniciada la operación especial rusa, no  podemos dejar de lamentar la espantosa catástrofe que está ocurriendo en Ucrania con los más de ocho millones de desplazados, cientos de miles de civiles y soldados de ambos bandos muertos y heridos, toda una generación, ciudades pulverizadas, campos que antes producían alimentos convertidos en campos de carne humana por los cañones y los misiles. 

El lado oscuro de la Humanidad en su mejor versión. 

Recuerdo cuando la guerra de Vietnam los civiles manifestábamos nuestro repudio a la guerra en las capitales de Europa, EEUU y en Hispanoamérica. Hoy somos solo contribuyentes que con nuestros impuestos financiamos más armas, más guerra, más muertos en una carrera desenfrenada hacia un Apocalipsis Now.

No hay medio de prensa ni protagonistas variopintos en las redes sociales que no hablen hoy de la guerra en Ucrania, al cumplirse el primer año de la invasión rusa, como era de prever. Yo tampoco puedo permitirme guardar silencio, aunque aparentemente no me afecten las bombas ni los misiles ni la violencia desatada. Pero sí lo hace indirectamente como parte de un el estado de ánimo general cada vez que vemos o leemos cada mañana sobre la guerra, que ininterrumpida parece fluir a través de la historia y de las civilizaciones, por más avanzadas que parezcan. La sensación de temor, inseguridad y crisis económica que se va extendiendo y afecta a todas y todos los habitantes del planeta, aunque disimulemos no verla ni temerla. Hay una responsabilidad moral de todos nosotros ante esta tragedia protagonizada por las grandes potencias empeñadas en dominar el mundo, a sus pueblos, a sus recursos naturales y humanos. 


El último discurso de Putin a la nación y ante la élite presente en el gigantesco escenario donde a los autócratas les gusta lanzar sus discursos mesiánicos, fue un perfecto escenario para un autócrata que trepado en su pedestal, pretende manipular a sus propios ciudadanos y al resto del planeta a través del miedo y de intenciones no ocultas, prometiendo más guerra si es necesario y con las armas definitivas si lo obligan. Su argumento es el de siempre: quitar a los nazis del poder en Ucrania; impedir que la OTAN se apodere de ese  país; extender la influencia del legado ruso a los países corruptos y pedófilos, moralmente decadentes, etc. que desean destruir Rusia y su herencia religiosa y moral superior.


No menos preocupante es el rol de su rival al otro lado del charco. Joe Biden visitó Kiev para realizar un gesto de apoyo al presidente V Zelenski y prometerle todo lo necesario para continuar con la guerra y la posibilidad de recuperar el territorio perdido. La apuesta para que los ucranianos resistan la invasión rusa es con toda seguridad mantener ese clavo caliente en el zapato putinesco, desgastar las pretensiones del Kremlin de convertirse aliado a China, en un rival más peligroso de EEUU, y que se extienda por los territorios que hoy la Casa Blanca tiene bajo su influencia, es decir la Europa occidental.


En medio de las estrategias y las ambiciones de ambos poderes está el resto de la humanidad, prisionera de esa disputa que una vez más deja al desnudo el pensamiento imperialista de las naciones más poderosas, independientemente de la ideología dominante. Basta estudiar la historia de la humanidad para darnos cuenta de que la visión de George Orwell en 1984 es una profecía anunciada, más allá de los detalles y circunstancias históricas. Lo que parecía una distopía futura (la escribió en 1949) es una realidad presente.

Si hay ganadores en todo esta tragedia es el complejo militar que tiene a toda la humanidad de rehén con la complicidad de los gobernantes de turno. Esta actividad aumenta la producción de pertrechos de guerra de todo tipo, y las vuelca al mercado hambriento de incorporar nuevas tecnologías para destruir más vidas humanas y no solo blindados, barcos y aviones. (El valor de las acciones del consorcio SAAB aumentó en el último año la friolera de 169%,  según la empresa)

Las acciones en la Bolsa de Valores de las fábricas de armamentos suben como cohetes y llenan las arcas de los verdaderos vencedores de esta guerra. Esa es la otra cara de Jano de esta humanidad y sus dirigentes, que no dudan en conducirnos probablemente a otra época más oscura y arbitraria, si pronto no hay paz que valga la pena su nombre. 

Es cierto que esta nube oculta todo lo bueno que millones de humanos realizan en favor de sus iguales. Pero eso apenas es noticia en el mundo de hoy.

  1. Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI).                                   Las transferencias internacionales de armas importantes experimentaron una ligera caída entre 2012-16 y 2017-21 (-4,6 %). Sin embargo, las exportaciones de los Estados Unidos y Francia aumentaron sustancialmente, al igual que las importaciones a los estados de Europa (+19 por ciento), Asia Oriental (+20 por ciento) y Oceanía (+59 por ciento). Las transferencias a Medio Oriente se mantuvieron altas, mientras que las de África y las Américas disminuyeron, según nuevos datos sobre transferencias globales de armas publicados el 14/03/23. O sea que las transferencias de armas de 2022 y lo que va de 2023 no están actualizadas lo que sin dudas aumentarán significativamente esos porcentajes con la marcha de la guerra en Europa y la amenaza de una guerra aún más tremenda por Taiwán en Asia entre China, EEUU y sus aliados.                                                                                                                               https://sipri.org/sites/default/files/2022-03/sipri_at_press_release_esp.pdf  (español)                      https://sipri.org/media/press-release/2022/global-arms-trade-falls-slightly-imports-europe-east-asia-and-oceania-rise (english)

Si este espacio te parece interesante te agradezco que lo reenvíes a personas que se preocupan por estos temas, ya sea que estos sean tratados con un carácter serio o en tono humorístico. Las vergüenzas del poder también tienen su lado jocoso o muy serio cuando se desnudan por haber sido exhibidas descaradamente. O deja un comentario si deseas aportar una opinión sobre el tema. Aquí abajo hay posibilidades de hacerlo. Gracias por tu interés. 

lunes, 20 de febrero de 2023

Ellas hablan... y no en vano



"Ellas hablan" (USA, 2022)  es una película recientemente estrenada de la directora Sarah Polley (Canadá) que relata la dramática realidad de una comunidad menonita, una secta religiosa donde las mujeres no son otra cosa que objetos sexuales a los que los hombres violan continuamente.

Estas mujeres cansadas de los abusos se organizan y se deciden a votar en una asamblea,  en un viejo granero, entre las balas de heno, tres opciones que decidirán su futuro: se resignan y se quedan para seguir soportando los abusos, violaciones y embarazos no deseados en nombre de Dios; se quedan y luchan para poner fin a esos abusos o se marchan y abandonan a los iluminados y bendecidos por el Señor.

Como en el escenario de un teatro, la película transcurre, con una cámara que a través de los rostros tensos o llenos de compasión y amor por sus hijas y nietas abusadas, inclusive las niñas de corta edad,  manifiestan su odio, sus deseos de venganza o incluso en alguna de ellas se manifiesta la justificación a los abusos, como una construcción basada en la cultura religiosa que las domina donde las han convencido que es diablo el culpable de tales violaciones. En boca de una de las más resignadas (interpretada por la inigualable Frances McDormand),  si desobedecen no podrán gozar de la vida eterna en la Tierra Prometida o Paraíso. La decisión que deben tomar es trascendental y marcará para siempre sus vidas y desde la que no habrá retorno.

Cada una de esas mujeres de tres distintas generaciones reunidas en el establo, representan los más diversos argumentos y ángulos de enfoque a la disyuntiva ante la que se encuentran, y que la insoportable experiencia vivida, bajo la sumisión de un patriarcado feroz, muestra que a pesar de su aparente debilidad, y contradicciones, como el ave Fenix, surge de esas cenizas una voluntad y energía colectiva para poner fin a la explotación sexual, económica, cultural y física ejercida por los secuaces de siempre.

La película está basada en la novela Women Talking de la escritora canadiense Miriam Toews, hija de un matrimonio menonita, y basa su historia en hechos reales ocurridos en Santa Cruz de la Sierra,  Bolivia, donde un grupo de feligreses de aquella secta,  fundaron junto con otros fanáticos religiosos una comunidad menonita donde a las mujeres no se les permitía ir a la escuela, ni educarse en ningún oficio, salvo trabajar como esclavas en el hogar y aceptar esos abusos sexuales y las palizas de las parejas alcoholizadas, calladitas la boca, mientras abusaban también de las hijas, porque el derecho de pernada se había ampliado desde la Edad Media para los siervos de Dios.

(Paraguay es un fuerte centro de comunidades menonitas con unos 40 000 miembros, organizados en distintos lugares del centro del país. Provienen mayoritariamente de Canadá y Méjico y otras nacionalidades. También en Bolivia y Perú hay comunidades de esta secta cerrada. Las restricciones a la libertad de las mujeres permanece sin grandes cambios. Su origen está en Alemania según la radio británica BBC).

domingo, 5 de febrero de 2023

Cuando la realidad supera la ficción... ¿o viceversa?

En el mundo de las series de la TV, sea Netflix, HBO y otras, el entorno social y político puede ser relevante, o estar como un  difuso trasfondo sin que el espectador lo perciba claramente, o no existir. Una estupenda serie policial sobre dos homicidios en una pequeña localidad, Sherwood, producción con el mismo nombre (6 cap) de la BBC. La serie encierra, con motivo de los inexplicables homicidios, un conflicto social y político latente durante cuarenta años entre los vecinos,  y que reproduce lo que fue la estrategia del gobierno de M Tatcher en su esfuerzo por destruir a los sindicatos del carbón y la resistencia a sus políticas neoliberales. 


La huelga de los mineros del carbón y la estrategia del gobierno de Margareth Tatcher durante  la década de los ´70, que dividió a la clase obrera entre huelguistas y "carneros" al radicalizarse la lucha de los trabajadores por los puestos de trabajo y la consiguiente represión policial, no solo en la calle rompiendo cráneos con el garrote, sino infiltrando con falsos mineros a los sindicatos para determinar cuáles eran los dirigentes sindicales locales, sus funciones, propuestas e iniciativas para organizar un archivo con todos sus antecedentes. Nada nuevo bajo el sol. Ocurre en diversos países como España, lo más cercano a nuestros pagos. Pero lo que la serie devela a través de documentos publicados posteriormente en ese país, es que la estrategia de Tatcher y su gobierno fue crear esas condiciones de enfrentamiento total para romperle el espinazo a los sindicatos y debilitar los reclamos de los trabajadores, cueste lo que cueste. En definitiva provocar la guerra abierta entre el poder político y las organizaciones sindicales con la seguridad de que los derrotarían como así ocurrió. En todo caso no se puede obviar que aquella política de Tatcher indirectamente benefició al medio ambiente al cerrarse muchas minas de carbón, cuando a la exprimer ministra no se le pasaba por la cabeza proteger la naturaleza y apenas se hablaba de un cambio climático en el ámbito internacional.


A la vista de lo que está ocurriendo en Uruguay, con los ataques abiertos o encubiertos del poder político, del mediático,  ambos al servicio del poder real, contra sindicalistas y parlamentarios de la oposición, despierta la sospecha de que están están trabajando con la misma estrategia: obligar a los trabajadores de los llamados entes públicos, quienes tienen el apoyo de otros sectores sociales y académicos, a radicalizar su lucha en un escenario donde la política del gobierno es a dos bandas: enriquecer más a los más privilegiados y empobrecer aún más a los que viven de su salario y jubilaciones o simplemente viven en la indigencia de la que nunca podrán salir.


Suena conspirativo por supuesto. Pero la lucha entre estos intereses es descarnada en muchos países del mundo. En Uruguay una estrategia de confrontación tan abierta  no funcionaría como en el Reino Unido de los ´70, como no funcionó en los ´90 cuando papito Lacalle era presidente y la movilización popular impidió la privatización de UTE y OSE. 

Ahora los cambios que llevan a la privatización de los servicios públicos se hacen parcialmente, pasito a pasito o descaradamente. Se  firman contratos con promesas de inversiones por millones de dólares de parte de privados para administrar por ejemplo el puerto de Montevideo durante cincuenta años más por parte de la empresa belga Katoen Natie, o se aprueba la construcción de una planta para potabilizar el agua del Río de la Plata para proveer de agua potable al área metropolitana de Montevideo y departamentos vecinos, en un lugar amenazado por periódicos fenómenos de alta salinidad y floración de cianobacterias comprobadas. Esta localidad se llama Arazatí, departamento de San José, y será probablemente escenario de una larga lucha por detenerlo porque no cumple con las normas medioambientales. 

El proyecto es infumable por todos lados que se lo mire,  y demuestra la arrogancia y ferocidad para darle al sector privado los jugosos beneficios por décadas sin importarles los recursos y argumentos de la academia ni el bienestar del cliente. ¿Cuántas "cometas" están remontando en la cadena de políticos y funcionarios corruptos para poder aprobar semejante adefesio y ofrecer en el futuro, si se concreta, un agua de pésima calidad a la población con consecuencias imprevistas para la salud?

A pesar de todos los informes que alertan sobre los riesgos de este emprendimientos y sus altos costos, hasta ahora el gobierno de la coalición multicolor no da marcha atrás a pesar de tener una alternativa más barata sobre el arroyo Casupá en Canelones, un proyecto diseñado por la empresa pública OSE  (que cuenta con un préstamo del BID) la que se encarga de administrar y potabilizar del servicio de agua corriente. Recordar que en los ´90  trató de privatizarse por el herrerismo representado en aquella ocasión por Lacalle Herrera, papi del actual presidente. Fenómenos similares está ocurriendo en ANTEL y UTE, la primera ofrece servicios en telefonía celular, banda ancha, etc y la segunda proveer de energía eléctrica a la población. Pasito a pasito se privatizan diversos servicios a espaldas de la población.

O sea, los Lacalle son unos neoliberales empeñados en transformar al Uruguay en un faro neoliberal donde el capital tenga vía libre para explotar los recursos naturales y técnicos sin la oposición de la clase asalariada, pequeños emprendedores en el campo y la ciudad. organizaciones sociales y sindicales. 


Solo el gran capital, los llamados torpemente y provocativamente "mallas oro" por el presidente Lacalle, tendrían la posibilidad de seguir depredando naturaleza, recursos humanos y toda la cadena de valores políticos y culturales,  sin oposición, en una sociedad que ha buscado a través de sus luchas y reformas ser más igualitaria y solidaria.

La cadena de espionaje a dirigentes sindicales, senadores y también periodistas, son una muestra de la estrategia para imponer el modelo,  torpe hasta ahora por haber sido descubiertas porque la mediocridad de quienes quieren implementarla está a la vista. No obstante el gobierno sí tiene el rumbo claro a pesar de la torpeza y de lo que se diga: otorgarle al poder real, es decir la oligarquía,  más beneficios y riquezas sin importarle a quienes pisotean. 


La existencia de las ollas populares, dos años después de la pandemia, con un sector exportador con beneficios multiplicados, es otro ejemplo de lo que le importa a este gobierno y sus adherentes a costa del bienestar del pueblo trabajador y de los sectores más expuestos y vulnerables. La pésima reforma educativa y la reforma al sistema de jubilaciones hablan claramente de la pretensión de educar a ciudadanos limitados y sumisos y que trabajen más años, hasta los 65 en principio, que en algunos sectores puede ser posible y otros no, pero con jubilaciones más bajas que alivien las arcas del estado, con más recargas en el ahorro para el trabajador y así grabar menos a los sagrados ingresos e los sectores privados.

Uruguay está en la encrucijada. Tal vez el modelo Tatcher no funcione en el país porque  una organización de partidos de izquierda y algunos sectores de centro, con una larga tradición en la arena política, y sindicatos que mantienen vivos principios y valores de la resistencia a la opresión a pesar de los esfuerzos por someterlas. 


En todo caso los tropezones y porrazos del actual gobierno y su presidente hablan de que es acertada la estrategia de la oposición: no los empujes del poder, deja que la misma dinámica de sus errores sigan siendo la pala que cave la fosa donde serán enterrados en 2024.


Si este espacio te parece interesante te agradezco que lo reenvíes a personas que se preocupan por estos temas, ya sea que estos sean tratados con un carácter serio o en tono humorístico. Las vergüenzas del poder también tienen su lado jocoso o muy serio cuando se desnudan por haber sido exhibidas descaradamente. O deja un comentario si deseas aportar una opinión sobre el tema. Aquí abajo hay posibilidades de hacerlo. Gracias por tu interés.