Vistas de página la semana pasada

viernes, 16 de abril de 2021

NOSOTROS QUE NOS HABÍAMOS PARECIDO TANTO

Son países alejados geográficamente, con economías y desarrollo económico diverso, uno con una importante producción tecnológica e industrial mientras que el otro se ha destacado por sus materias primas. Sin embargo algo en común han tenido a lo largo de la historia en el siglo pasado y presente hasta hace poco: el esfuerzo por desarrollar una economía y un estado de bienestar que sacara de la miseria a miles de personas, que otorgaran derechos antes nunca pensados o admitidos por las élites y servicios financiados por el estado a los ciudadanos con menos recursos. Me refiero a Suecia y Uruguay.



Lo hago mirando en el espejo de cómo hoy en estos dos países, que con sus altibajos habían mantenido con gobiernos sensibles a aquéllas reformas, la intención de mantener una redistribución de la riqueza que encausara el proceso hacia una la sociedad más justa. Ninguna revolución que llevara al cadalso a los propietarios de las grandes riquezas  y a sus empresas, sino reformas impositivas basadas en mayorías parlamentarias para financiar los proyectos en curso. Jubilaciones, salario real, recursos para la salud y la educación, y derechos ampliados a grupos siempre olvidados, etc etc.


Transcurrido más de un año con la pandemia al galope en este siglo, hoy podemos ver que ambos gobiernos frente a esta pandemia han tenido políticas que se asemejan en cuanto a la poca severidad de las restricciones. Tanto Suecia como Uruguay se han negado a aplicar un cierre total de sus sociedades por un determinado tiempo como otros países han hecho, sino que apelan a la responsabilidad de sus ciudadanos- ”La libertad responsable” como le gusta denominarla el presidente uruguayo Luis Lacalle. 


Sin embargo veamos con qué políticas encaran estos gobiernos para hacer efectivos los resultados de tanta liberalidad frente a la pandemia. 


Mientras el gobierno sueco apuesta a inyectar USD 4800 millones en este  presupuesto de la primavera boreal de 2021 (*) y así estimular la  la economía a través de medidas tales cómo los  recursos dirigidos a las pequeñas y medianas empresas castigadas por la contracción del consumo; acrecentar el número de plazas en los distintos niveles de enseñanza y capacitación así como el número de maestros y profesores; reforzar el sistema sanitario con más personal e infraestructura; combatir el desempleo (9%) originado en parte por la pandemia y en parte por la demora en la integración al mundo laboral y social de los refugiados que llegaron mayoritariamente en 2015 y que aún muchos sobreviven gracias a la ayuda del estado;  impulso a la visión de acelerar una revolución tecnológica verde y energías renovables para disminuir las emisiones del CO2; etc. etc. Estos nuevos fondos son préstamos que el gobierno ha de pedir en el mercado financiero internacional porque el endeudamiento del país actual es del 40 por ciento del PIB y tiene margen para seguir prestando en caso necesario debido a las buena gestión económica del gobierno encabezado por la socialdemocracia aliado a el partido del Centro, Verdes y Liberales.


En tanto en Uruguay el gobierno multicolor liderado por el partido Nacional se esfuerza por el contrario en reducir el déficit fiscal en base a quitarle recursos a los sectores públicos como la salud y la educación; aumento de impuestos escondido en maniobras que consideran sutiles para que la gente los acepte sin mayores protestas; beneficios directos a los agroexportadores; carga a los empleados públicos con impuestos extraordinarios para un fondo del Covid-19, pero que por la doctrina neoliberal que domina su ideología no incluye al sector privado; ahorro en los comedores públicos de las escuelas; deficiente políticas en al educación y recortes de las becas en la cantidad de plazas para alumnos y profesores colgados de la brocha; jubilaciones y salarios devaluados por la inflación y reajustes con promesas que todos saben no cumplirán; escasa o ninguna contribución a los cientos de ollas populares por medio de las que todavía pueden alimentarse los hogares más vulnerables; más de 100 000 personas que caen por debajo del nivel de pobreza sumadas a las 300 000 que ya existían, etc, etc. Escaso o ningún apego a las pequeñas y medianas empresas. Desidia y poco empatía a esa creciente mayoría que muestra cada vez más su descontento con la gestión del gobierno y sus aliados. Uruguay tiene también músculo financiero para pedir préstamos e impulsar el consumo y la producción cada vez más deprimidos ya que los 15 años de gobiernos del FA crearon fortaleza y confianza. Pero hasta ahora nones.


Y estos son unos pocos botones de muestra para ilustrar en qué dirección van estos dos países en su estrategia para enfrentar la actual crisis.¿Están los gobiernos de ambas naciones preocupados por su gente y el futuro de sus respectivas sociedades? 

Saque Ud. las conclusiones, estimado lector.


(*) ( Ya había puesto a disposición el año pasado  USD 10 000 millones, cifra récord en la historia del país)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Le agradecemos su comentario referido al tema. Cada aporte es una gota de reflexión sobre temas que interesan o preocupan. Suscríbase si desea seguir leyendo las notas y relatos de este blog.Es gratis.