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lunes, 23 de octubre de 2017

Me Too - Yo también... creía que no era para tanto

No sé cuantos hombres podemos sentirnos libres de culpa de no haber traspasado los límites de la seducción y haberla transformado en acoso sexual y algo peor aún. Nadie está libre de que en determinadas circunstancias lo irracional y agresivo de nuestra personalidad masculina identificada con el machismo, se libere para engrosar el número de casos que deberían avergonzarnos a todos los hombres y sancionarnos según la gravedad del episodio. Y me refiero solo a estos episodios, porque en esa red podemos caer muchos más si ampliamos el horizonte.

 En todo caso en estos días una ola de denuncias de acoso y violencia sexual ha arrastrado como un tsunami a muchas figuras masculinas que gozaban en distintos ámbitos de la sociedad de prestigio y poder; en EEUU
donde se inició todo y cuyo actual presidente antes de ser elegido se vanaglorió que manoseaba a las mujeres cuando se le antojaba; en Europa y en otros diversos lugares del mundo emergen casos que solo esas mujeres acosadas conocían. Hombres que se valían justamente de esos dos trampolines para asaltar a mujeres  en el trabajo, en una fiesta del personal, o de forma anónima envueltos en esa áurea de soberbia en ambientes públicos diversos, como en el metro, en un ómnibus, en un ascensor, comercio o en la calle.


La demostración en Västerås reunió unas 100 personas.
A lo mejor a las puertas de IKEA habría
 tenido más público...

¿Porqué no tocarle las lindas tetas o el tentador culo a una mujer si te gusta, independientemente de si ella quiere o no? ¿No es acaso nuestro privilegio de machos el decidir qué tocarle a ese objeto de sexo femenino creado para darnos placer? ¿A cuantos jóvenes no les han enseñado sus padres o amigos que las mujeres cuando dicen NO en realidad dicen ?

En Suecia, donde se cree que la sociedad es una de las más igualitarias del planeta miles de mujeres levantaron este domingo las pancartas con el ME TOO por las plazas y calles de muchas ciudades del país. En los medios de prensa han surgido denuncias contra hombres que se valían de ese poder para acosar a mujeres, no solo con el "toqueteo" sino con intentos de ir más allá de no haber sido por la resistencia y la conciencia de mujeres fuertes que conocen sus derechos y las debilidades de estos agresores que se creen irresistibles.
Las leyes que protegen a las mujeres de estos individuos probablemente no terminarán con esas agresiones y acosos, pero le dan a la mujer que no acepta ese trato el instrumento para denunciarlos y ponerlos en evidencia a los hombres que se creen impunes e intocables. Y vemos cada vez con más frecuencia que esas mujeres se atreven y las estructuras de la sociedad no tienen otra alternativa que adaptarse a los nuevos tiempos y sancionar a los individuos que no respetan a la mujer y creen que son objetos a disposición  de sus manos. Desgraciadamente nunca aprendieron el arte de la seducción o al menos el valor que tiene no pensar con la entrepierna.

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