Los tambores de guerra repercuten en Palestina II

 Ha transcurrido casi una semana del ataque terrorista de la Resistencia islámica (Hamas) contra la población israelí en kibutzes, poblaciones, festival de música y centros militares fronterizos, sumados a los miles de misiles que llovieron sobre el territorio de Israel. Hasta ahora se cuentan más de 1300 víctimas mortales y muchos miles de heridos. No pasaron más de 24 horas cuando las bombas israelíes comenzaron a machacar la franja de Gaza destruyendo edificios en zonas densamente pobladas y sin más alternativas para los civiles que refugiarse en las escuelas de la ONU y al borde de
la cerrada frontera con Egipto. 

En esta ocasión es el estado de Israel que bombardea indiscriminadamente la franja de Gaza y llama a los pobladores del norte de la franja, un millón de personas, a evacuar esa zona porque el ejército se apresta a invadir la ciudad y la aviación a seguir bombardeando. ¿Alguien llama terrorismo a esta acción de bombardeo contra una ciudad donde ya se cuentan también una 1500 víctimas y miles de heridos, sin combustibles, sin agua, sin alimentos y la sería posibilidad de ser despedazado por un misil o una bomba? Debemos de reconocer que eufemísticamente se llama “el derecho legítimo de Israel a defenderse”. Pero a pesar de la diferencia tecnológica de cómo se llevan adelante estas operaciones, el terror que producen las bombas y los misiles, las explosiones y la destrucción, no solo provoca víctimas mortales y destrucción material, sino también daños psicológicos en las nuevas y presentes generaciones que viven en ese ambiente tóxico contaminado por el odio y la pólvora. Porque nadie allí pedirá comprensión y paz, aunque lo hubieran deseado hasta hace una semana. Acciones indiscriminadas contra Hamas, que se refugia como es de esperar en la población civil para volver la opinión internacional en contra de Israel, no dudará en sacrificar vidas a las que llama mártires. Bueno, si se trata de hombres, claro, porque no olvidemos que Hamas es una versión más del fundamentalismo islámico donde la mujer es un vientre para dar a luz a nuevos combatientes para la yihad, así como someterse a la ley musulmana de la sharia, la misma que rige en Irán y otros lugares de Medio Oriente, donde la mujer es ciudadana de tercera. 

A pesar del llamado de la ONU de que Israel debe actuar moderadamente en su reacción militar, el gobierno de Netanyahu no tiene mayor intención de escuchar esas voces que llaman a la contención por las consecuencias que traerá para la población civil, incluso para los que discrepan con las ideas fundamentalistas, además de las mujeres, niños/as y ancianos/as que también han sido prisioneras del apartheid establecido por Israel, en la medida que no ha reconocido la existencia de un estado palestino, con la excusa de que Hamas y otras organizaciones islamistas no reconocen el derecho de existir de Israel.

Debemos prepararnos para vivir otra distópica realidad humana en este presente y futuro próximo, bordada por el fuego de las explosiones en los barrios de Gaza a la caza de milicianos de Hamas, deseosos de que los soldados israelíes penetren en la ciudad para matar el máximo posible; dicen estar preparados y motivados, y no parece que estén bravuconeando, aunque se verá si esa resistencia es tan fuerte como parece. La dificultad para Israel es si se abren más frentes en el norte y este del país protagonizadas por Hizbollah y una posible resistencia palestina al interior de Cisjordania, si es que existe. 

Por el otro lado la venganza por el atroz crimen contra los israelíes que, entre otras víctimas, hubieron cientos de jóvenes que danzaban cerca de la frontera con Gaza, en un ingenuo gesto de enviar una señal de paz y confraternidad con la población palestina y contra las políticas autoritarias de Netanyahu. Digo ingenua porque si hay algo que el islamismo odia, es la cultura occidental, la música, la danza, la libertad de la mujer y todo lo que existe fuera de la religión y el Corán. De ahí el feroz ataque a ese festival con 260 asesinatos hasta ahora, secuestros y violaciones, según los testigos que sobrevivieron.

El infierno en la tierra, pues no se necesita esperar tanto si quieres pasar por esa  experiencia en aquellas tierras. Sé que hay miles de argumentos para explicar lo que ocurre allí en ese territorio tan cerca y tan lejos de Dios, para repetir ese viejo tópico, desde el 

auge de los imperios persa, romano, otomano, británico y francés, solo para nombrar los más destacados periodos de dominio imperial, algunos con verdaderos espacios de tiempo de convivencia pacífica entre judíos y palestinos. Pero el resentimiento y las dificultades de unir en un solo ideal de convivencia entre núcleos de personas religiosas y fanáticas, sumados a los intereses de superpotencias estableciendo controles y dominios geopolíticos y económicos donde los hubiera, levantan muros y barreras entre esos pueblos, etnias, tribus, y no faltan razones para que comiencen a deteriorarse los vínculos creados a lo largo del tiempo, minados  principalmente por los intereses económicos y de poder entre esos grupos en una sociedad campesina y precapitalista. 

Tal vez resulte interesante señalar que entre los entresijos que existen en la relación entre gobiernos de Israel y organizaciones palestinas se ha revelado por Bitte Hammargren, antigua corresponsal sueca en Medio Oriente en décadas pasadas y actualmente analista política , quien afirma en una entrevista que en la década de los ‘80, el gobierno israelí de entonces (primeros ministros 1980 -1990: Menahem Begin y Yitzhak Shamir, con un corto periodo para Shimon Peres), enviaba secretamente recursos económicos a Hamas para que los islamistas mantuvieran a raya a los miembros más seculares de la OLP y a los comunistas palestinos (Dagens Arena 11/10/23). Su razonamiento era que de esa forma se podía contener a la parte más racional y menos fanática de los palestinos, mucho más abiertos a negociar tratados y salidas políticas que beneficiaran a ambos pueblos. 

Bueno, no ha sido el único ejemplo fallido en la historia, eso de financiar terroristas para que más tarde te claven el puñal por la espalda. Algunos son expertos en ese tema y no necesito nombrarlos. 

Si este espacio te parece interesante te agradezco que lo reenvíes a personas que se preocupan por estos temas, ya sea que estos sean tratados con un carácter serio o en tono humorístico. Las vergüenzas del poder también tienen su lado jocoso o muy serio cuando se desnudan por haber sido exhibidas descaradamente. Otros fenómenos sociales también cobran actualidad. O deja un comentario si deseas aportar una opinión sobre el tema. Aquí abajo hay posibilidades de hacerlo. Gracias por tu interés. Y suscríbete, es gratis.