Caricatura de Trump publicada en el periódico danés Politiken. |
Donald Trump, presidente de EEUU y Vladimir Putin, presidente de Rusia, comenzaron su partida de Póker, o de Truco si fueran rioplatenses. Cada uno tiene unos naipes que el otro no conoce o quizás sospecha, si es un buen jugador. Trump abrió el juego hace ya un tiempo, ofreciendo mediar la paz entre Ucrania y Rusia, incluso con un optimismo que solo su propia egolatría puede sostener, yendo contra la estrategia de la OTAN y la del expresidente Biden que querían ganar la guerra. Putin respondió todo el tiempo estar abierto a conversar. Con Trump ya sentado ahora en la oficina Oval, pero participando digitalmente en la conferencia de Davos, jugando el próximo naipe, esta vez una de mayor valor: si Rusia no acepta su propuesta le lloverán nuevas sanciones y se acabó el juego. Incluso reclamó que se bajen los precios del petróleo a la mitad para afectar los ingresos de Rusia por el crudo.
Putin, que es un jugador frío y calculador, conoce a su rival, está acostumbrado a las palabras bravuconas del presidente Trump. Lo interesante es que Donald siempre tuvo palabras positivas hacia el presidente ruso. Todos nos extrañábamos porque sospechábamos que había algún secreto muy bien guardado para que Donald tuviera tanta simpatía por Vladimir, un “enemigo de Norteamérica”, y muchos otros adjetivos que no lo ensalzaban en boca de tantos políticos de ese país.
En fin, tenemos que esperar cuál será la próxima movida ahora, ¿pero arreglarlo en una semana?.
Los consejeros de ambos gobiernos tal vez estarán elaborando febrilmente los documentos que definirán las condiciones de la paz, los entuertos que la rodean para garantizarla, los detalles que hagan la diferencia y luego se estrecharán la mano y ambos recibirán el Nobel de La Paz 2026! En el mejor de los mundos.
Como vemos hay cientos o miles de detalles que cuidar y los deseos de Trump de soplar y hacer botellas se adaptan muy mal a la realidad de Putin y de Zelensky, el presidente de Ucrania, que para firmar un acuerdo de paz exige fronteras seguras, doscientos mil soldados de la OTAN cuidando esas fronteras y quién sabe cuantos miles de millones de dólares para reconstruir lo destruido en su territorio. Rusia probablemente pondrá sus exigencias, por lo que todo lo que bravuconea Trump es puro humo, como en tantos otros temas. En eso se parecen los partidos y líderes de la derecha extrema, o no, prometen barrede de un plumazo con lo que creen representa el Mal en la sociedad, para luego observar que sin políticas de estado, esas medidas se derrumban como un castillo de naipes. Pero Trump necesita de la mentira, de las falsas promesas, ejecutando por supuesto las que va dirigidas contra los más débiles, por ejemplo, los inmigrantes sin papeles(*).
Bueno, volvamos a Ucrania y Rusia. Otros involucrados como la OTAN, la alianza militar de occidente, la Unión Europea, liberal y globalista, y Ucrania, la víctima final de todo este desastre, es la gran perdedora en esta guerra de intereses que están en juego, guerra que pudo haberse evitado pero La Casa Blanca y la OTAN querían debilitar y balcanizar a Rusia y Rusia quería, por supuesto, impedirlo. Si Trump y Putin se ponen finalmente de acuerdo, esta hemorragia de vidas y destrucción podría detenerse. Todavía no sabemos a ciencia cierta cuantos cientos de miles de hombres y mujeres, niños y ancianos se sacrificaron en nombre de la “seguridad”, de las fronteras y la soberanía. Cuantas ciudades, pueblos y aldeas quedaron hechas escombros para vergüenza de la humanidad. Cuanta infraestructura dañada o destruida para redondear la cuenta. Zelensky y sus partidarios no pueden ganar esta guerra aún cuando hayan contenido parcialmente los avances rusos, pero su intento de ocupar territorio ruso en Kursk apenas ha servido para intercambiar territorio ocupado en el futuro.
Esto va para largo opinan muchos analistas, salvo que Trump tenga un juego de ases en la manga. En todo caso, a Rusia las hipotéticas sanciones más duras de Trump, lo lanzarían aún más cerca a los brazos del Presidente chino Xi Jinping. Trump arriesga además, tragarse un sapo por estar obligado por esos lobbys detrás de bambalinas, el complejo industrial militar, que puede obligarlo, si así lo desea, a seguir apoyando la guerra aunque sea a regañadientes, porque quien sino es Ucrania, ¿puede comprar más armas en este momento? Con préstamos de Washington, claro.
Esa es una de las razones principales de existir para un país imperialista como EEUU.
(*) La selección de multimillonarios en el gabinete de Trump, a los que hay que agregar a los propietarios de los grandes consorcios y plataformas como Facebook y Amazon, entre otros, así como Elon Musk y Vivek Ramaswamy, quienes estarán al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, y se convertirán en el terror de los empleados del estado. Estos dos multimillonarios estarán a cargo de quitarle a Javier Milei la motosierra para seguir con la poda en EEUU. Si alguien hubiera dicho hace una década o dos que los multimillonarios se harían cargo directamente del poder político en vez de que sus mayordomos gobernaran, pues hoy Donald Trump ha puesto en los lugares claves a estos magnates. Además, no lo pude comprobar fehacientemente, se presentó una enmienda a la Constitución para que Trump pueda ejercer un tercer mandato, algo prohibido hasta ahora. Quiere Trump convertirse en un nuevo presidente autoritario rodeado de oligarcas como Putin?