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viernes, 20 de mayo de 2011

La indignación se instala en el Sol

Con los resultados a la vista después de las elecciones municipales y autonómicas en España este domingo pasado, no cabe duda hacia dónde apunta la respuesta de la mayoría del electorado español. Más de la misma medicina del PSOE pero en dosis más fuertes. La clase media y los grupos más privilegiados lograron un aplastante triunfo con más del 10 por ciento de ventaja sobre el PSOE. Los castigados por la crisis se quedaron sentados en el sofá o votaron en blanco. Las protestas en la Puerta del Sol y en otras ciudades no ayudaron a volcar la balanza a favor de un voto más progresista. Al contrario, buena parte del electorado le dió carta blanca a los corruptos de Valencia y Madrid para seguir gobernando. Un claro mensaje que habla mucho de la sociedad española, de sus ciudadanos y de un país cada vez más polarizado.   

"Hay que convertir Sol en nuestra Plaza Tahir!" "¡¡Venga chicos!! A dar mucha guerra!" "Y que el que tenga huevos, que vote que somos irrelevantes" son algunas de las consignas que sacuden el centro de Madrid.
Desde hace varios días Madrid hierve de indignación. A los jóvenes que iniciaron la protesta contra las actuales políticas económicas del gobierno socialista y que se denomina 15M se han ido sumando personas que pertenecen a otros grupos sociales y de distintas edades en la Puerta del Sol. A muchos de esos jóvenes los denominan la generación Ni-Ni, ni estudian ni trabajan.
Ellos son los que indignados por el desprecio que la sociedad les estrega en la cara por mantenerse pasivos en un mercado laboral cada vez más competitivo y más reducido, ahora pretenden demostrar que ni son pasivos ni haraganes. Al contrario, con su protesta pretenden dar vuelta la tortilla y mostrar que las políticas implementadas por el presidente Rodríguez Zapatero, y las que promete el PP de Rajoy, van por caminos equivocados y terminarán en una catástrofe aún peor.

Los jóvenes quieren y piden reformas que los incluya y no los deje como un ejército de mano de obra deshechable para que las empresas los usen cuando lo crean oportuno pagándoles además sueldos miserables,  y luego se desprendan de ellos a su antojo. Y no solo critican al gobierno central, sino también al de las provincias y a los municipios que sin dudas también tienen mucha responsabilidad en lo que ocurre. Piden además que se dejen los guantes de seda con los grandes centros financieros y sus directores que cínicamente siguen enriqueciéndose con los bonos y otros premios que se adjudican mutuamente. Y la impunidad que parecen gozar muchos políticos que giran en un carrusel de juicios y apelaciones sin fin, levanta ronchas en los que día a día alargan las filas de desempleados que concurren a las oficinas de empleo de España, mientras "ellos" se ríen de la justicia y de la gente. Rechazan la ley de extranjería que perjudica a los inmigrantes, la ley Sinde que condena a los que bajan y distribuyen música, películas y otros materiales por internet. A la Iglesia católica también le toca lo suyo ya que se pide que se elimine el apoyo económico del estado. Los rescates a los bancos dirigirlos en cambio a las familias que han perdido la hipoteca y han sido desalojados perdiendo así todo lo que habían invertido.

La consigna es otra política, sin por supuesto definir los detalles concretos de las reformas que exigen en muchos casos. Se buscan los acuerdos mínimos porque el movimiento es espontáneo y probablemente no termine en una rebelión al estilo de Egipto o Túnez. Y aún no parece que se ha llegado a aquélla situación que vivió Argentina ha principios de la década pasada donde la gente pedía "que se vayan todos". Pero lejos nos están de allí porque la crisis lleva años golpeando a millones de personas, con unos cinco millones de desocupados. La indignación tal vez se apague después de las elecciones del domingo 22 M, aunque tal vez permanezca como una forma de democracia directa y de presión para apurar las reformas que pretenden lograr.
"Ni nos vamos Ni nos rendimos" reza otra pancarta, haciendo referencia a la llamada generación Ni-Ni. Lo cierto es que los representantes políticos de uno y otra partido han "parado las orejas" y pretenden canalizar los reclamos de la gente incluyendo las demandas vagamente en sus programas electorales o en sus discursos de campaña. Los jóvenes indignados han tomado las calles de muchas ciudades de España, y la protesta se extiende por otras ciudades del país a pesar de la orden de desalojo decidida por un tribunal. Y como un eco de la misma comienzan en Portugal movilizaciones similares así como en otros países de la UE. Cuando se creía que la pasividad había ganado la cabeza de los españoles, griegos, portugueses y otros castigados por la crisis, de pronto muchos han dicho "No va más". Así surgió la "furia de la roja" del 15M en Madrid. No sólo en fútbol "la furia" ha castigado a los rivales. En política también le sacan tarjeta roja a los que se olvidan que la democracia debe comprender a todos y no a unos pocos privilegiados. Ese olvido puede le costar caro a los políticos este próximo 22M, y como los toreros fracasados, encontrarse con que un cuerno les ha pulverizado la entrepierna....


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