![]() |
Frente del cine Plaza en Trinidad, Flores/Uruguay |
En el caso de los cines el meteorito son las nuevas tecnologías que hacen de esas salas algo obsoleto para las grandes mayorías cuando las películas pueden verse por medio del DVD, la TV o en la pantalla de la computadora, sin necesidad de cumplir horario ni las estrictas reglas que suelen regir en esas salas. Pero vivir la experiencia de disponer de una enorme sala para ver en este caso una inusual y tragicómica película paraguaya, Las siete cajas, fue un buen ejemplo de asistir personalmente al desierto en que se han convertido las viejas salas de cine que no se han adaptado a los nuevos tiempos. Y en Alicante quedan todavía unos pocos de esos dinocines con esas dimensiones que rememoramos, no sin cierta nostalgia. En otros tiempos y en otro continente asistimos en nuestra ciudad natal a aquéllas matinée, vermouth o funciones nocturnas cuando la edad lo permitía, con salas colmadas hasta la última butaca, donde se oían los suspiros, gritos de miedo o risas y hasta comentarios divertidos o soeces de los hipnotizados espectadores. Y donde nos dimos con las chicas nuestros primeros besos apasionados con la cómplice penumbra de la última fila.
Los dinocines desaparecen lentamente, silenciosamente, dejando las pantallas en blanco donde aquéllos directores como Ingmar Bergman, John Ford, Chaplin, Rosellini, Fellini, Scorsese y otras tantas decenas de directores de diverso origen, que plasmaron en esas pantallas los rostros y las acciones de nuestros héroes del oeste, de los barrios marginales neoyorkinos, del Montmartre parisino o del Transtévere romano. Seres miserables o admirables interpretados por artistas como la Cardinale o Mastroiani, Greta Garbo, John Wayne, Clint Eastwood, Yves Montand, Sofia Loren o Ava Gardner y una larga, larga lista de otros maravillosos intérpretes en escenarios montados por cientos de trabajadores en los estudios de Hollywood o Cinecittá en Roma. Sí, las viejas salas de cine sucumben lentamente a la "picota fatal del progreso", pero que lindos recuerdos despiertan, como en aquélla legendaria película italiana de Giuseppe Tornatore, Cinema Paradiso, o la Ultima película, de Peter Bogdanovich, donde los sueños de jóvenes o adolescentes podían concretarse o hacerse añicos frente a una dura realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Le agradecemos su comentario referido al tema. Cada aporte es una gota de reflexión sobre temas que interesan o preocupan. Suscríbase si desea seguir leyendo las notas y relatos de este blog.Es gratis.