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viernes, 15 de agosto de 2014

Las estrategias del fracaso producen más extremistas que nunca

El día 16 de septiembre de 2011 escribí una crónica sobre el fin del régimen de Gaddafi donde la OTAN y los grupos rebeldes se aliaron para derrocarlo. Mi conclusión algo aventurada por supuesto, era que una vez más esa intervención sería un bumerán contra los valores que decían defender a todas voces, democracia y libertad. La UE y USA estaban conformes por el fin de las operaciones y el triunfo de los rebeldes. El entonces presidente francés Nicolás Sarkozy y el primer ministro Británico David Cameron fueron los primeros en viajar para celebrar la instauración de la flamante "democracia" libia. Y de paso procuraron asegurar los negocios que les darían la oportunidad de explotar los campos de petróleo que antes estaban bajo la responsabilidad del estado libio.

Sin embargo una vez más desestabilizar en este caso a Libia y darle vía libre a un conjunto de grupos rebeldes islámicos, armándolos y apoyándolos tanto con armas como con apoyo aéreo, resultó un fiasco. Libia se ha convertido en un avispero donde todos luchan contra todos en una confrontación que puede arrojar como resultado la creación de otro estado dominado por el islamismo más extremo. Hoy día los medios apenas si nombran el caso de Libia porque están horrorizados, y no es para menos, por las masacres de el llamado Estado Islámico en Siria y el norte de Irak. Son los grupos que una vez más USA y la UE apoyaron y armaron para debilitar y derrocar al régimen de Asad y luego se volvieron contra la mano que les deba de comer. Esas armas apuntan hoy a los kurdos y a los chiítas de Irak, y amenazan terminar con todo lo que no comparta la forma en como este grupo interpreta el Corán. Un retroceso al siglo XV como expresó un líder kurdo.

Que Occidente una vez más ha abierto la caja de Pandora en Oriente Medio y norte de África es innegable. La torpeza y la ambición de poder explotar las riquezas naturales así como la influencia occidental en esas regiones es la que ha conducido a este estado calamitoso de cosas. Los muertos que se cuentan por decenas de miles y los cientos de miles de refugiados son el testimonio más penosos e irrefutable de hasta donde pueden llegar las estrategias aventureras de las administraciones de Bush, Cameron y Sarkozy quienes fueron los conductores de todas esas políticas que conducen a la devastación de todas esas sociedades. Obama y Hollande han fracasado en revertir esa situación si es que de verdad lo querían hacer. El caos producido los obliga a regañadientes a volver a intervenir militarmente, implicándose de nuevo en una guerra de final incierto. Democracia? Libertades? Para esos pueblos todavía esas promesas están escritas en las estrellas. 


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