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martes, 16 de agosto de 2016

Turquía y la pedofilia legal

No pocos han sido sorprendidos por la decisión del Tribunal Constitucional de Turquía de legalizar los casamientos con niñas a partir de los doce años, que hasta el momento tienen el límite a partir de los quince. Es decir que ahora cualquier individuo podrá casarse legalmente con una niña de aquélla edad a partir del próximo año si la norma se implementa como lo establece el tribunal. Solo espera la decisión final del gobierno y el parlamento que lo convertiría en ley. Lo que el tribunal realmente intenta hacer es tratar de legalizar lo que ocurre a menudo en Turquía, es decir legalizar los casamientos ilegales entre niñas y adultos criticados por las organizaciones feministas y de DDHH.

No acabamos de sorprendernos por los sucesos ocurridos en el país asiático con el intento de golpe de estado y las purgas posteriores que está realizando el gobierno de Erdogan entre militares, profesores, maestros, jueces, periodistas y otros muchos miles de personas más, definidas como opositoras y muchas veces sin razón, adherentes a Gulem, el líder político en el exilio y a quien se culpa del intento golpista. A esto se agrega además la amenaza de restablecer la pena de muerte en el país asiático.

La UE, y en especial Suecia y su ministra de RREE Margot Wallström, han reaccionado críticamente con la medida de permitir que las niñas sean obligadas a contraer matrimonio apenas cumplan los doce años. Lo cual ha creado un conflicto diplomático entre ambos países.
Uno no puede dejar de preguntarse cómo pueden esos hombres que integran el tribunal, y una buena parte del colectivo masculino de ese país, aceptar este abuso ante la indefensión de la mujer, en este caso las niñas, expuestas a violaciones, abusos sexuales y total sometimiento a hombres a los que en muchos casos ni siquiera conocen. ¿Qué oportunidad tendrán esas niñas de poder seguir cursando la escuela cuando la obligarán a cumplir con las tareas del hogar como lo establece la cultura del país? ¿Cómo pueden aceptar los padres de esas niñas entregar en casamiento a sus hijas por ninguna otra cosa que conveniencia económica o de otro tipo, recordemos el Honor de la familia, motivos que están lejos seguramente de lo que siente y comprende la niña?

Muchas organizaciones internacionales de DDHH como Save the Children, y en la propia Turquía organizaciones feministas, reaccionaron señalando que la medida viola la Convencion de Derechos de la Infancia de la ONU y se oponen a semejante desvarío de la Corte Constitucional turca. Estos grupos se preparan para dar la lucha contra la nueva norma, dando muestras de que por lo menos una parte de la sociedad turca se opone a la aberración de condenar a esas niñas a un sometimiento físico y mental, porque nadie se imagina que sean mayoritariamente los varones de doce años los obligados a casarse, en una sociedad que marcha hacia el oscurantismo del fascismo a la musulmana. Ojalá me equivoque, pero no me cabe la menor duda de quien ganará esta pelea para vergüenza de la humanidad, que parece estar cada vez más lejos de aquél mundo que nos imaginábamos en nuestra juventud en las décadas de los 60-70, es decir paz, justicia social, libertad, e igualdad entre el hombre y la mujer. Sin embargo es un sueño que sigue vivo en las nuevas generaciones que luchan por esos principios, aunque el futuro parezca más  oscuro que antes.

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