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jueves, 13 de septiembre de 2018

Chismes y Rumores: Póker en Ciudad Scandia

Imagínense una partida de póker con ocho avezados jugadores alrededor de la mesa en la norteña ciudad de Scandia. Se diferencian porque cuatro de ellos usan corbata azul, tres las tienen de color rojiverde y una de color pardo. Las cartas ya están repartidas y las apuestas comienzan a llenar el pozo, pero nadie quiere irse al mazo  arrojando las cartas vencido. Por ahora.

Chismes y Rumores tuvo acceso al salón donde se juega la partida, un salón velado por el humo del tabaco y cargado de murmullos de esta larga partida de póker donde se juega el destino de esta Scandia, capital del Báltico. Parece mentira que ocurra aquí, pero ya nadie se asombra de lo que pasa por estos pagos. Alrededor de la mesa hay rostros impenetrables, nadie mueve un músculo de la cara, pero entre los cuatro de corbata azul mantienen una comunicación antes
acordada y tal vez indescifrable para el resto de los jugadores. Son agresivos, quieren correr de la mesa a sus rivales cuanto antes, pero los otros se resisten. Los que visten corbatas rojiverdes, sobre todo el más grandote y corpulento, responde más sutilmente intentando contener la ofensiva de los azules y dividirlos. El de corbata parda está aislado del resto, pero sabe que tiene una buena baza en la mano, y espera su oportunidad. Si no es ahora será más adelante. No tiene apuro. Su estrategia es ganar a expensas del desgaste de los otros.

El ya mencionado grandote de los rojiverdes cuenta con un buen capital para apostar, algo disminuido con respecto a la partida anterior, pero sigue siendo el más voluminoso. El grandote se ufana de haber obtenido más escaleras reales o de color que ningún otro  en la historia de este juego en la ciudad. Por eso los azules juegan en equipo, algo extraño en este juego, pero en fin, todo es válido con tal de hacerse del pozo y repartírselo. Al grandote esa alianza, difícil de romper, le impide imponerse por ahora. Tiene que elevar la apuesta constantemente para que los azules se achiquen y se vayan al mazo, inseguros y temerosos de perder todo lo que está en juego. Sin embargo ellos elevan a su vez la apuesta y esperan que sea el grandote el que se vaya al mazo. Pero nadie está dispuesto a abandonar la partida. Por ahora.

A veces los jugadores se levantan de la mesa, se desperezan, dialogan entre ellos, se sirven un vaso de whisky, bromean y vuelven a la mesa reconfortados. Las cartas son barajadas, repartidas y el juego recomienza. Cada jugador espera recibir una mano estupenda para obligar al resto a abandonar la partida y llevarse el capital acumulado en el centro de la mesa. Cada uno se hace fantasías de cómo utilizarlo. Entre los rojiverdes fantasean con invertirlo en lo que ellos llaman "bienestar", es decir repartirlo entre los habitantes de la ciudad ofreciendo mejores servicios en la salud y educación, medio ambiente, jubilaciones, etc. Los de corbata azul tienen otras prioridades aunque prometen cosas similares, pero afirman que bajando los impuestos es más fácil llegar a los mismos resultados que sus rivales. El de corbata parda sueña con una patria homogénea, libre de culturas y religiones foráneas, incluso se les ha escapado una consigna extraña en los ambientes de Escandinavia: "victoria o muerte", parecida a la "patria o muerte" de los cubanos, o a la más poética de los uruguayos :"la patria o la tumba". Vaya coincidencias en estas consignas apocalípticas a pesar de las distancias.

La partida es comentada diariamente, a toda hora, por los medios de prensa. Cada movimiento de pestañas, bostezo o dedo en la nariz es reportado con análisis eruditos sobre el significado de cada movimiento. Especulan sobre quién puede tener  la mejor combinación de cartas,  aunque espera una nueva mano para dar el golpe final y llevarse el pozo. Chismes y Rumores ha intentado penetrar el corralito de silencio que los jugadores han establecido, pero sin resultado. La partida es demasiado importante y nadie se va de la lengua. Sólo especulaciones de los que observan el juego. Probablemente las computadoras hacen las combinaciones posibles pronosticando un resultado a favor de A o de B en un escenario donde uno o varios son reconocidos como los ganadores o perdedores. ¿O habrá una especie de empate y una nueva partida tendrá lugar en un futuro cercano? Solo el de la corbata parda cree que lo beneficiará si esto llega a ocurrir. Por eso está tranquilo. Su capital crece sin hacer mucho. A conseguido que una buena parte de los habitantes de la ciudad lo aplaudan.
Sin embargo la partida prosigue sin pausas por el momento,  todavía nadie se va al mazo. Pero el final se acerca y es ineludible. ¿Quién tendrá los ases en la manga? Por esta vez a Chismes y Rumores se le escapan los secretos de la partida. Y no es para menos. No sabe jugar al póker.


















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