Vistas de página la semana pasada

viernes, 23 de noviembre de 2018

VIERNES NEGRO: A consumir que se acaba el mundo

Al fin llegó el día! el Black Friday, que con entusiasmo renovado una buena parte de la humanidad se lanza a consumir con más desesperación que nunca en el año.  Atropellando en las tiendas y centros comerciales, supermercados e hipermercados, intentando llegar antes de que se acabe el producto anhelado, que nos vendieron probablemente a través de la publicidad, y que en realidad muchas veces no necesitamos. 

Nacido como tantas modas consumistas en el reino del mundo del consumo, EEUU, el viernes negro se ha extendido como una mancha voraz por el planeta. Al mismo tiempo que los últimos informes ambientales constatan que el dióxido de carbono en la atmósfera sigue aumentando, arrastrándonos aceleradamente hacia la destrucción del planeta.

Parece demasiado apocalíptico, los reconozco, pero los plazos según los científicos son cada vez más cortos. No obstante, hasta ahora son pocos, proporcionalmente hablando, los gobiernos y los pueblos que se resisten a dejarse arrastrar por el tsunami consumista.  De esta madera estamos hechos los seres humanos, por eso los que buscan aumentar su riqueza y fortuna apuestan por continuar arrasando bosques, contaminar ríos, océanos, atmósfera y nuevos o antiguos territorios. 

La historia de porqué el nombre Black Friday  es algo complicada.
Su origen tuvo primero su lado financiero, y muchos años más tarde su costado comercial mezclado con una ceremonia religiosa. Comenzó en 1869, oportunidad en que la Bolsa de Valores de Nueva York se desplomó a causa de la especulación financiera de dos aventureros que dejó en la ruina a miles de accionistas. Luego arribamos a la cuestión de la fecha: el 30 de noviembre.

El día de Acción de Gracias, (Thankgiving) celebrado en el mundo protestante, fue una costumbre iniciada en EEUU por el presidente Abraham Lincoln en 1809, que estableció como día de tal celebración el último jueves de noviembre. Por estos ”caprichos” del almanaque, en 1939, ese jueves cayó un 30 de noviembre. Entonces se alzó el grito de alarma entre los comerciantes: se les acortaba el período de ventas antes de Navidad. El presidente Franklin Roosevelt, ni corto ni perezoso, sensible a las inquietudes de los comerciantes, estableció que el día de Acción de Gracias se celebraría entonces el cuarto jueves de noviembre. La finalidad fue garantizarle al comercio una semana adicional de compras antes de Navidad.

O sea que ni siquiera hubo una razón religiosa detrás la celebración de la Acción de Gracias, sino que fue una decisión política para garantizarle al comercio más consumo y consumidores. Geográficamente el viernes negro se limitaba en un principio a Filadelfia hasta la década del 80 del siglo pasado. Luego se fue extendiendo a otras ciudades de EEUU, pasó a Canadá y llegó a Europa, América Latina y otros continentes a partir del nuevo siglo. No obstante  esta oportunidad de "liquidaciones galácticas", se ha ido agregando el Jueves Gris, el Fin de Semana Negro, la Semana Negra y la nueva costumbre: el Cyber Monday, es decir las compras a través de Internet, en esta ocasión el lunes 26 de noviembre

La bola de nieve del consumo no deja de rodar. Además detrás de estas campañas hay mucho engaño de parte del comercio. A menudo venden el producto más caro que en otras oportunidades de ventas de Saldos. Luego tenemos la razón principal de las rebajas del 30%-50%-70% etc.  el cual tiene su principio en el ”envejecimiento” de los productos que los comerciantes quieren sacarse de encima, para sustituirlos por nuevos productos. Incluso tratan de colarnos en la bolsa de las compras, productos de mala calidad, debido a que antes no podían vendérselos a consumidores más conscientes a la calidad que al precio.


En fin, como consumidor vale la pena estar bien informado para no ser engañado por precios falsos. Como personas conscientes de que a mayor fervor consumista más daño le hacemos al planeta, deberíamos medirnos en nuestro entusiasmo por comprar impulsivamente. Y además, evitar endeudarnos, porque siempre hay un día después… Por último, y a riesgo de ser grosero, los jóvenes de mi generación decíamos en aquélla época y en plena Guerra Fría: "A c.... que se acaba el Mundo". Ahora con la Guerra Caliente al planeta los jóvenes y mayores dicen: " A consumir que se acaba el Mundo". Cambio de paradigma, dirían los entendidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Le agradecemos su comentario referido al tema. Cada aporte es una gota de reflexión sobre temas que interesan o preocupan. Suscríbase si desea seguir leyendo las notas y relatos de este blog.Es gratis.