Vistas de página la semana pasada

sábado, 1 de febrero de 2020

Reminiscencias de un viaje al suelo que me vio nacer.

Con amigos en la Plaza Constitución
 de Flores (1968)
Hace casi dos meses que regresé a Suecia de mi último viaje a Uruguay, y no puedo dejar de pensar en lo lindo que fue encontrarme con primos, tíos y todo lo que los rodea de nietos y bisnietos, amigas y amigos, pasear por las calles, parques y plazas de Montevideo, pisar la arena de las playas y recorrer los sitios y barrios de mi ciudad natal Trinidad donde crecí, jugué y estudié.  No obstante, y sobre todo, respirar aquél aire de optimismo y libertad que estas generaciones del presente han vivido en estos últimos años gracias  al impulso de políticas de redistribución, para descontento de los más ricos (que siguieron siendo ricos);  sueños cumplidos de viajes fuera de frontera para muchos como nunca antes y más consumo para una clase media en ascenso. A eso el intento de sacar de la pobreza, muchos mejoraron su vida,  con políticas sociales  que le han dado una vida menos carenciada a los más humildes.

Uruguay no es la panacea en cuanto a justicia social entre las clases y felicidad, no existe en el mundo diría Perogrullo,  pero paulatinamente fue corrigiendo ese desfasaje, siendo en América Latina el país con menos pobreza,  más inclusión social, índices económicos que han evitado recesión y desempleo alarmante, estabilidad democrática, y muchas cosas más destacadas por organismos internacionales insospechados como el FMI, Banco Mundial o la revista The Economist. La cultura floreció en todo el país, pero especialmente en la capital como es lógico, por población e incentivos, tradición y políticas que hicieron realidad proyectos locales y barriales, desde plazas a centros culturales y sus diversas expresiones artísticas, así como espectáculos en los centros más emblemáticos como el teatro Solís o el nuevo Antel Arena.

Toda esa realidad vivida en esas semanas de estadía en plena campaña electoral, desde el optimismo hasta el desencanto, no borra lo vivido con la familia, amigas y amigos, las charlas, los vinos que libamos, los asados que saboreamos y los postres que degustamos. Y no olvido los caminos recorridos, a veces bajo la lluvia con carreteras anegadas esperando el milagro del asfalto. Las ciudades que conocí nunca antes visitadas como Paysandú, Salto, Artigas, Paso de los Toros, San Gregorio de Polanco, y balnearios de Canelones y Maldonado. 

Fue un intenso baño de realidad e intercambio en un clima de alto voltaje político donde se impuso un relato falso y manipulador para intentar ponerle fin a un proyecto progresista y hacer retroceder a la sociedad a la época del libertinaje para los negocios en beneficio para los actores económicos que desprecian la transparencia, prefiriendo cargar portafolios y valijas con billetes verdes libre de rastros, porque el dinero ”está mejor en lo bolsillos privados que en los públicos”, según frase del presidente electo Luis Lacalle Pou. Y para eso se necesita mucha carga policial y probablemente militar, bajo un velo de lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, y una Ley de Urgente Consideración (LUC) que con más de 450 artículos, la cual pretende hacer retroceder el reloj para beneficio de esas élites económicas que ”profitan” a costilla de trabajadores y jubilados, buscan recortar o eliminar derechos conquistados por las mujeres y minorías, eliminar debates en el parlamento imponiendo una mayoría de tres partidos (dos no cuentan por ser espectros políticos) unidos por intereses espurios y cuotas de poder que no merecen.


Ninguna realidad es eterna, y conociendo las reservas que nuestro pueblo uruguayo mantiene, y ha dado muestras de ello en situaciones aún más difíciles, tarde o temprano recuperará la senda de la lucha por más justicia social, derechos, libertades y transparencia que el nuevo gobierno querrá opacar por su misma esencia neoliberal y autoritaria  durante los próximos cinco años, con algunos militares de la vieja guardia todavía deseosos de un nuevo Plan Cóndor, con un ex-militar luciendo la banda presidencial
No obstante, la semilla de la rebeldía no está durmiendo, germina y se prepara para definir a corto plazo las elecciones municipales de mayo próximo. Será el termómetro metido allí donde se merece en la coalición multigama, que se desespera todavía sin candidato/ta para poder acceder a una porción más de poder, la codiciada intendencia de Montevideo en manos del Frente Amplio desde 1990. Servirá también para medir la temperatura  de aprobación/desaprobación para el nuevo gobierno y el impacto de la Ley de Urgente Consideración (LUC), y al babieca del presidente Lacalle Pou.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Le agradecemos su comentario referido al tema. Cada aporte es una gota de reflexión sobre temas que interesan o preocupan. Suscríbase si desea seguir leyendo las notas y relatos de este blog.Es gratis.