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martes, 11 de julio de 2023

Sueño cumplido: Turquía promete ingreso de Suecia a la OTAN

Se inicia hoy la cumbre de la OTAN en Vilna, capital de Lituania, con la esperada noticia de que Recep T. Erdogan, presidente de Turquía, confirmaría la latente pertenencia de miembro pleno de Suecia a la OTAN. Ocurrió ayer en reunión entre el presidente turco, el primer minostro sueco Ulf Kristersson y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg Y si bien en el entorno político y mediático sueco había cierta inseguridad, aunque sí optimismo, como expresaban miembros del gobierno, aunque nadie quería "quemarse" 

Suecia había hecho los deberes para conformar a los turcos, luego de que en en el Parlamento se reformaran leyes para apretarle las clavijas al llamado "terrorismo curdo", en especial al partido curdo PKK, y además cortarle la contribución económica a los curdos de la organización YPG (Unidades de Protección Popular) que combatieron en Siria contra el califato del ISIS y contra Turquía, con la finalidad de declarar la independencia de Kurdistán, territorios que se reparten entre Turquía, Irak, Irán y Siria.

La invasión rusa a Ucrania volcó los sentimientos suecos y finlandeses a favor del Tratado del Atlántico Norte, que de haber sostenido a lo largo de décadas una neutralidad más aparente que real, estuvo siempre muy inclinada hacia la colaboración con la alianza militar occidental, aunque prefería estar al costado de la misma, como socia, para dar una imagen todavía libre de compromisos que comprometieran al país a entrar en un conflicto armado en caso de producirse, aunque las maniobras y ejercicios militares fueran de rutina con los miembros del la OTAN junto a Noruega, Alemania y Dinamarca, entre otros. Muchos opinábamos que era una foma de prepararse para el próximo paso. Y los hechos se precipitaron, y el esfuerzo de Putin por impedir que Ucrania se hiciera socia de la OTAN y su compromiso por combatir el ”neonazismo” ucraniano, terminó por sumarle dos miembros más. Vaya estrategia, de suma y resta, diría más de algún atrevido. Uno de los recién incorporados, Finlandia, pegadita a la frontera rusa, y con recuerdos de sangrientos combates hace nada menos que ocho décadas atrás en la llamada Vinterkriget. La segunda, al otro lado del mar Báltico, que ahora espera por la aprobación final del parlamento turco y del húngaro, cuyo gobierno también ha demorado en dar el visto bueno, completan de esta manera un cordón defensivo que cierra el círculo desde Escandinavia hasta el Asia Menor. Como telón de fondo de la cumbre está la polémica decisión de la Casa Blanca  de enviar bombas de racimo a Ucrania, controvertidas y prohibidas armas por más de cien países, entre ellos Suecia, por el peligro que representan para la población civil. Hay que recordar que EEUU, Rusia y Ucrania nunca firmaron ese acuerdo, el que ética y moralmente es condenable, pero no viola ninguna regla internacional establecida que los condene a sanciones. En todo caso Rusia y Ucrania ya han hecho uso de esas bombas a lo largo de la guerra. Ahora ocurrirá probablemente con más frecuencia para quebrar las defensas rusas en las trincheras.


No hace tanto tiempo que una mayoría de la población de Suecia prefería la neutralidad y estar libre de alianzas militares, principalmente la socialdemocracia y los otros partidos de izquierda, mientras el centro-derecha estaba parcialmente dividida. Hoy una aplastante mayoría parlamentaria se impuso entrelazando ambos bloques, salvo los diputados del Partido de Izquierda, que prefería llamar a un referéndum o plebiscito, en el peor de los casos, para ver si todavía una mayoría prefería no sumar al país a la OTAN, o por lo contrario, aceptaba incorporarle a la alianza militar. No ocurrió, el entonces gobierno socialdemócrata de la Primera Ministra Magdalena Andersson, con el apoyo de  la mayoría parlamentaria señalada, y al unísono con sus colegas finlandeses, votaron a favor de solicitar la membresía. Las encuestas publicadas en los medios de prensa mostraban lo que el gobierno y la mayoría parlamentaria deseaban, es decir, una segura mayoríade opiniónfavorable a la OTAN entre los ciudadanos atemorizados por la guerra. Con eso bastaba, ya que el peligro de que el oso ruso lanzara sus zarpazos por la región, si bien no era inminente, quién sabe qué pudiera ocurrir en el futuro. Putin tiene sus sueños, nos enteramos a través de las visiones del nuevo Zar del Kremlin. Según quienes les han seguido la pista a esas visiones, la misma se denomina la Gran Eurasia, liderada por supuesto por Rusia para enfrentar el predominio de EEUU, y quién sabe a qué gigante más en el futuro, ¿tal vez uno con cabeza de dragón? Con frecuencia aparecen estos personajes a lo largo de la historia de la humanidad. Basta echar la vista atrás para verlos emerger en los libros de historia, o más dinámicos e ilustrados con más fiereza en los vídeos de Youtube.


Así las cosas, las FFAA suecas y el país quedarán atadas a cumplir con el artículo cinco de protección mutua de la OTAN, todos para uno y uno para todos como los mosqueteros, obligados a ir a luchar donde haya un conflicto que comprometa la seguridad de cualquier país miembro. Como tenemos una realidad inequívoca en el mundo actual, nos preparamos para la guerra cuando todavía creíamos débilmente que la paz y la unión entre los pueblos era posible. La distopía es la cruel realidad que nos rodea, me decía un nihilista hace ya cincuenta años (!), contrario a mi opinión de que íbamos camino a la revolución que finalmente enderezaría los entuertos e injusticias en el mundo. Como pensó una vez el Quijote, quien murió resignado en su lecho. Entonces no le creía a mi amigo. No preciso decir quién tenía razón. El caballero de la Triste Figura ¿cabalga todavía rumbo a su derrota definitiva?

1 comentario:

  1. La carrera armamentista es un enigma para los humanos que somos ajenos a las esferas imperiales y sus propósitos.
    Suecia siempre tuvo una postura la cual reflejaba sus propósitos democráticos e ideológicos. Hoy día las presiones de intereses económicos condicionan esa democracia. La entrada como socio incondicional a la OTAN es una postura muy clara a la política indiscriminada de intereses que ya han dejado sus intenciones de mandar el mundo.

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