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sábado, 25 de noviembre de 2023

Tesla, una empresa reacia al acuerdo colectivo


Desde hace más de tres semanas el sindicato metalúrgico IF Metall,  que organiza a los trabajadores de los talleres mecánicos y de servicios
  de la firma de autos eléctricos Tesla, se encuentra en conflicto abierto con la compañía norteamericana. La razón es la negativa de Elon Musk de admitir que los trabajadores suecos tengan los mismos derechos que el resto de sus colegas del sindicato y de la generalidad de los asalariados del país.


El argumento de los directivos de Tesla es que en ningún otro país la empresa ha firmado un convenio colectivo con los trabajadores y se ufana de que sin ese acuerdo colectivo tienen salarios más altos que si lo tuvieran. Además, afirma, que el 90 por ciento de los trabajadores no adhiere a la huelga. Como siempre, los argumentos de estas empresas multinacionales como Amazon, son turbios porque no mencionan que junto a un salario, hay también otros derechos y compensaciones que los trabajadores reciben a través del convenio colectivo. Entre otros: seguros por despido, por lesiones en su ambiente laboral, derecho a las horas extras, aportes jubilatorios, etc.


La política que lleva adelante Tesla es crearse un ambiente, allí donde aterriza, libre de las reglamentaciones y las leyes del país, donde tienen derecho a ampararse los trabajadores, porque desean tener las manos libres para hacer lo que les antoja en esta puja entre la cultura de los anarcocapitalistas como Elon Musk y las leyes del estado nacional, que regulan las relaciones entre empleados y empresas.


El conflicto por el momento está completamente estancado en una guerra de trincheras donde nadie parece rendirse. El sindicato en caso de renunciar a sus derechos de firmar un convenio colectivo, de larga tradición en el país, pondría en peligro todo el sistema sueco para la seguridad del asalariado. En todo caso, en forma solidaria, otras ramas de los sindicatos suecos se adhieren al conflicto en respaldo a la medida de los trabajadores de Tesla. Portuarios, eléctricos, transportistas, etc. 

Los portuarios no descargan los autos Tesla en ningún puerto del país. Tesla como contramedida descarga sus coches  en los puertos de países vecinos y los transporta luego en camiones, lo que augura otras medidas como respuesta del sindicato de los transportistas.

Estas medidas de apoyo al sindicato del Metal despierta a su vez las protestas de la Federación de Empresas sueca que desean prohibir las medidas de simpatía en los conflictos de otras empresas, algo que hasta ahora no han conseguido, pero indudablemente su intención es debilitar las medidas de lucha sindicales.


En total, hasta ahora, se han plegado diez sindicatos con distintas medidas que perjudican a la empresa de Elon Musk. Por ejemplo, los empleados del correo PostNord y Citymail no entregan los paquetes con las matrículas de los nuevos autos, lo que dejan a la espera a sus nuevos propietarios. “This is insane”, fue el primer comentario de Musk sobre el conflicto en su plataforma X.

Se han nombrado mediadores de parte del Instituto Nacional de Mediación para buscar soluciones al conflicto, sin resultado hasta ahora. Desde el 6 de noviembre las conversaciones están congeladas entre Tesla y el Metal por orden de Musk.

La estrategia del magnate, una de las personas más ricas del planeta, es probablemente agotar todas las posibilidades de torcerle la muñeca al sindicato para celebrar una victoria más, mientras planea poner nuevos astronautas en la luna. 

Tal vez le vendría bien un paseito por allí, así aprende a respetar y valorar lo que tiene en la Tierra.

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