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lunes, 28 de octubre de 2024

Triunfo y balotaje

 

Yamandú Orsi y Carolina Cosse

Anoche se confirmó en Uruguay lo que las encuestadoras de opinión vaticinaban con resultados bastante acertados: el Frente Amplio (FA), que reúne a los partidos de izquierda y organizaciones progresistas, obtuvo alrededor del 45% de los votos, logrando una ventaja de 16-17 puntos sobre su rival más cercano, el Partido Nacional (PN) 28% , el principal rival de todo el grupo que conforma la Alianza Republicana.

 De esta manera, el FA se aseguró una mayoría en el senado y una peleada disputa por una mayoría en la cámara de diputados, algo que, según los cálculos de los analistas, no lograría ya que el Partido Identidad Soberana (2,7%) se quedaría con dos de ellos, irrumpiendo así en la política nacional parlamentaria. Aún queda un porcentaje de votos (5%) por escrutar, y esto puede influir marginalmente , según los expertos, por lo que el resultado no variaría sustancialmente, de no ocurrir algo inesperado. 

El FA, al no poder obtener el 50%+1 de los votos, tendrá que ir al balotaje donde se enfrentarán las fórmulas presidenciales Yamandú Orsi y Carolina Cosse (FA) contra Álvaro Delgado y Valeria Ripoll, (PN) el 24 de noviembre. Esta última pareja está respaldada oficialmente por todos los partidos de la Alianza Republicana, integrada además del PN, por el Partido Colorado (PC) 16% de los votos; Cabildo Abierto (CA) 2,7%; Partido Independiente (PI)1;8%, quienes intentarán derrotar al FA y ganar la presidencia del país por cinco años más.

Sin embargo, el FA construyó su victoria recorriendo todo el país, ciudades, pueblos y poblaciones menores, al viejo estilo de encontrar y dialogar con sus simpatizantes y demás interesados que deseaban escuchar su mensaje y su amplio programa de reformas ,que incluye temas como la seguridad, la economía, la educación, la producción, la salud, la seguridad social, etc. etc. Ese recorrido por todo el país logró crear una empatía y simpatía por los candidatos Orsi y Cosse, que los otros candidatos/as jamás lograron obtener ante el desprestigio causado por la gestión del presidente Luis Lacalle Pou y su gobierno de derechas, sacudido por los escándalos de corrupción y mala gestión en diversos rubros de su administración. En todo caso, también hay que reconocer que la Alianza Republicana, hipotéticamente, podría ganar la presidencia si lo votan todos los electores que votaron en primera vuelta a esos partidos, ya que tienen una leve mayoría sobre el FA. Algo muy dudoso, según los analistas.

Hasta ahora, las encuestas mostraban , no obstante, que de pasar al balotaje, Orsi-Cosse, le ganaría a la dupla Delgado-Ripoll por un margen no muy ancho, pero suficiente, por lo que se espera una dura campaña hasta el 24 de noviembre cuando se define esta segunda contienda electoral.

Muy cerca está el FA de recuperar el gobierno que perdió en 2019. Sus dirigentes tienen un gran desafío, una vez más, al recorrer el país como lo hicieron las semanas pasadas,  para reencontrarse con sus votantes, seguir explicando su programa de reformas y medidas para convencer a parte del electorado de sus rivales, los dudosos y  crear la confianza de que son la mejor opción de gobierno. 

Después de conocerse el resultado del plebiscito por la reforma de la Seguridad Social, impulsada por los sindicatos del PIT-CNT, que no pudo reunir suficiente cantidad de apoyo para ser aprobada, (38%), la dirección del FA que no la respaldó, puede encarar el resto de la campaña sin ese aparente contrapeso que se evaluaba iba a perjudicarlo frente a parte del electorado, restándole apoyo. Algo discutible, pero que así fue evaluado por una mayoría dentro de la dirección del FA. 

La recta final de esa democracia e institucionalidad, que muchos partidos y políticos dicen querer defender, se enfrenta a esas campañas de odio y falsas noticias que la ultraderecha,ya en la primera fase de la campaña, empezó a querer difundir y contaminar a los candidatos del FA, sin resultado hasta ahora. (Ver anteriores notas en mi blog) Pero están en marcha, porque la meta es distorsionar a las viejas democracias liberales, crear sociedades y estados autoritarios. Ahora, se especula, que para el balotaje podría ser peor, sobre todo a partir de las redes sociales, donde sin ningún tipo de freno, se lanzan las calumnias y acusaciones más descabelladas por medio de bots y trols, y que desafortunadamente, muchos, ingenuos o desprevenidos, creen que son verdad. 

La ultraderecha quiere, como nunca, y lo dicen sus peores ideólogos, transformar a la gente en zombies obedientes, manipulados por sus medios de prensa e información, gente que no piense ni critique para así gobernar a su antojo y enriquecerse aún más.  Por eso,  la administración de los asuntos del país por el FA, si gana el balotaje como se prevé, será crucial para frenar ese desarrollo que inició la coalición del actual gobierno, aunque de los labios para afuera muchos de ellos digan lo contrario. Con el narcotráfico y el lavado de activos legal en los bancos hasta más de $100 000 , el crimen organizado sentó sus bases como nunca en el país, que se transformó en un territorio de acopio y salida de la droga por el puerto de Montevideo. Varias toneladas fueron incautadas en Europa. Quién sabe cuántas otras pasaron de largo.

Cambiar ese modelo  de gran opacidad y corrupción será un gran desafío para el FA, para la población que lo respalda, que sin dudas. tendrá enfrente en cúmulo de grupos nacionales e internacionales cuyos intereses chocarán con las medidas que intente implementar el FA. A no bajar los brazos, durante quince años el FA demostró que puede gobernar, redistribuir la riqueza más equitativamente, transformar y diversificar la producción del país, que le permitió salir del profundo pozo improductivo, (40% de la población estaba por debajo de la línea de pobreza en 2004). A partir de marzo del próximo año, puede reiniciarse ese camino, todo depende del compromiso de ese pueblo uruguayo, que sin dudas está decidido una vez más a enfrentarse al poder del capital y sus corporaciones, a la corrupción y a los corruptos, con la ayuda insoslayable del estado en todo el territorio nacional. Los miles de frenteamplistas así lo celebraron con todo entusiasmo anoche. Así sea!

jueves, 24 de octubre de 2024

Crimen y castigo

 Ricardo Zabala es un antiguo Inspector Mayor de la policía, cuyo último cargo fue integrar el Servicio de Información de Defensa (SID) durante la dictadura en Uruguay y,  posteriormente, fue profesor en la Escuela Nacional de Policía. Se lo acusó de estar implicado en el secuestro y desaparición del maestro Julio Castro en 1977, pero solo reconoció haber participado en el secuestro, para, posteriormente, entregarlo a los militares del ejército. Por esos vericuetos de la ley, fue absuelto de cualquier delito, porque jugó a su favor ”decir la verdad”, y no responsable de las torturas y desaparición del maestro cometida por otros.

Para su desdicha, era sospechoso de otro crimen. Zabala fue objeto de un juicio donde se lo procesó como coautor el homicidio de Cecilia Fontana de Heber, ocurrido en 1978, quien murió envenenada al beber de una de las tres botellas de vino, al que se le había mezclado un insecticida. En realidad las botellas estaban dirigidas al esposo de Cecilia Fontana, Mario Heber, al expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera y a Carlos Julio Pereira, todos pertenecientes al partido Nacional (PN). El motivo habría sido que estos tres políticos habían iniciado conversaciones con militares para iniciar una posible salida de la dictadura. Las huellas dactilares y la información obtenida en archivos desclasificados por EEUU, posteriormente, dieron con la pista de por lo menos un implicado directo en el homicidio de Cecilia Fontana. Pasaron cuarenta y seis años desde aquel intento de asesinato de los tres políticos, un crimen planeado por el sector más ultrarepresivo de las llamadas Fuerzas Conjuntas, integrado entre otros, por Juan Ricardo Zabala.

Porqué hago referencia a este antiguo Inspector Mayor de la policía? Porque yo fui compañero suyo de Liceo, y juntos íbamos caminando hasta el centro de estudios desde la Plaza Flores, en Trinidad, y jugamos juntos al fútbol en Juventus, en el llamado baby fútbol. Entonces solo lo llamábamos Juan y no Ricardo. Tenía además un apodo bastante llamativo y denigrante, hay que decirlo,  para un chico adolescente: le llamaban la ”rata” Zabala. Nunca le pregunté porqué, pero me imagino que sería por su rostro algo ratonil, que le daba esa característica, en una sociedad como la uruguaya, donde los apodos, a veces muy denigrantes, clasifican a la gente de una manera a menudo, humillante. En el caso de Juan Zabala, al final de su carrera profesional, con el resultado en la mano y entre ”rejas”, en la Unidad Domingo Arena (estos delincuentes gozan de privilegios que ningún preso común podría soñar) me pregunto si lo llamarán por ese apodo  

 Tal vez fue una premonición acertada ponerle aquel apodo denigrante, al conocer hoy en día el alcance de sus acciones y responsabilidad en las decisiones que tomó, y solo conocemos dos crímenes en esa larga carrera de uniformado. Habrá otros nunca confesados?  En todo caso se sabe que no lo hizo solo, también habrían participado de esta conjura, según el fiscal que investiga los crímenes de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, ”el general Amauri Prantl (ex director del Servicio de Información de Defensa, SID), José Gavazzo (ex jefe del Departamento III del SID y adjunto a la dirección), así como el director de la DNII, Víctor Castiglioni, y sus hombres de confianza, el comisario Hugo Campos Hermida (todos fallecidos) y el subcomisaro Juan Ricardo Zabala Quinteros”.

No es fácil pensar en que aquél chico, algo tímido, bromista, con el que jugaba al fútbol y charlábamos camino al Liceo, no muy atento en el estudio, entonces, se convertiría en un represor de esa categoría. Qué lo impulsó a estudiar para policía, y luego a seguir esa ruta del crimen organizado, amparado en el estado, cometer delitos de lesa humanidad, solo él lo sabrá, si es que algún día hace un examen de conciencia. Detrás suyo quedó lo que todo represor deja cuando es descubierto, una condena y repudio general por sus crímenes, que lo perseguirá, implacablemente, el resto de su vida.


jueves, 17 de octubre de 2024

De caranchos y otras yerbas


La campaña electoral en Uruguay vuelve a teñirse de noticias falsas, descarrilamientos verbales, miedos a ser derrotados con holgura, figuras emergentes con discursos antisistema, plebiscitos a favor de rescatar el valor de las jubilaciones del pueblo trabajador y el que pretende allanar la dignidad de los hogares por la noche, y mucho más.

Es evidente que el contagio del virus que expande la ultraderecha, con Trump como la cepa principal, se hace presente también en la realidad uruguaya de esta campaña. Lo intentaron con la denuncia penal trucha contra el líder del Frente Amplio, Yamandú Orsi, por violencia física contra una prostituta, hipotéticamente ocurrida hace más de diez años, con un fracaso estruendoso, donde la instigadora está presa por varios delitos.

Ahora, el candidato del Partido Colorado, Andrés Ojeda, hace una denuncia, en realidad una conferencia de prensa, contra el mismo Orsi, por unas fotos y un texto que lo perjudicarían, por la que  responsabiliza al candidato frenteamplista, sin presentar ninguna prueba. Simplemente parece ser una “corazonada”y una “noticia”,de esas que se derriten como manteca en la sartén.

Este es el estilo de este carancho de basurero, que levanta la apuesta de aquel otro gorrión de basurero, que dirige los destinos del país hasta marzo del año próximo. Esa es la realidad a la que tendrá que acostumbrase la población del país, una ofensiva constante con noticias falsas, acusaciones contra las figuras del próximo gobierno, preferentemente si son del FA, una ofensiva respaldada por los medios dominantes, que con la nueva ley de medios, si no se reforma por el FA, copará aún más  la mayor parte de la corriente de noticias y análisis,  falsamente llamado periodístico, de los “ensobrados” que pululan en esas redacciones.


Cuando Yamandú Orsi, con toda autenticidad de un político tradicional, apela a hacer política a la “uruguaya”, es decir sin agravios, con argumentos, con programas elaborados por las bases y abiertos al diálogo cuando llegue la ocasión, no podemos dejar de sentir cierta nostalgia los que crecimos durante la segunda mitad del siglo XX, aún cuando vivimos momentos más extremos de violencia y dictadura. Ahora es más sutil, aunque puede ser violento de ser necesario. Ese mundo al que apela Orsi, es de un liberalismo que está desapareciendo en el mundo, que muestra la diferencia con la nueva era del neoliberalismo y de los neoconservadores, afanados por dominar los gobiernos de los países donde todavía pueden influir. Aquí les sirven los gobiernos autoritarios con líderes autócratas y una plutocracia a la que no le tiembla la mano en bajarle la cortina a los últimos vestigios de la “democracia siglo XX”. Son los manotazos de esos grupos como Black. Rock, el club Bilderberg o los individuos como Elon Musk, John Bezos och Mark Zuckerberg, que con sus empresas multinacionales son más poderosos que decenas de países reunidos.


Si el FA gana estas elecciones del 27de octubre, en primera vuelta, o en noviembre por el balotaje, tendrá un gigantesco desafío, no solo para enfrentar a los caranchos de turno, los medios cómplices y las campañas organizadas por esa plutocracia local e internacional, que estarán acosando y limitando todo intento que quiera erosionar sus intereses. La discusión sobre las AFAP es un clarísimo ejemplo. Con el agregado que dentro del FA por tácticas políticas, quiero creer, no la respaldan algunas de sus organizaciones volcadas más al centro del espectro político. Ojalá una mayoría del pueblo uruguayo de todas maneras gane una vez más esa pulsada contra los intereses de las corporaciones financieras que administran esos fondos, y se apropian del dinero de los trabajadores, que es lo que corresponde y es justicia.


En estos últimos días la lucha por conquistar a los indecisos será clave para que el FA pueda  triunfar con una mayoría en ambas cámaras y sin necesidad de balotaje, a pesar de las noticias y denuncias falsas, de los caranchos en el basurero y los consorcios y corporaciones acechando en el horizonte.

jueves, 3 de octubre de 2024

Estamos en el horno y con temperatura (casi) máxima

 

Era imposible que Irán no respondiera a las acciones bélicas de Israel contra Hizbolá, en el Líbano, después de que el gobierno de Netanyahu ordenara los bombardeos hasta la misma capital, Beirut, provocando una nueva ola de muertes entre los líderes chiitas. Entre ellos, el máximo líder, Nasralá, provocando a su vez una masiva huida de casi un millón de habitantes de esas regiones atacadas y la muerte, según los medios periodísticos, de alrededor de mil personas. El infierno terminó por desatarse cuando Irán lanzó unos doscientos poderosos misiles de largo alcance, muchos de los cuales hicieron impacto en objetivos militares, según informaron fuentes gubernamentales en Teherán. Israel y EEUU desmintieron, como no podía ser de otra manera, que ese ataque hubiese tenido el éxito que los clérigos iraníes y sus fuerzas militares anunciaban. La cúpula de acero israelí y los misiles norteamericanos, disparados desde los buques de guerra, evitaron que la gran mayoría de esos ataques tuvieran éxito.

Ambos bandos reclaman estar defendiendo su propia seguridad y es notable como el giro mediático de la prensa amiga occidental, titula como operación especial, incursión limitada, la invasión de Israel al Líbano, también la llamaron así a la invasión de Gaza, mientras lo que Rusia hizo desde hace más de dos años en Ucrania es una invasión. Todos los que protagonizan estos ataques ignoran las mismas reglas de la ONU que ellos mismos votaron. La manipulación de nuestras conciencias por estos medios, el doble discurso y rasero para describir lo que ocurre en esos diferentes frentes, es notable. La hipocresía de los voceros de la Casa Blanca y sus aliados, justificando la matanza de palestinos y ahora de los libaneses, es una muestra más  de cómo se califican y denominan estos ataques militares en perjuicio de los pueblos que, una vez más, son los que pagan con sus vidas y mutilaciones, la guerra desatada por los intereses de los países hegemónicos, que solo buscan defender las riquezas y recursos naturales, o conquistar nuevos territorios  en busca de nuevos yacimientos de esos recursos naturales que son para hacer negocios, no para compartirlos en este mundo que se rompe. Ese es el objetivo de Netanyahu y su gobierno psra crear el Gran Israel sin pelestinos en el territorio, según sus propias declaraciones. 


El cinismo tiene uno de esos ejemplos que rompen los ojos cuando el New York Times o el Washington Post hablan de los grupos terroristas como Hamás y Hizbolá, calificándolos de proxis de Irán, es decir grupos armados que combaten a Israel en nombre de los ayatollahs iraníes. Sin embargo, que son Israel y Ucrania en sus destacados papeles contra Rusia e Irán? No actúan acaso como proxis de EEUU? Es la misma función aunque las circunstancias sean diferentes, pero en esas guerras las armas, la logística y la inteligencia la aporta Washington a esos dos países aliados, llevándonos cada vez más cerca a una nueva catástrofe mundial, esta vez con miles de ojivas nucleares que pueden terminar con todas los habitantes del planeta si estos gobernantes que apuestan el todo por el todo y toman decisiones sin importarles las consecuencias. Lo preocupante es también como los movimientos pacifistas han desaparecido del escenario cuando el riesgo de una guerra nuclear tiene los resultados que vimos en Hiroshima y Nagasaki. Hemos olvidado esa catastrófica tragedia o nos han convertido en seres tan indiferentes y estúpidos que nos da lo mismo si caen sobre nuestras cabezas esas bombas?


Eso es lo que predica Netanyahu y su gobierno para que exista una excusa para atacar a Irán. Eso es lo que pide Zelenski en Ucrania, para extender la guerra al interior de Rusia. Los neoconservadores de EEUU, aliados con el poderoso sionismo internacional, están dispuestos a sacrificar a los ucranianos y a muchos israelíes en su estrategia de impedir que Rusia, India y China, entre otros, sigan avanzando en el establecimiento de un mundo multipolar. Esa nueva realidad terminaría con el dominio del dólar y probablemente con toda esa estructura militar estadounidense, desplegada por todos los continentes y con cientos de bases distribuidas por el mundo, que se verían obligadas, por falta de recursos, de abandonarlas y perder así su poder de control y disuasión. No están ahí para defender la democracia ni las libertades, están ahí para defender sus intereses geopolíticos y económicos, les importa un bledo las consecuencias para los habitantes de esos países, que como vemos, retroceden en derechos y calidad de vida, para alimentar las máquinas militares que reclaman cada día más presupuesto.


Muchos titulares en los medios y en las redes, por streaming, anunciando un futuro incierto, violento y, en el peor de los casos, un retroceso a la edad de piedra donde solo las cucarachas podrán sobrevivir en caso que se desate una guerra termonuclear. En lugar de poner todos nuestros esfuerzos e ideas para crear un mundo más justo y sustentable, estamos creando las bases para nuestro propio colapso como civilización. Me pregunto si eso es lo que pretenden esas élites neoconservadoras al ver amenazadas sus fortunas e intereses. Lo triste es ver, entre otros fenómenos aberrantes, como los países escandinavos, que en décadas pasadas eran de los pocos que trataban de intervenir y mediar en los conflictos, en medio de la guerra fría, ahora están entre los más entusiastas en azuzar en la conciencia de sus pueblos la idea de que la guerra está a la vuelta de la esquina, que es inevitable, que hay que prepararse, llenar el sótano de agua embotellada y comestibles, porque el oso ruso está agazapado, o el dragón chino viene echando fuego,  y tenemos que sobrevivir a los despiadados zarpazos y al fuego aniquilador. Querer desmembrar a Rusia, rodearla de países miembros y con tropas de la OTAN, nos puede llevar a ese infierno tan temido.