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lunes, 11 de junio de 2012

Otra vez celeste el cielo de Montevideo

Perú pagó los platos rotos del empate con Venezuela. El 4 a 2 que pudo ser mucho más doloroso para los peruanos fue la cristalización de una selección que si bien estuvo confundida a partir del gol en contra de Godín (el tercero en poco tiempo) y el empate transitorio del guerrero Guerrero, nunca bajó los brazos y superó la mayor parte del partido a su rival. Esta vez Tabárez no precisó que le gritáramos al oído cambiá a los jugadores que están bajando su nivel y poné refuerzos para que otra vez suban el nivel de juego. Y Tabárez hizo lo que tenía que hacer. Sacó a Palito Pereira y a un Forlán que tiene menos protagonismo que en el Mundial y en la Copa América, después de un penal errado y que debió haber entrado por su mentada precisión en este tipo de faltas. Pero haciendo gala de ese bajón que lo afecta desde hace un tiempo, no colocó la pelota en el ángulo como en otras ocasiones, sino  en una dirección que el golero Diego Penny tuvo la suerte adivinó y salvó magistralmente, así otros remates como el de Suárez que sacó con una rodilla con mucha fortuna.

Sin embargo el aporte de Ramírez y Rodríguez inclinaría a favor de la Celeste el resultado del partido ante un Perú que siguió peleando hasta el fin, pero que no tuvo más propuestas que algunos tiros o centros que terminaron en las manos de Muslera. Una alegría para una hinchada que esta vez alentó más arrdientemente a la selección que en el partido con Venezuela, donde como en algunas leyendas antiguas parecía que el triunfo con aquél 1 a 0 no iba a cuajar. Y como en la historia de una muerte anunciada, llegó con la mala suerte de Godín que parece engualichado.

Pero lo positivo predominó abiertamente sobre esos errores en el partido con Perú, y permite a la celeste seguir mirando de arriba y con un partido menos jugado, a sus rivales. Colombia será un hueso duro de roer, pero ya la celeste le ha ganado en casa, el último con un gol de Sebastián Eguren.
Tabárez junto a  Muslera, Arévalo Ríos, Cavani, Suárez, Maxi Pereira, el ruso Pérez y el resto de los jugadores (lástima que Suárez no puede jugar) tienen ahora unas cuantas semanas para pensar ese partido contra los cafeteros. Sin duda otro rival duro y con mucha necesidad de ganar puntos al perder su lugar entre los primeros. 17 partidos sin perder comienzan a crear una mística entre los jugadores celestes  y es genial que la misma los haga fuertes psicológicamente, pero hay que tener la humildad de no olvidarse de las debilidades y carencias de nuestro fútbol. La suerte es que siempre está allí el Maestro para recordárnoslo.

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