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sábado, 30 de junio de 2012

La sombra de Yo El Supremo todavía planea sobre Paraguay



Los últimos acontecimientos ocurridos en Paraguay cuando se destituye al electo presidente Fernando Lugo, demuestran cómo los conflictos políticos en la nación paraguaya se resuelven de una forma no violenta, pero dejan fuera de juego principios fundamentales de respeto a las instituciones cuando más le conviene a los protagonistas del "golpe blando", aún cuando hay una fachada de legalidad. Una muerte política que ya estaba anunciada desde hacía tiempo. Los cables de la diplomacia estadounidense que Wikileaks difundió por todo el mundo advertía ya hace dos años sobre la conspiración, que sólo necesitaba la oportunidad propicia para hacerle la zancadilla al ex-obispo.La acción demuestra qué lejos está Paraguay de ser un país donde la reglas democráticas se respeten a rajatabla, aún cuando formalmente la constitución le otorgue el derecho al parlamento de destituir al presidente. Pero la rapidez con que todo ocurrió tuvo la clara intención de detener cualquier reacción de Fernando Lugo y de quienes todavía lo respaldaban. Los poderosos terratenientes paraguayos y otros sectores que quieren volver al pantano corrupto de los gobiernos colorados sin más disfraces formales de pluralismo político, no dudaron en tenderle una trampa a Lugo para que se precipitara al vacío, con la complicidad del otro partido, el Liberal, que respaldaba hasta ese momento al ex-presidente. Bastó usar un artículo de la constitución para que el Congreso  y el senado en particular, le iniciaran un juicio sumario para derrocarlo por la muerte de 11 campesinos y 6 policías, en un enfrentamiento originado por una toma de tierras en el latifundio de Blas Riquelme, dirigente del partido Colorado. Un desalojo que el propio gobierno y su ministro del interior Carlos Filizzola habían ordenado apoyados por un Congreso donde muchos de sus miembos son justamente terratenientes.

El golpe fue maquiavélico, porque al mismo tiempo que se destituía a Lugo se cerraba la posibilidad de investigar por una comisión respaldada por la OEA, cómo y porqué se desató ese enfrentamiento armado y quienes fueron realmente sus protagonistas detrás de los que perdieron la vida en aquél escenario. Por lo menos ese había sido el mensaje de Lugo si es que realmente intentaba aclarar algo.  La desesperación de los campesinos sin tierra es también el reflejo del fracaso del ex-presidente de entregarles las tierras que prometió en su campaña electoral, donde asumió como el campeón de los humildes. Algunos grupos de izquierda y las organizaciones campesinas lo acusan de hacer acuerdos con los latifundistas y los empresarios sojeros, en vez de atender las demandas campesinas apenas asumió la presidencia. Además su poder político estaba respaldado por una frágil organización, Frente Guazú, que hábilmente apoyó el partido Liberal para destronar al partido Colorado, esa herencia stronista que todavía planea como una sombra sobre la sociedad paraguaya. Mala suerte para Lugo y los paraguayos que creyeron que esta vez era posible obtener más justicia social, menos corrupción y con suerte más transparencia en la gestión política. 

Este “golpe blando” terminó aislando políticamente al actual gobierno en el continente, se confirmó ayer en Mendoza cuando los representantes del Mercosur así lo acordaron y luego Unasur se sumó a la medida. Aunque económicamente no habrá sanciones para no perjudicar a la gran mayoría de paraguayos hay que preguntarse si esto alcanza. Muy loable de los presidentes del bloque del Mercosur y Unasur, pero porqué no sancionar económicamente a los responsables del golpe individualmente? A los dirigentes iraníes y sirios por ejemplo, EEUU les ha congelado las cuentas y otros fondos, entre otras medidas. Si la Casa Blanca realmente repudia lo ocurrido en Paraguay, algo que no parece estar muy claro, debería apuntar sus droners a las cuentas que con toda seguridad tienen muchos de los cómplices del actual gobierno liderado por el presidente Federico Franco en bancos estadounidenses.  Y  lo mismo deberían hacer los gobiernos regionales para demostrar que las sanciones no son más que un gesto simbólico. Porque esperar para darle la bienvenida a Paraguay nuevamente después de las próximas elecciones de abril del 2013, suena tremendo, pero no es más que ruido de tambores en el chaco paraguayo , que retumba a falso en el corazón de los campesinos pobres que han quedado más aislados que nunca con la amenaza de nuevos desalojos violentos de las tierras ocupadas. Porque las próximas elecciones qué tipo de gobierno se puede esperar ahora que todas las riendas del poder están en los que se complotaron para destituir a Lugo? Lo mismo que la sombra de Franco en España, la de Stroessner sigue planeando sobre Paraguay.

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