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viernes, 6 de junio de 2014

Se despidió la celeste

Con momentos de buen fútbol, y a veces con "menos" momentos de ese tipo, Uruguay venció a Eslovenia 2 a 0 y tomó rumbo a Brasil para disputar el Mundial 2014. Unos días antes caía Irlanda del Norte 1 a 0 cerrando con esos dos triunfos la fase preparatoria para el primer partido contra Costa Rica el 14 de junio. Fiel a sus hombres de más trayectoria dentro de la selección y a su estrategia de juego, el Maestro Tabárez demostró una vez más que la dinámica del equipo pasa por un equilibrio entre proponer y a veces responder ante el rival, o viceversa. A veces dominando, a veces entregando la pelota al contrario para contragolpear y hacer daño. Una táctica adaptada al estilo de juego que ha caracterizado a las selecciones celestes con menor o mayor éxito. Todavía nos relamemos los uruguayos con ese 4o puesto en Sudáfrica y con la Copa América conquistada después en Argentina. Y no es para menos porque la pregunta que se hacen muchos es cómo es posible que un país enano en territorio y población tenga un lugar tan relevante en la historia del fútbol.

Me lo han preguntado periodistas suecos que ven como en un espejo a su propia selección, sin dudas con mayores recursos materiales, y que añoran aquél Mundial de 1994 cuando también estuvieron entre los cuatro mejores, y que sin embargo fracasó en clasificarse para este Brasil 2014. Y es difícil explicar la mística que existe entre los jugadores y la gente. La seguridad de que la selección "va a dar pelea", como lo define el propio Tabárez, es uno de los pilares de esa mentalización de los jugadores y de nosotros sus seguidores, aunque seamos de "palo", como dice el refrán. Otra es no creerse los mejores del mundo, como hacen con nostalgia algunos seleccionados alentados por una prensa que sabe que vende más ejemplares o más audiencia tratando de inflar el valor de los jugadores y de su equipo. Y la tercera es la mística de "sí se puede" y que no hay rival invencible. Lo que escribo puede ser común a otras selecciones, no me cabe la menor duda, pero en los resultados puede estar la diferencia de porqué Uruguay es cabeza de serie en este mundial  y está en el sexto lugar en el ranking de la FIFA.

Los partidos se ganan en la cancha es un axioma repetido hasta el cansancio, pero no por eso deja de ser verdad. La fase preliminar dirá si el "mito" de la celeste perdura después de Sudáfrica y la Copa América. Tal vez no haya otro "Maracanazo". Los rivales son de primera categoría y ya no hay cenicientas en el fútbol, por lo menos a ese nivel. Pero no me cabe duda que los Suárez, Cavani, Forlán o los Arévalo Ríos, Lugano y Godín, entre otros, harán todo lo posible para que una vez más estemos entre los mejores. Y sino no importa, aunque duela, porque hay que seguir construyendo en base a las pautas y organización establecidas por el técnico más racional y consecuente que la celeste ha tenido en su historia, es decir el Maestro Tabárez y su equipo de colaboradores, sí, porque sin ellos tampoco habría buenos resultados. (Jamás vencidos, incluso en la derrota!).

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