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jueves, 4 de junio de 2020

SUECIA, CORONAVIRUS Y ANDERS TEGNELL


No caben dudas de que Suecia en el contexto internacional del combate al Coronavirus o Covid-19, y la estrategia elegida, ha despertado críticas, cuestionamientos y rechazo fuera y dentro de fronteras. El número de personas fallecidas, es de más de 4600 personas y el número de contagiados más de 41 000 al día de hoy.  La mirada comparativa inmediata recae sobre los vecinos más cercanos, Finlandia, Dinamarca y Noruega, con estrategias de confinamiento severas y cifras radicalmente menores de contagiados y fallecidos  (1).

Sin dudas que en las primeras semanas de iniciado el proceso de contener el Covid-19 en Suecia en el mes de marzo, comenzó a valorarse el hecho de que las recomendaciones de la Dirección Nacional de la Salud al gobierno sobre las políticas a aplicar, se diferenciaban del resto de Europa y de otros continentes recomendados por la OMS. Las guarderías, escuelas y liceos por ejemplo, siguieron abiertas con la finalidad de que los progenitores de los niños y niñas, principalmente los progenitores que trabajan en la Salud, tuvieran la posibilidad de concurrir al trabajo y los alumnos no perdieran horas de clase presenciales   en las escuelas. Algo que afortunadamente no trajo las consecuencias nefastas que algunos auguraban.

El gobierno del Primer Ministro Stefan Löfven (socialdemócrata)  no obstante dejó en manos de los expertos de la Dirección Nacional de la Salud la estrategia a seguir, apoyándose en el principio de que los científicos y expertos saben más como afrontar una pandemia que los políticos. Löfven y su gobierno se acomodaron en el asiento de atrás como pasajeros.  A eso hay que agregarle que el aparato sanitario del país no estaba preparado para lo que se venía. Años de ahorros en la salud pública tendrían su efecto negativo. En medio de la pandemia se reveló que faltaban o escaseaban medicamentos y personal capacitado,   elementos de protección para los pacientes y el personal, entre ellos los respiradores fundamentales para los que eran internados en el CTI. Mascarillas, alcohol gel, antibióticos, etc. El gobierno no escatimó recursos económicos para apuntalar a las empresas y a los trabajadores suspendidos temporalmente apoyando en el caso de las empresas con casi €4000 mil millones. Para empezar, luego se sumarían nuevos aportes y medidas que exigirán sin dudas cientos de miles de euros. La buena noticia es que la deuda sueca antes de la pandemia era del 35% del PBI. Hay mucha tela para recibir préstamos sin comprometer el futuro del país en caso que la pandemia se vaya reduciendo y se vuelva a la normalidad en los próximos meses.

Los geriátricos por su lado, responsabilidad de las comunas, demoraron semanas en resolver inmediatamente estos problemas y la escasez de todo tipo lo que fue en detrimento en la protección de los ancianos y ancianas. Esto provocó un alto número de víctimas mortales. Casi la mitad de los fallecidos tienen más de 70 años. Las reglas permisivas de las visitas de familiares y un personal sin la debida protección, y entrenamiento, causó muchas víctimas mortales en las primeras semanas, y aún hoy allí donde las medidas son laxas e insuficientes, continúa el contagio aunque en menor número. 
Este grupo de personas mayores corren mayor riesgo por los problemas respiratorios que provoca el virus, sumado a las enfermedades que muchas personas de alta edad sufren. 

De todas formas todos coinciden, y las cifras así lo estarían mostrando, de que el número de infectados y fallecidos está declinando, algo que se nota en las estadísticas oficiales donde de un promedio de unos 100 fallecidos en el mes de abril la cifra para los primeros días de junio se mueve alrededor de los 50. La excepción es la región de Gotemburgo donde los casos de infectados aumentan fuertemente en estos días. De todas formas el mejoramiento de las condiciones sanitarias permite al gobierno abrir actividades culturales que no reúnan más de 50 personas y deportivas, todavía con las tribunas vacías, así como la apertura de bares y restaurantes que ya estaban abriendo bajo estrictas medidas. En una semana más se permitirán los viajes a lo largo y ancho del país al comienzo de la temporada de verano, con excepción para quienes tengan síntomas de la enfermedad.

Así las cosas, con un Anders Tegnell, el epidemiólogo que ha conducido en parte la estrategia sueca contra la pandemia, cada vez más cuestionado dentro y fuera del país, y un gobierno que se siente acorralado por la oposición que exige la creación de una comisión para estudiar cómo se enfrentó la pandemia y las críticas a su pasividad. La pregunta es qué probabilidades hay de un cambio de estrategia, aunque conociendo la mentalidad e idiosincracia de los suecos y sus líderes, esto será probablemente ”lagom”, es decir habrán”retoques” a lo que ya existe en marcha, sin provocar cambios sustanciales, al contrario como vimos los suecos podrán viajar más, disfrutar de sus vacaciones, con las restricciones pertinentes, pero lejos de una estricta cuarentena. 

En todo caso ayer se anunció la asignación de unos €500 millones  para las 21 regiones del país encargadas de la salud. Esa importante suma será utilizada para realizar test de Covid-19 a quienes presenten síntomas de la enfermedad, algo que no siempre se hacía a pesar de las promesas de realizar 100 000 test semanales. Apenas llegaban a 35 000. De todas formas el criterio seguirá siendo en caso de dar positivo: ”te quedas en casa aislado  por 15 días si los síntomas no son graves - y después veremos”.
También - y esto es nuevo-  se realizará el rastreo del virus en las personas que habitan en las regiones más afectadas por el virus. 

 (1) Dinamarca 12 000/580 - Finlandia: 7 000/ 321 - Noruega: 8 500/ 237.

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