Cuando la realidad descubre la mentira

El presidente Luis Lacalle en conferencia de prensa
 en la torre Ejecutiva.

Finalmente se sentaron frente a las cámaras. El trío ”vernáculo”: Lacalle, Arbeleche y Alfie presentaron el presupuesto que pretende aprobar con apoyo multicolor en el parlamento. Acompañado con un recorte mal disimulado que el propio semanario Búsqueda señala que será de 1100 mdd anuales.

 Así iniciaron otra de sus grandes mentiras al pueblo uruguayo, no para ese que se está enriqueciendo o que no sufre las consecuencias de nefastas políticas y decisiones. Ellos lo esperaban. Sino para una gran mayoría de uruguayos - los que no los votaron y los que sí los votaron y que todavía les creen a pesar que en cinco meses les quitaron una buena parte o todo lo que tenían, y muchos de ellos ahora hacen cola para recibir un plato de comida.  

”No subimos los impuestos” fue el principal mensaje que emitió el trío en la torre Ejecutiva. No, de ninguna manera, porque ya lo habían echo antes de forma brutal rebajando el porcentaje del 4% al 2% del beneficio por compra con tarjetas de pago; subida de tarifas por encima de la inflación y deterioro abierto de los salarios y jubilaciones de hasta un 25% o más en el quinquenio. Al mismo tiempo recortan miles de empleos y servicios que ocupaban a decenas de miles de personas que ahora pasan a formar parte de ese ejército de mano de obra barata, que emplearán patrones por salarios de miedo, muchos en negro, porque también esto lo permite la LUC disimuladamente. Cómo? Ahora los/las trabajadores podrán ”elegir” el modo de pago de sus sueldos: en efectivo en la mano (todo o en parte en negro) o como antes, a través del depósito bancario. Quiénes realmente creen que esos asalariados podrán elegir ante un patrón que tiene a cientos de interesados haciendo fila esperando que los emplee a ellos/ellas? Y a cuantos estudiantes les cortaron los sueños al eliminar becas y cursos que estaban siguiendo o esperaban ingresar? Además se inventaron auditorías a velocidad de expreso para justificar los recortes. Una nueva mentira blanca de color pardo.

El gobierno de Lacalle logró sentar las bases de su estrategia mucho más rápido de lo que había pensado. Con el Covid 19 de aliado, aceleraron el proceso y crearon esa masa de desempleados, hoy llegan a más de 135 000 que utilizarán si les conviene, en los trabajos que no necesiten mayor calificación o con salarios deprimidos. Quién se beneficia? El sector privado que ahora tiene a su alcance una enorme masa de gente sin derechos.

2004: Índice de pobreza 41%. Alguien se atreve a pensar del modo de como se van desarrollando los hechos, que no se repetirán esos porcentajes a fines del período de gobierno multicolor? La distancia que hay entre el discurso bonito del presidente, que emerge de la sala de máquinas de la torre Ejecutiva, y la acción depredadora que trata de pasar desapercibida cubierta por el humo, ya está mostrando sus colmillos. 

Drácula va por más sangre. No hay dudas, aunque la imagen parezca grotesca.

Los sectores económicamente más poderosos y los que reciben altos ingresos por sus empleos o profesiones pueden respirar tranquilos. El costo de vida a ellos también les ha subido pero lo pueden afrontar cómodamente. A lo mejor algunos no viajan al exterior como antes, no se van de compras a Miami o a recorrer los pagos de sus antepasados en Europa, pero no pasan necesidades ni mucho menos. La mayoría estará  contenta porque la plata que a pesar que les sigue quitando el nuevo gobierno, de todos modos no va para el estado con la finalidad de financiar los servicios públicos que estaban siendo financiados para integrar a más población en la producción de bienes y servicios (salud, educación, seguridad). No, ahora van a llenar los bolsillos de los ”privados”. Muchos de ellos siguen creyendo  que son parte de esa ”crema” privilegiada, y esperan que algunas migas también les caigan sobre el mantel de la mesa de su cocina. Pues no, la ”rosca” se lleva todo y tendrán que remar duro acosados por la competencia cada vez más salvaje. La ley del mercado es implacable.

Así se irán cocinando a fuego lento las mayorías que resistieron la ola de derecha o esa porcentaje de personas bien intencionadas que confió en el discurso demagógico de la campaña. 

Triunfó el neoliberalismo azuzando el individualismo de muchos que habían crecido en esos quince años pasados. No existe luz, por más poderosa que sea, que te quite la ceguera ideológica y te permita ver cómo te estafan y mienten delante de tus propias narices. Reconocerlo lleva largo tiempo. Pero al final la verdad  está allí, solo hay que abrir los ojos.