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sábado, 22 de enero de 2022

Cuando la Guerra Fría se convierte en A Punto de Ebullición

No pasaron muchos años desde que la distensión en las relaciones entre las grandes potencias, EEUU y Rusia, volvieran a tensarse y en el horizonte comiencen a sonar los tambores de guerra con insistencia. Aunque si bien los protagonistas danzan alrededor del fuego al ritmo de esos tambores, por ahora no es más que eso. Es decir una danza donde el sonido del metal inunda con imágenes de blindados nuestros aparatos de la TV en una cacofonía no vistas desde la guerra de los Balcanes, solo para nombrar uno de larga duración en Europa, mientras la pandemia avanza más rápido que los blindados en todo el mundo.


El meollo de este conflicto y los desencuentros parten de la pretensión de Rusia de recuperar o mantener su zona de seguridad ante el avance de OTAN hacia sus fronteras en ese péndulo cargado de argumentos más o menos creíbles de ambas partes: 

Que la Alianza Atlántica nos quiere acorralar disponiendo ejércitos y armas en nuestras fronteras. Polonia y las repúblicas bálticas son un ejemplo de ello. Y ahora Ucrania. Es Rusia la que siempre ha sido invadida por occidente: Francia y Napoleón. Alemania  y Hitler los casos más trágicos.


Que no, que no, dicen los otros, que nuestro interés es defender a Europa occidental de la agresividad del Kremlin y las ambiciones de Putin de expandir, como una antiguo zar, las fronteras de Rusia. Miren lo que ocurrió en la península de Crimea, argumentan. 


Y así hasta el cansancio, mientras las verdaderas negociaciones ocurren detrás de las bambalinas. No sabemos en realidad cómo se juegan las piezas en esta partida de ajedrez. ¿Es un gambito de Dama o la defensa Siciliana la que desplazan los contrincantes en sus empedernidos esfuerzos por ganar el centro del tablero? 


Por encima de esa partida está la pregunta de si Rusia se atreverá a atacar a Ucrania con esas fuerzas militares acumuladas en la frontera, y las consecuencias para toda Europa de realizarse semejante invasión de una república soberana desde que la URSS se esfumó. El forcejeo entre las grandes potencias por ese territorio no cesa y por eso millones de ucranianos/as han perdido la vida a los largo de su historia. 


La mayoría de los analistas coinciden que una guerra  sería catastrófica en todos los aspectos para Ucrania, y devastador para la economía rusa y también para la Unión Europea si la OTAN y los países miembros y aliados responden con las sanciones económicas ”nunca vistas” al decir del presidente de EEUU Joe Biden a la ofensiva militar rusa. Mientras China tal vez se deleita simuladamente al ver cómo se debilitan sus rivales, aunque un conflicto bélico también afectaría probablemente a corto plazo su comercio.


Por ahora los rivales en el tablero son el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, quien se reunió ayer viernes con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia Serguéi Lavrov en Ginebra, mientras los gobiernos europeos tratan de tender puentes apoyando sin embargo la política de la Casa Blanca de que Rusia no puede intervenir en los asuntos internos de los países si estos deciden sumarse a la OTAN. Hasta países como Finlandia y Suecia, que no pertenecen a la Alianza, pero están unidas a ella por lazos cada vez más fuertes, apoyan esta postura.


Así las cosas, los blindados rusos calientan los motores en el frío invierno que golpea la región del la cuenca del río Don, conocida como Donbas, en la frontera oriental entre Ucrania y Rusia, y que en los hechos dominan los separatistas que desean unirse a Rusia y que además tienen mayoría étnica ( en los mapas de los enlaces abajo añadidos puede verse esa distribución étnica y política). Por la vía de los hechos esta región pertenece más a Rusia que a Ucrania. Por ejemplo las autoridades locales otorgan pasaportes rusos a sus habitantes, según informes que circulan en Kiev, la capital de Ucrania.  


La pregunta es si habrá Tablas, o sea ni ganadores ni perdedores mientras los presidentes y sus delegados piensan en la próxima partida, o por el contrario, en el tablero de la geopolítica veremos una nueva partida entre los legendarios Boris Spasski y Bobby Fisher en el llamado Encuentro del Siglo de 1971-72, donde Fisher derrotó a su contrincante soviético. 

O algo parecido a la disputa del Campeonato Mundial de 1975 cuando Bobby Fisher se retiró renunciando a defender su título frente al también soviético Anatoly Kárpov dejando el campo libre al ajedrecista ruso para que reinara por muchos años. Lo veremos en un corto tiempo porque nadie al parecer quiere el caos en medio de una pandemia que no cesa. Bueno, eso es lo que nos imaginamos.


Qué distinto sería el mundo si estos conflictos se resolvieran sobre un tablero de ajedrez.


PD

Para una información más completa con perspectiva  histórica del conflicto leer por ejemplo en los siguientes artículos (aunque no están actualizados desde 2014, pero dan una perspectiva de las raíces del mismo porque no han cambiado)


http://npsglobal.org/esp/component/content/article/151-analisis/1579-conflicto-rusia-ucrania-isudeten-o-sarajevo-diego-santos.html


https://blogs.publico.es/alberto-sicilia/2014/03/19/mapas-y-graficos-para-comprender-la-crisis-de-ucrania/

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