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sábado, 16 de marzo de 2024

Boquitas pintadas o el inicio del Octubre embarrado


Esta historia es pura ficción y no está vinculada con ningún acontecimiento real. La imaginación del lector puede, no obstante, asociarla con hechos reales, lo que por supuesto está fuera de la responsabilidad del autor. El relato es parte de un futuro libro de cuentos a publicarse en un momento oportuno.

                              Boquitas pintadas


Por consideración con los vivos y por respeto a los muertos, mantenemos en secreto los verdaderos nombres de los protagonistas que desfilan por estas páginas. Eso no quiere decir que fueran reales. Todos sabemos que la historia está plagada de fantasmas.



Desde la ventana de la cafetería ubicada en Avenida de Mayo, las dos mujeres observaban el continuo desfilar de manifestantes hacia la plaza del Congreso. Iban agitando carteles y pancartas contra las iniciativas del nuevo presidente. Las voces y consignas gritadas por la gente, de todas las edades, se elevaba por encima de los pretiles de los edificios y repicaban en los balcones, donde grupos de curiosos observaban aquel río humano.

— Parece que la tiene brava el nuevo habitante de la Rosada, ¿no te parece Toni?


— ¡Ay! Callate Agu, que nos pueden oír los hinchas del nuevo presidente que están en las mesas vecinas… — respondió la chica que todos llamaban Toni. Su verdadero nombre en el pasado había sido Antonio, pero desde que decidió asumir su identidad femenina, todo el mundo la llamaba Toni, y ella lo aceptaba porque creía que era un nombre corto y sonoro.

 

— No te preocupés por eso. Con el ruido de la calle nadie escucha lo que se dice aquí dentro—le respondió Agustina, la otra joven con aspecto de colegiala. Lo desmentía, sin embargo, su altura y corpulencia. Probablemente ella sentía que ese cuerpo era desproporcionado para sus modos y gestos femeninos, bien estudiados sin dudas, a los que incorporaba una voz meliflua con la intención de ocultar los tonos oscuros de lo masculino que todavía se resistían en sus cuerdas vocales. La apariencia de pertenecer a un instituto de estudios secundario lo daba su ropa, que era muy similar por la chaqueta azul, camisa blanca con corbata roja y, cayendo sobre sus hombros, un esmerado cabello teñido de rojo cobrizo, recogido y sostenido por dos pinzas de color carmesí, que adornaban su cabeza a ambos lados. Toni vestía ajustados jeans y una camisa fucsia que caía libre su falda.


Ambas chicas llevaban también los labios pintados de rojo intenso, con trazos gruesos, insinuantes que, aparentemente,  atraía algunas miradas masculinas de los otros comensales de la cafetería. Ambas jóvenes creían interpretar en aquellas miradas, atracción y un simulado deseo, intenso y húmedo, que las divertía. Aunque en realidad ¿no estarían burlándose de ellas? Desecharon esa posibilidad olvidándose de su entorno.


Toni y Agu, hacía rato que esperaban a una persona que a través de WhatsApp había prometido traerles  novedades. Hacía un par de semanas que habían llegado a Buenos Aires desde Montevideo, con el propósito de acordar con un desconocido que, primero, se había conectado a solas  con Agu para instruirla sobre lo que tenía que hacer. Mientras tanto, esperaban el segundo episodio de este novelón, como lo llamaba Agu al proyecto, para quitarle tensión y nervio a la espera, y tranquilizar de paso a Toni. Para eso recorrieron las tiendas de compras, y algunos lugares emblemáticos de la gran metrópoli, sacudida sin embargo por las protestas de los sindicatos de toda la clase trabajadora y jubilados, que temían que la nueva política les licuara sus ingresos.


 Agu, siguiendo el plan trazado por el hombre, incorporó a Toni al proyecto, contándole lo que el tipo con el que se había encontrado, había denominado 

un ”Octubre embarrado”. Les habían encargado una tarea que era complicada por la finalidad que perseguía. Lo que buscaban era intervenir y embarrar la campaña del líder de la oposición, quien estaba lanzado y que aventajaba a sus rivales internos y de los otros partidos en la intención de voto.

Sería un certero golpe bajo, sin dudas, nada común en el medio ambiente político del país, pero muy efectivo. Ese candidato opositor, de ganar, le arrebataría posiblemente a la élite, todos los beneficios que habían obtenido con las medidas que había abierto las puertas al lavado de activos, liberalización de reglas y leyes que les habían impedido en el pasado hacer negocios lucrativos obligándolos a pagar más impuestos, y una larga lista que ellas no tenían interés en conocer. Agu estaba, además, empeñada en que su partido se mantuviera en el poder, y no escatimaba esfuerzos en intentar poner piedras en el camino a la oposición para impedirles que se convirtieran en el próximo gobierno. 


— Cuando llegue el tipo no se te ocurra preguntar por nombres, ni origen, ni nacionalidad. Escuchá lo que tenga que decirnos, lo que debemos hacer y lo que nos pagarán por llevar adelante el plan. Es muy sencillo, pero hay que tener coraje para llevarlo a cabo. Y yo por el partido y por mi líder hago este esfuerzo… Bueno, también lo hago por la guita, ¡faltaba más! No está nada mal lo que nos ofrecen, ché. Nos forramos por un buen tiempo. Vas a ver lo dulce que son esos billetes verdes en nuestro poder. Este juego necesita de jugadoras que rompan líneas y esquemas. Va a salirnos al cruce mucha gente, dirigentes políticos y periodistas que cuestionarán nuestra versión. Nosotras impertérritas. Estamos convencidas de que es verdad lo que vamos a denunciar y se acabó.


Toni escuchaba atentamente a su amiga. Necesitaba desesperadamente dinero para solventar gastos y deudas que no podía pagar sino conseguía recursos extraordinarios. Las deudas la tenían acorralada y no podía dejar escapar esta oportunidad. De lo contrario tendría que pagar con algo más que una paliza, miembros fracturados o un balazo en la rodilla. Así le había comentado su desesperada situación a Agu, cuando esta le estaba ofreciendo una tabla de salvación al momento de sondearla para alinearse con ella en una campaña peligrosa y dudosa.


—Oye — le respondió— ¿desde cuando creés que me pongo límites para joder a alguien? Con todo lo que me han jodido a mí a lo largo de mi vida, ya no me queda otra cosa que subirme al carro de lo que me ofrezcan. No tengo alternativa.


— Nos jugamos mucho — puntualizó Agu — sobre todo yo que toda mi exposición pública en las redes y en los medios me hace blanco de ataques sin piedad. Pero para acallar las reacciones en las redes tenemos un ejército de bots y troles. Ese fulano que vamos a encontrar ahora me lo dijo en la primera entrevista que tuvimos. Tienen súper claro todos los pasos a dar. Han preparado a una pandilla de bots y troles que van a bombardear las redes con mensajes truchos. Ya verás como esas manifestaciones en las redes en mi contra y en contra tuya va ser muy fuerte, pero no te preocupés, van a neutralizar a las de los rivales. Incluso con amenazas de muerte para darle más drama a la situación. Eso va a alcanzar para cerrarles la boca a los que sí tienen razones para putearnos, ja ja…Además de paso cañazo. Voy a fiscalía y denuncio las amenazas … ¡Eh! Mirá, ahí llega el tipo del contacto que te dije.


Un hombre alto, vistiendo un blazer azul marino, camisa celeste pálido y sin corbata, miró a su alrededor y descubrió que Agu y Toni le hacían señas desde su ubicación.


— Hola chicas. ¿Todo bien? — saludó el hombre de edad indefinida. Tenía la cabeza rapada y, en un primer instante, era difícil deducir si la calvicie era auténtica o, realmente, se había afeitado la cabeza meticulosamente. 


— Si todo bien — respondió Agu — Creíamos que no venía.


— Esos manifestantes desgraciados me demoraron. Protestan contra sí mismos los muy idiotas. No saben que lo que pretende hacer este nuevo gobierno es transformar de raíz al país para beneficiarlos. Los muy estúpidos aceptan lo que la casta  les dice… Disculpen que no me presente. Cuanto menos sepan de mí, mejor — dijo el calvo a las dos mujeres. — No me ofendo si me llaman ”el pelado”— sonrió socarronamente. 


— Tiene razón en lo que dice. La gente aquí no sabe lo que les conviene— expresó Toni, con tono muy convincente, deseando interiormente que el pelado se enterara de que ellas coincidían en todo lo que él decía. Total, a ellas no les costaba nada darle la razón y, de esa forma,  acrecentar así las posibilidades de que les dieran la misión que estaban planeando. Intuitivamente quería manifestarle al sujeto su total lealtad a la causa, cualquiera que esta fuera.


— ¡Fenómeno! ¡Genial! La cosa es así, Agu será quien lance la primera piedra al techo de cristal del fulano de la oposición. El tipo está muy bien perfilado para ganar las elecciones y tenemos que quitarlo del medio. Con argumentos no hay forma… Tienen ahí además la ventaja de los fracasos del gobierno en temas de seguridad y otras cuestiones que no voy a enumerar. O sea, la gente ya degustó las medidas del gobierno y vió el humo espeso que vende el presidente. Esto les sabe mal a muchos en el paladar y, lo principal, les duele en el bolsillo. El problema agregado es que la credibilidad del propio candidato elegido por el presidente, es baja, no tiene suficiente apoyo en la gente por haber sido él mismo parte de la farándula del gobierno. 


— Pá, el panorama se presenta muy complicado—suspiró Toni cada vez más inquieta ante lo que le oía decir al pelado.


— Así es. Si queremos mantener y sostener los cambios que hicimos en beneficio de los ”malla rosa”, como ocurrentemente les llamó alguien en el gobierno, tenemos que serrucharle las patas al rival. No hay alternativa. Dejarlo en orsai, como  llaman ustedes  en el fútbol al fuera de juego, je je


— Muy bien! —dijo  Agu entusiasmada por el discurso futbolero del pelado pero ignorando el sarcasmo. A ella siempre la enardecía los discursos expresados con pasión si estaban vinculados con el fútbol. Era hincha de uno de los clubes más gloriosos del país — ¿Pero tenemos plan B? —preguntó inquieta.


— Bien, tenemos plan B,C y todo lo que sea necesario. Vamos a cambiar las reglas de juego en su país. Estaban acostumbrados al juego más o menos limpio. Eso ya no es así en todo el continente. Las ideologías son solo un frágil manto para engañar bobos. Son los intereses de las élites los que predominan sin más vacilaciones. Llegó el fin de las democracias liberales. En otros territorios con ciudadanos menos sensibles liquidamos físicamente a la amenaza. Por ahora en su territorio vamos con guantes de seda. ¿OK?


Las dos chicas intercambiaron una atemorizada mirada sin  decir nada. Ambas sabían que ya no podían dar marcha atrás. Sabían demasiado. Tampoco podían simular que no estaban preocupadas por las consecuencias que podían afectarlas en caso de fallar. ¿Las dejarían seguir viviendo como antes o las arrastraría una ola de violencia ”casual”, para eliminar testigos, en un incidente libre de todas sospechas con el crimen organizado?


— Después de un par de días — prosiguió el pelado, indiferente a las señales corporales de las dos interlocutoras— sale Toni a escena y hace lo suyo. Es delicado, pero nos vamos a apoyar en un viejo incidente de hace unos años que te ocurrió a vos Toni, se trata de aquella agresión de un cliente. Está registrado en el hospital a pesar de que no hiciste la denuncia a la policía. Lo chequeamos con el hospital. Todos los pasos están escritos en las dos hojas guardadas en este sobre — dijo el pelado, sin entrar en más detalles , extendiendo un sobre marrón a Toni. Ella lo tomó con cierto temor, como si quemara, y lo dejó sobre la mesa.


—Sigue las instrucciones detalladas en esas hojas, apréndelas de memoria y quémalas, y todo saldrá bien. Vos, Agu, vos te mantendrás en silencio después de soltar la bomba. Dejá que los medios amigos hagan el resto. Acosaremos todo el tiempo al candidato rival. ¿Denunciará o no por injurias y/o difamación? Por el contrario, ¿se quedará quietito y en el molde? Haga lo que haga, lo vamos a sitiar con preguntas y poniendo en duda su autoridad moral. 


— ¿Y si logra zafar del cepo? — preguntó Agu, intentando una vez más ver qué escenario podía estar esperándolas. Temía, en el fondo, que su credibilidad pudiera sufrir un duro golpe y quitarle el espacio que se había ganado con sus denuncias anteriores y sus ambiciones políticas que todavía mantenía en secreto. Ella se sentía identificada con la nueva forma de hacer política. Pegarle fuerte a los rivales y acobardarlos. La lectura sobre los métodos del fascismo italiano había sido una fuente de inspiración para ella.


— Entonces esperarán nuevas instrucciones —continuó el pelado. Yo soy solo un intermediario en este juego. Un ”media punta”, como le llaman en el fútbol. ¡Ah! Aquí tienen la mitad de la guita de lo que les prometimos pagar. Cuando todo esté en marcha, les entregamos el resto. No se arrepentirán — les dijo mientras sacaba de un bolsillo del blazer un abultado sobre marrón, y lo dejaba sobre la mesa. — La gente que está detrás de esto sabe cómo manejar todos los hilos. Lean bien las instrucciones y pongan en marcha el plan. Las vigilaremos de cerca y actuaremos sin necesidad de contactarlas. ¡Tampoco llamen ni se pongan en contacto con nadie del partido, ni del gobierno! Solo con los del círculo convenido ¡Blindaje total! 


El pelado se despidió finalmente con un ”Hasta la vista” y desapareció entre la muchedumbre que todavía se manifestaba en la calle. Agu y Toni se miraron nerviosas, pero pronto se sintieron más tranquilas cuando ambas acariciaron el sobre marrón con el dinero. 


— ¿Que te pareció el tipo, será porteño? A mí no me pareció que sea de aquí.


— ¡Ni se te ocurra pensar en eso! Apagá las neuronas y olvidate de los rasgos de la cara de ese sujeto y de su calvicie, si querés seguir respirando. No se andan con chiquitas estos tipos — le respondió irritada Agu.


Toni no dijo nada más. Se avergonzó por haber preguntado. No obstante, pasado el incidente, se miraron fijamente por unos segundos, y más decididas y confiadas, tomándose de las manos, dándose coraje mutuamente, sellaron su pacto de silencio. Guardaron entonces, en sus respectivos bolsos, los sobres recibidos, y luego extrajeron los estuches de maquillaje donde guardaban el polvo compacto para la piel de sus rostros y el lápiz labial. Repasaron concienzudamente sus labios dándoles nuevos brillos rojos que resplandecían con forma de corazones palpitantes. Cuando estuvieron satisfechas, se pararon y caminaron coquetas entre las mesas de la cafetería y pusieron rumbo a puerto Madero. Allí las esperaba el buquebus rumbo a la vecina orilla. ¿Qué podía salir mal? Estaban en el centro del ruedo para bailar al ritmo que les ordenaran. 


Si este espacio te parece interesante te agradezco que lo reenvíes a personas que se preocupan por estos temas, ya sea que estos sean tratados con un carácter serio o en tono humorístico. Las vergüenzas del poder también tienen su lado jocoso o muy serio cuando se desnudan por haber sido exhibidas descaradamente. Otros fenómenos sociales también cobran actualidad. O deja un comentario si deseas aportar una opinión sobre el tema. Aquí abajo hay posibilidades de hacerlo. Gracias por tu interés. Y suscríbete, es gratis.















1 comentario:


  1. Un cuento que da lugar a la imaginación y a los posibles escenas de un crimen cometido. Muchos dirán, teoría de conspiración, otros dirán, injurias.
    En todo caso, y llevando el cuento a una realidad que no es ficticia, solo resta demostrar la culpabilidad del acusado.
    Lo curioso de todo esto, es el término de tiempo y la casualidad de refrescar memorias en un momento tan oportuno.
    El factor distraer a la opinión pública de un panorama político y enfrentado a unas próximas elecciones, hace que la discusión se entorne en puramente de un caso que no ha sido probado ni procesado por la justicia.
    La causante, dio un paso adelante, haciendo una conferencia de prensa, la cual acusó abiertamente a su agresor. A pesar de no haber tenido dudas sobre quién fue el que perpetuó la agresion, si surgen muchas contradicciones en su relato. Por ejemplo, al principio no tenía memoria de la fisonomía de su agresor, después se alumbró su cerebro y encontró conocido al político que le propinó un cabezazo. Después, en su relato ya sabía quién era antes de haber recordado. Dando detalles que antes ni se acordaba.
    En fin, un cuento, una realidad, que ya vemos como se hace política hoy día.
    Además de todo, no existe ser humano en este mundo que pueda ser capaz de tirar la primera piedra. Veremos el desenlace de esta ficción, realidad. La cual la esencia del cuento nos permite dar una posibilidad de entender sus propósitos.
    Gracias por darnos un cuento el cual la realidad supera las circunstancias.

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