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domingo, 28 de mayo de 2023

Meta pedal por el barrio Sur

Vista de la Ciudad Vieja desde las alturas del
barrio Sur de Estocolmo.
 Las circunstancias familiares me llamaron a ser parte del cuidado de tres de mis nietos el otro día en Estocolmo, donde después de dejarlos en la escuela y guardería, me di el gusto de una larga caminata por las alturas de Södermalm, el barrio Sur de la capital sueca, que en realidad es una isla del mar Báltico unida por puentes a las otras islas que forman la base de esta ciudad. Después del paseo me senté a descansar y tomar un café en Bysistorget, una plaza muy popular en el corazón del barrio por sus boliches y restaurantes y espacio público, donde la gente se reúne a charlar,              tomar café o vender chucherías usadas.

Fuera de este escenario reducido al tamaño de la plaza, se desarrollaba otra realidad esa mañana en Hornsgatan, la avenida vecina a la plaza que consta de carriles para vehículos de todo tipo, autos, ómnibus, camiones de reparto, etc, y a los costados bicisendas en los dos sentidos, para los que necesitan pedalear o no tienen otra alternativa. Pronto pude constatar que el ritmo de los que pedaleaban era infernal. Las bicicletas eléctricas, los monopatines eléctricos y las bicicletas que están munidas de muchos cambios, le han dado la oportunidad a los que  desafían los tiempos de los semáforos (y también a la fuerza de gravedad) a lo largo de la avenida, de romper sus propios récords. Como saben que tienen X segundos entre un semáforo y otro, pedalean a ritmo infernal para llegar a tiempo al siguiente antes de que cambie de verde a amarilla, en un ambiente plagado de velocípedos modernos, y a los costados los vehículos de cuatro ruedas de un lado, y del otro de peatones en las veredas. Si bien se respetan esos espacios no están estos exentos de accidentes entre los ciclistas y los peatones, y en el peor de los casos los ciclistas con los autos o camiones.

Pero volviendo al tema de la velocidad es evidente que para la mayoría de estos ciclistas el nivel de estrés comienza apenas dan los primeros pedaleos desde sus hogares para llegar en hora a sus ocupaciones, y como dije antes, la lucha empedernida contra reloj con los semáforos. Lo sé porque en una época yo también pedaleaba rumbo a mi trabajo en Sveriges Radio, compitiendo, pero con menos velocidad porque las eléctricas todavía no existían, y el ritmo de la ciudad era más lento. Sin embargo ya estaban los que disfrazados con los equipos deportivos de ciclistas profesionales y bicicletas con muchos cambios, recorrían a toda velocidad las bicisendas, calles y avenidas, compitiendo entre ellos y también con los semáforos.

Un hombre es atendido por personal sanitario
luego de chocar con un peatón.
Un ejemplo de lo que produce el estrés en estos casos se explica cuando el resultado es el siguiente: una persona se acerca toda velocidad  en su bicicleta y otra se encuentra parada esperando el cambio de luz de roja a amarilla, da un paso adelante cuando esta última se enciende sin ver que el ciclista que se acerca por su izquierda también trata de pasar con la amarilla de su lado antes de que se encienda la roja. Pum! El choque es inevitable con el resultado de que el ciclista terminó en el hospital y la mujer, milagrosamente, solo con un golpe sin consecuencias aparentes. Eso ocurrió ante mis ojos a unos treinta metros de donde estaba sentado tomando un café. Ambulancia, patrulleros y hasta los bomberos se hicieron presentes.

 Ese ritmo y estrés que imponen las ciudades modernas, es un torbellino donde el peligro de que estos accidentes sean más frecuentes, es ineludible y un riesgo para la salud mental y física de sus habitantes. A pesar de que las regulaciones y normas para limitarlas, siempre están los que las desafían y causan desgraciados accidentes para unos y otros. Egoístamente me felicito de estar jubilado y no tener que estar en medio de ese torbellino, y en cambio andar en otra ciudad donde todavía se pedalea a medio ritmo cuidando a los demás, aunque claro, somos humanos, y siempre hay excepciones.

Si este espacio te parece interesante te agradezco que lo reenvíes a personas que se preocupan por estos temas, ya sea que estos sean tratados con un carácter serio o en tono humorístico. Las vergüenzas del poder también tienen su lado jocoso o muy serio cuando se desnudan por haber sido exhibidas descaradamente. Otros fenómenos sociales también cobran actualidad. O deja un comentario si deseas aportar una opinión sobre el tema. Aquí abajo hay posibilidades de hacerlo. Gracias por tu interés. 

1 comentario:

  1. La tecnología avanza cuando el ser humano es más lento a la velocidad que los acontecimientos sociales ocurre. En la ciudad de Ámsterdam (Países Bajos) existe desde ya unos cuantos años, la convivencia diaria de las bicicletas y peatones, compartiendo espacios. Hoy día los trabajadores que se transportan en bicicleta son más y más. Además tenemos quienes reparten correos, comida y diversos servicios también en bicicleta. Ni es extraño que este tipo de accidentes sucedan cuando no se está atento a su propia capacidad de entender el flujo del tráfico.
    Una vez más es este espacio un aporte a nuestras conciencias. Feliz día escribidor.

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