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viernes, 2 de noviembre de 2012

Halloween y la noche de los vampiros

Ha escuchado, o visto alguna vez la celebración de Halloween en un parking en una localidad estadounidense? Pues existen, y cada vez con más frecuencia. La fiesta de Halloween se ha popularizado en muchos lugares de Europa y también en otros continentes. En EEUU ha sido una cita obligada para que las familias festejen con sus hijos una celebración que llegó con los inmigrantes irlandeses en el siglo XIX. Ha sido un gran negocio para las tiendas y fábricas que producen todo tipo de máscaras y trajes que representan a los personajes del horror y del terror. Los niños norteamericanos por unas horas encarnan a esos personajes con la inocencia que se corresponde con la edad y sus experiencias. Pero la celebración de Halloween  (All Hallows' Eve) o Víspera de todos los Santos, que se celebra todos los 31 de Octubre, tiene otro lado más oscuro y peligroso para los niños que golpean las puertas de las casas, esperando que los vecinos les ofrezcan dulces, caramelos, frutas, unas monedas u otros pequeños regalos.

La pesadilla de los padres de esos chicos fue creciendo a medida que se hacía cada vez más notorio que un nuevo Jack O´Lantern, aquél espíritu malvado que ofrecía Trick-or-treat, o sea Dulce o Truco, Travesura o Dulce, Treta o Trato, y que se simboliza con la calabaza iluminada, había adquirido ya cuerpo de humano, y se llevaba al niño más desprevenido para abusar sexualmente del ella o de él,  en la peor pesadilla jamás imaginada por cualquier chico que pensara en los sustos de esa noche. Tal es así que el presidente Bill Clinton, le dió el visto bueno a una ley en 1996 (1) que no sólo condenaba a los pedófilos a largos años de cárcel, sino que quedaban registrados de por vida como tales. Y la ley además fue más lejos para castigar no sólo a los que físicamente habían violado alguna de sus víctimas, sino que bastaba con poseer fotos o videos para recibir un duro castigo y quedar registrados como potenciales violadores de menores.

Pero no alcanza con esto, las autoridades además han creado a lo largo de los años un mapa del país y de cada centro urbano con las direcciones de cada una de estas personas para que las familias sepan dónde viven estos violadores o simples depravados que gozan mirando las fotos de chicas y chicos que participan de una u otra manera en actos sexuales. Los mapas son de acceso público y muestran con puntos de distintos colores, según la peligrosidad del personaje, en qué calle y número se aloja.

En algunos pueblos o suburbios de las grandes ciudades,  ha llegado a ser tan grande la paranoia de las familias, que los chicos, en vez de visitar las casas pidiendo los dulces, son acomodados en una playa de estacionamiento donde los autos son adornados con las figuras tradicionales, y cada grupo familiar se acomoda con sus hijos alrededor de la valija del coche, para ofrecer dulces a los chicos que los visitan, y permitirles a sus niños visitar otras familias que también han estacionado su coche en el lugar. Allí se encuentran seguros, dicen, y esa generación de menores tendrá seguramente un recuerdo de Hallowen muy distinto al de sus padres. Es más, mientras esas familias se reúnen en esos lugares, los pedófilos tienen que sentarse en la sala de un teatro de una escuela entre las 18.00 y 21.00 horas, que es el tiempo que los niños celebran la fiesta. Si permanecen en sus hogares, la policía los  visita y les obliga a apagar las luces y se le prohibe adornar el exterior de la casa para evitar que algún chico o chica desprevenido/a los visite. Otra limitación a la que deben atenerse es la de no acercarse a las escuelas, guarderías, iglesias y otros lugares públicos donde puedan haber niños, ya que la transgresión a dicha regla les puede acarrear años de cárcel. Sin dudas que para muchos de estos parias  no se corresponde la dureza del castigo con el delito cometido, si por ejemplo se trata de voyeurismo en la computadora y unas pocos fotos en el disco duro. No importa, basta con que se manifieste la tendencia. Halloween ya no es lo que era, es decir el horror imaginario. Ahora puede ser realidad con los 800 000 reales o potenciales pedófilos existentes en EEUU, según cifras de 2011. El verdadero horror puede estar a la vuelta de la esquina.

(1) La ley de Protección a la Comunidad promulgada en 1990 en el Estado de Washington, la primera de este tipo en los Estados Unidos, permite que se notifique al público cuando un delincuente sexual peligroso haya sido puesto en libertad. Fue la violación y asesinato en 1994 de Megan Kanka de 7 años lo que provocó que el público exigiera que se implementara un sistema de notificación a la comunidad en todo el país, y el 17 de mayo de 1996 el presidente Clinton firmó la Ley Megan.

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