Misiles erráticos. La post verdad en la guerra

 Los misiles que dañaron parcialmente a la central nuclear de Zaporiya en Ucrania,  pero sin provocar, al parecer, daños que provoquen escapes radioactivos, y los misiles que destruyen edificios de viviendas en Gaza, parecen tener responsables al gusto de cada contrincante según versiones que circulan en los medios. 

--No fuimos nosotros, fueron los ucranianos -- dicen los rusos

-- Fueron misiles de los rusos los que impactaron en la central. Un atentado terrorista-- califican los ucranianos al impacto.

-- Fue un cohete palestino que se desvió y causó la trágica matanza en Gaza --afirman los israelíes ante las múltiples víctimas que perecieron en el edificio bombardeado, que se suma a las otros muertos de dos días antes, y donde en ambos casos varios niños fueron víctimas de esos misiles. 

-- Fueron los misiles de los aviones israelíes los que causaron esas víctimas y destrozos en la ciudad de Gaza-- retrucan los palestinos.

¿Quién miente, quién dice la verdad?

Como hace tiempo los que no tenemos pruebas de lo uno o de lo otro, nos preguntamos:  ¿estamos ante la mentira disfrazada de verdad, o es la verdad desnuda que no quiere vestirse con la ropa de la mentira y la repudiamos?

Los asesinos de civiles rara vez reconocen esos crímenes de lesa humanidad. O como en el caso de la cárcel con prisioneros de guerra ucranianos masacrados por misiles de los que nadie quiere hacerse responsable.

Sin duda que las guerras modernas con alta tecnología incorporada hace más difícil saber quienes son los responsables si no están las técnicas apropiadas para seguirle el rastro a cada misil disparado. Y aunque fuera así, siempre para la opinión pública local hay una versión que desmiente cualquier prueba como desinformación del enemigo con el objetivo de dañar la imagen del gobierno y sus militares.

Así de cínicos se han vuelto los líderes políticos de todo pelo. Queda un puñado de periodistas independientes y de ONGs que con audacia y mucha investigación logran, a veces, desentrañar la verdad escondida en los búnkers de los comandos militares. Quizás esa información llegue a filtrarse a la mayoría de los ciudadanos. En otras ocasiones, cuando los medios están comprados y escorados a favor del gobierno que les da el poder de mentir, orquestado por poderosos intereses, entonces funciona el blindaje. Atravesar esa gruesa capa de acero con bazookas cargadas con pruebas y testimonios, es como disparar con pistolas de agua contra un tanque. 

Como dijo el Quijote a su escudero Sancho: «Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras» Así de manipuladas está la realidad ante nuestros ojos. Los molinos de viento son gigantes y los edificios de apartamentos donde habitan civiles son posibles centros de inteligencia enemiga o refugio de soldados enemigos. A las víctimas colaterales se las olvida rápido, ¿verdad?

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