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viernes, 26 de marzo de 2010

Cuando los DDHH se tiñen de ideología

Asumir la defensa de los DDHH en el mundo es un principio universal que sobre todo la gente militante o simpatizante de la izquierda democrática, los progres, defienden ardientemente frente a la derecha totalitaria


La razón es simple: no debe permitirse que las dictaduras opriman a la sociedad civil e impidan o prohiban la libertad de expresión, de organización, de prensa y otras libertades inherentes a cualquier sociedad libre.

Un estado democrático posee una constitución y leyes que respaldan dichos principios y existe un estado de derecho que aún con sus limitaciones y defectos, le da al individuo o a un colectivo, la oportunidad para expresarse y buscar soluciones por diferentes canales a los conflictos inherentes a toda sociedad : esos canales pueden ser a través de la política, sindicales, periodísticos, la cultura y/o jurídicos. Fuera de ese marco está la calle donde también se expresa el descontento cuando esos canales se cierran.




Por eso es muy curioso como esos valores que se defienden a ultranza cuando se trata de los atropellos a esos derechos por regímenes de derechas, pierden actualidad cuando llega la hora de hablar por ejemplo de Cuba y de lo que allí ocurre.
El caso de Orlando Zapata y los disidentes presos es un diáfano ejemplo de esa forma de reaccionar.


Muchos líderes y militantes de izquierda latinoamericana (y también europea, caso de España) olvidan de pronto que los derechos que con fervor pedían se respetaran cuando Franco o Pinochet detentaban el poder en sus países, son de pronto metidos en un cajón cuando se trata de personas o grupos como las Damas de Blanco, que reclaman por la libertad de sus esposos o familiares, algo que el gobierno de Cuba por supuesto desaprueba.


La razón de ese conflicto es que esos disidentes o "conflictivos" , están en desacuerdo con muchas cosas que ocurren en Cuba y con las decisiones verticales que toma ese gobierno en manos del Partido Comunista y de su máximo líder, y sufren largas penas de cárcel por desafiar una forma de pensar y gobernar.


Cuando George W Bush expresó aquélla deplorable frase: "O están conmigo o están en mi contra", todos los demócratas y progres saltamos como empujados por un resorte, oponiéndonos a tal maniqueísmo que intentaba manipularnos para que viéramos la realidad en blanco y negro como Bush deseaba que la viéramos.

Cuando el gobierno de Cuba le pide a los militantes y simpatizantes de izquierda que haga lo mismo, un buen porcentaje de esos aliados "estratégicos" que están fuera de fronteras se ponen la capucha y forman fila obedientemente y si tragan como sapos los principios y valores que se han comprometido a defender, la situación se torna inexplicable.

En la cabeza de estas personas hay una especie de chip alojado en el cerebro que reacciona encendiendo automáticamente una lámpara roja en su interior. Bien programado ese chip enciende las alarmas cuando la violación de un derecho afecta a un individuo o grupo que critica a un gobierno como el cubano, y justifica su represión porque hay detrás de esa decisión una causa más importante. La lucha contra el imperialismo. Aunque ese imperio sea el principal proveedor de alimentos y de otros bienes de consumo con los que el gobierno de Cuba hace negocios, y además por razones geográficas y de migración está condenada a dialogar, le guste o no.


Esa reacción de la izquierda iberoamericana es un resabio de los tiempos en que la guerra fría dividía el campo ideológico en dos frentes. En España como en Uruguay los mismos que luchaban por el derecho a expresarse libremente y defendían ese derecho para que toda la sociedad pudiera asumirlos, callan o murmuran a regañadientes, y como el avestruz esconden la cabeza en la arena.


Un claro ejemplo en el caso del disidente cubano Orlando Zapata, quien haciéndole honor a su apellido, decidió resistir a la injusticia e inició una huelga de hambre que terminó con su vida en la cárcel.

Izquierda Unida (IU) en España y el Frente Amplio (FA) en Uruguay, han tenido en sus manos la oportunidad de levantar las banderas de aquéllos valores universales para defender los derechos inalienables del humanismo como en el caso de Orlando Zapata, una persona que convencido de que su lucha era por una Cuba mejor, decidió pensar críticamente y enfrentarse a la verdad establecida con el resultado que conocemos. Sin embargo los que debían defenderlo antes que nadie se tragaron la versión oficial de que Zapata era un delincuente común. Si hay algo que nos une a todos los que nos educamos en la escuela pública uruguaya erigida bajo el pensamiento de José Pedro Varela, es defender el derecho de todos los Zapatas a pensar y opinar distinto. Ni más ni menos. Mi derecho a pensar libremente y expresarlo de la forma que como individuo me parezca más razonable: la política, la música, el periodismo, la literatura, etc.


Claro que se lamentó la muerte de Orlando Zapata, pero esas lágrimas de cocodrilo antes de caer al suelo, y en el mismo giro, defendieron la soberanía de Cuba, como si esa soberanía fuera tan frágil que un grupo reducido de personas la hiciera derrumbar sólo por apuntar a las carencias del régimen, y un sólo individuo con su huelga de hambre y su muerte, la hiciera tambalear por criticarla. Un razonamiento completamente hueco, que por suerte en Uruguay fue contrarrestado por un grupo de intelectuales de izquierda que publicó una crítica carta abierta "A no Callar" firmada entre otros por Alma Espino, Gerardo Caetano, Álvaro Díaz Maynard y otros.
Y en España dentro de IU también se levantaron voces criticando las violaciones a los DDHH en Cuba y al silencio de IU por la muerte de Zapata.


Cuba tiene todo el derecho a la autodeterminación y a su independencia. Pero todo eso es letra muerta cuando a los ciudadanos de ese país se les niega los derechos más fundamentales y universales. Los cubanos deben conquistar por cuenta propia el derecho a organizarse y exigir la libertad de poder pensar en una sociedad distinta a la que el PC cubano mantiene con una fuerte represión y vigilancia al mejor estilo estalinista y cuyos resultados muestran el fracaso de ese modelo. La realidad lo demuestra día a día: sueldos de 20 dólares mensuales, colas interminables para adquirir, cuando hay, los artículos de primera necesidad como papel higiénico y crema dental, el arroz, la carne, y una interminable lista que condenan a la humillación y al trueque a decenas de miles de cubanos que pierden horas cada día a la caza de esos artículos. Prohibiciones para viajar donde a uno se le ocurra si no es con el permiso del estado. Y así se pueden seguir sumando esas cosas más elementales que los cubanos no tendrían porqué pasar después de décadas de recibir promesas de una vida mejor. Ni siquiera materialmente este gobierno le ha dado a los cubanos esa alegría, escudándose en una sola razón: el bloqueo.




Da sinceramnete pena ver como los cubanos que salen al exterior y tienen que volver a su país muestran las dos caras de Jano con las que tienen que vivir permanentemente si quieren regresar y no ser condenados como gusanos y a otras humillaciones. Públicamente aplaudir la política oficial. En privado, hablar mierda de lo que tienen que afrontar diariamente si es que no son parte de la nomenclatura.




El destino de Cuba es pronosticable. El PC y su sostén las FFAA y la policía de seguridad seguirán manteniendo el poder seguramente por un tiempo que nadie puede predecir, pero corren el riesgo que todo se desmorone como un castillo de naipes como ocurrió con la URSS. Y no por la acción del imperialismo que por supuesto aprovechará la coyuntura, sino por los propios cubanos hartos de ser manipulados y humillados cada vez que se les ocurre criticar al régimen abiertamente y querer una Cuba más libre y abierta al mundo.



Si el gobierno de Cuba no implementa un diálogo con los opositores dentro de Cuba y abre un proceso para ir sumando fuerzas que defiendan las reformas más justas obtenidas en estos años, como los recursos que afirman cuentan la salud y la educación, el final no estará muy lejos.



El aislamiento por ser una isla a servido para que el gobierno pueda mantener a la población en jaque aunque a veces han tenido que abrir la válvula para que la presión afloje como en el caso del Marielito y otros sucesos parecidos. Una población que huye despavorida incluso por los medios más descabellados que se le pueda ocurrir a un ser humano sin esperanza, da la pauta de cómo se sienten muchos cubanos. Que después el régimen reúna a unos cuantos militantes para acosar a las Damas de Blanco en las calles de la Habana con la pretensión de querer mostrar fuera y dentro de Cuba , el apoyo que el gobierno tiene de la gente, es una treta bien conocida. Los famosos comités de defensa de la revolución son una herramienta muy utilizable en estos casos.



Irónicamente el turismo como en la época de Batista, se ha convertido otra vez en la fuente de ingresos que cuenta el gobierno para adquirir dólares y euros. Un círculo que se cierra aún más irónicamente después de más de medio siglo de "revolución", y que ayuda al gobierno a mantenerse a flote para comprar con esos mismos dólares los alimentos que la propia Cuba no puede producir por la ineficacia de sus unidades agrícolas, la burocracia y los controles descabellados para impedir que se cree una clase campesina independiente.


Al mismo tiempo ayuda a socavar la paciencia y la conciencia de los cubanos que son tratados como ciudadanos de tercera clase frente a los turistas que llegan con sus tarjetas de plástico y pueden consumir lo que para propios cubanos está prohibido. Un turismo que una vez más se caracteriza por empujar a la prostitución a mujeres y hombres como en los mejores tiempos de Giancana y sus socios de la mafia. Esa farsa de la lucha contra el capitalismo que argumenta el gobierno cubano se cae por su propio peso cuando ese motor ideológico que sostiene al estado, se alimenta materialmente del propio capitalismo que dice repudiar ya que le da el oxígeno que necesita, en una simbiosis contradictoria pero lógica.




Cuba ha perdido sin embargo otro capital que cuesta mucho recuperar: el de formar individuos libres y críticos, creativos y valientes. En su lugar a creado una sociedad de ciudadanos acríticos, temerosos y desconfiados con algunas excepciones como la bloggera Yoani Sánchez y otros tantos más dentro o en el exilio. Una sociedad así no puede llegar muy lejos - y el peligro es que va a seguir empobreciéndose política y espiritualmente para terminar siendo una sociedad de oportunistas y farsantes.


La ceguera del poder a veces no deja ver la realidad a quienes lo detentan por tanto tiempo. Que la historia de la humanidad y de sus dictadores no le enseñe a quienes en su momento también lucharon contra la opresión, es un enigma que algún día verá luz cuando haya gente que desde el interior de la nomenclatura se atreva a contar porqué, como el caso delTitanic, el capitán no escuchó las voces de alarma ante el desastre que se avecinaba.




Por eso fue una pena que en España como en Uruguay, así como en tantos otros lugares del mundo, no se aprovechara la oportunidad de apoyar esa lucha por las libertades, libertades que hoy existen en España y Uruguay y que la izquierda democrática misma conquistó con su lucha por una sociedad más justa contra la derecha rapaz y totalitaria.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Una imagen que se resquiebra?

Suecia como sociedad sigue teniendo el respeto de otros muchos países y pueblos por la calidad de vida material que ha alcanzado esta sociedad. Y sobre todo porque la corrupción que existe, ha sido marginal si se compara con otras sociedades donde la misma está tan arraigada que es parte del sistema y pocos se preocupan por ella.

Sin embargo una de los últimos escándalos que sacuden el ámbito político de esta sociedad es lo acontecido hace pocos días. El partido Moderado (M) un partido de centro derecha y es mayoritario dentro de la alianza que hoy gobierna el país. Este partido debe celebrar elecciones internas en pocos días. De esas elecciones saldrá la lista de candidatos que representarán el partido en el parlamento en las distintas regiones, entre ellas Estocolmo. Los más votados irán primeros en las listas.

Y para conseguir votos algunos de los candidatos de la capital -un puñado de ellos ya ocupan un escaño en el parlamento- no encontraron mejor forma de obtener votos para la interna que reclutando inmigrantes para el partido por medio de pagarles la cuota anual y hacerles prometer que votarían por ellos.

Lo más llamativo del caso es que el grupo somalí, cuyos miembros en general apenas puede identificarse con ese partido, aumentó en un 150% el número de afiliados, lo que despertó las sospechas de que algo raro estaba ocurriendo.

Al final el escándalo empezó a salpicar indirectamente al primer ministro Fredrik Reinfeldt que es el presidente del partido, por lo que se abrió una investigación para aclarar quiénes estaban implicados.
El resultado fue que siete de los candidatos fueron obligados a abandonar la carrera por el escaño en las elecciones dels próximo setiembre.

Esta práctica de clientelismo era ya aplicada en la época de la república romana y desgraciadamente es una tradición en muchos países todavía. Que haya llegado a Suecia, aunque sea de una forma tímida, despierta interrogantes sobre cómo los tiempos cambian, y las sociedades se transforman.

Suecia no es una excepción, y las costumbres de otras latitudes comienzan a introducirse subrepticiamente en el cuerpo de la sociedad. No sólo la economía se internacionaliza, también la acompañan otras formas llamadas espúreas, que desgraciadamente aumentan el escepticismo de la gente sobre los políticos en general, y le hacen un flaco favor a la democracia. Esperemos que este episodio sea un traspié en la segunda fuerza política del país, y no una regla que contagie a otras organizaciones y se incorpore a la cultura política que no creíamos podía afianzarse en esta sociedad.

lunes, 15 de febrero de 2010

Estamos en guerra o sólo es una operación humanitaria?

Hoy hay muchos suecos que se preguntan si Suecia está en guerra o no contra los talibanes. Oficialmente se afirma que no. Pero la realidad puede estar mostrando que el país está siendo arrastrado hacia un conflicto bélico, aún cuando oficialmente no quiera reconocércelo.

El reino de Suecia accedió a sumarse a la operación de la ONU a comienzos del año 2002 con 45 soldados especialistas en búsqueda e operaciones de inteligencia. Luego accedería a sumarse al proyecto dirigido por la OTAN, denominada International Security Assistance Force ISAF, un operativo conjunto por mandato de la ONU que se inicia en 2006 en Afghanistán. La finalidad de la misión de ISAF es según su programa ayudar al pueblo afghano a reconstruir el país, democratizarlo y eliminar el peligro de que se establezcan redes terroristas en el país, ya sea para ayudar a retornar a los talibanes al poder o para que se entrenen nuevos terroristas para realizar atentados en países aliados a occidente. Comenzó con unos 5000 soldados y hoy ya son más de 65 000. Y muchos miles más se preparan para sumarse a ellos.

La misión sueca en particular ha sido hasta el momento la de proteger a la población civil de los ataques de los talibanes y cumplir así con un objetivo humanitario y de reconstrucción de la región, Provincial Reconstruction Team (PRT) en la región norte de MAzar i Sharif. Sin embargo la propia dinámica de la guerra que lleva EEUU y su aliado más cercano, Gran Bretaña, sumado a la debilidad y corrupción del poder central del presidente Karzai, hace que las tropas suecas, actualmente unos 500 soldados, se tengan que exponer cada vez más a los ataques de los grupos talibanes o de delincuentes comunes.

Esa ola creciente de violencia le ha costado la vida a dos oficiales suecos y a un intèrprete en el último incidente conocido ocurrido a principios de febrero. En total han sido cuatro soldados suecos que han muerto en ese país. Y dos intérpretes afghanos. Pero también los soldados suecos han repelido los ataques causando bajas en los talibanes.

El norte de Afghanistán, en Mazar i Sharif, donde operan conjuntamente los suecos y los finlandeses, ha sido hasta ahora de las regiones más tranquilas a pesar de las escaramuzas que han tenido lugar. Sin embargo ya hay una serie de opiniones e informes que piden acrecentar el número de soldados suecos en Mazar i Sharif.
Primero fue un representante del partido liberal (FP) Allan Widman, que manifestó la necesidad de aumentar el número de soldados en el país asiático.
Luego el propio el servicio de inteligencia militar (Muf) anuncia que la situación en MAzar i Sharif se volverá aún más peligrosa para los soldados suecos, por lo que es necesario reforzar con más soldados las actuales tropas para cumplir con la misión militar.

Se suma a estas voces un investigador sueco, Magnus Norell, que para disminuir la amenaza contra las fuerzas armadas suecas predica que debe duplicarse el numero de soldados, es decir por lo menos mil combatientes.
Desde el gobierno sueco se admite la necesidad de reforzar las tropas, lo cual ya se ha hecho con 110 soldados más y en un futuro cercano otros 100 aumentarán el número de tropas allí.

El aumento de la presencia militar sueca, así como la de los demás países, principalmente los 30 000 prometidos por el presidente Obama, hablan de que la escalada militar que a pesar de los buenos deseos de retirarse, si es que es verdad que los hay, demuestra que a mayor presencia y ofensiva militar de ISAF, mayor es la respuesta de los talibanes y Al Qaeda.

Así ocurrió cuando la Unión Soviética invadió el país y sus fuerzas debieron combatir una creciente resistencia, apoyada en parte por los propios EEUU. Hoy los talibanes cuentan con un apoyo menos visible, pero sin dudas que las armas y el entrenamiento lo obtienen de agentes de países que desean ver a las fuerzas occidentales fuera del país asiático.

Es ingenuo pensar entonces que una mayor presencia militar conllevaría matemáticamente la derrota en el campo de batalla de los talibanes .
EEUU y su actual presidente ya reconocen que es imposible y que hay que buscar una salida política y negociar con los talibanes.

LA idiosincracia de los afghanos es muy compleja debido a las distintas etnias que habitan allí, pero si algo no parecen desear la gran mayoría de ellos es la presencia de tropas extranjeras, a pesar que las mismas, en particular las suecas, realizan una labor humanitaria y de reconstrucción, aunque la realidad imponga que sea cada vez más militar que de reconstrucción.

La estrategia talibán ha sido siempre tomar el poder y establecer un estado teocrático como lo hicieron cuando en el pasado reciente derrotaron a todos sus enemigos y aplastaron toda disidencia política. Tuvieron que abandonar el poder después del atentado del 11 de septiembre cuando EEUU les dió un últimatum para que entregaran a Bin Laden a quien hacían responsable del atentado de las torres gemelas de Nueva York.

Y esa es la gran encrucijada que viven las tropas suecas y el resto de los países que componen ISAF. El gran riesgo es que Afghanistán se convierta como algunos creen, en un nuevo Vietnam, con tropas occidentales empantanadas en el desierto y en las montañas, en una guerra de desgaste donde la finalidad de establecer un gobierno representativo de las etnias y del pueblo afghano sólo sea un tigre de papel sostenido por las tropas extranjeras, como lo ha sido hasta ahora.

Por eso cabe preguntarse si a pesar de los atentados contra las tropas suecas y los combates que se han visto obligados a enfrentar contra los talibanes, todavía es sensato hablar de que el reino de Suecia no está en guerra; y si es válido que la bandera sueca de tres puntas que flamea sobre Skeppholmen, en Estocolmo, el símbolo que dice a sus ciudadanos que el país vive en paz, no debe ser arriada cuando es evidente que los soldados del país mueren y se enfrentan a un enemigo que crece y tiene en sus planes atacar y matar a todo extranjero que se le cruce en el camino. Incluso a los soldados que llevan la bandera azul con la cruz amarilla en sus uniformes.

sábado, 13 de febrero de 2010

Una muerte planificada y justa

Hace poco tiempo una amiga decidió quitarse la vida de una forma asistida. Estaba enferma de cáncer, y ya la enfermedad era irreversible. Le quedaban dos alternativas. Ir apagándose y sufriendo lentamente la proximidad de la muerte a base de morfina y quimioterapias insufribles hasta quedar reducida a un montón de piel y huesos, irreconocible para los seres más queridos que la rodeaban. O elegir adelantar lo ineludible, con valor y planificando las últimas semanas de su vida rodeada de esos amigos que la apoyaron. Y eso fue lo que eligió. A los que estábamos lejos nos pidió que escribiéramos unas cartas que recordaran los momentos compartidos, las buenas y las malas como parte de una ceremonia de despedida.
Y así fue, se despidió de este mundo escuchando nuestras palabras escritas y de la boca de los que estuvieron presentes, bebiendo un cóctel en una clínica de Ginebra. Rodeada de sus amigos más cercanos se fue con dignidad, conciente y valerosa.

Poca semanas después me enteré que otro antiguo amigo había decidido también quitarse la vida al saber que su cáncer ya no tenía cura, o si la tenía de todas formas ya no tenía sentido seguir viviendo, sus naves estaban encalladas y no había motivos para seguir izando las velas de nuevo. Embutido tal vez de un nihilismo que lo había atenazado hacía mucho tiempo, su elección estaba también clara. Pero murió solo, de un tiro en el corazón, porque aquí en Suecia como en la gran mayoría de los países está prohibido quitarse la vida de una forma asistida.

Estos dos casos ponen en el tapete la diferencia de elección que nos queda si vivimos en un país o en otro cuando las reglas de la religión ( en nuestro caso cristianas) todavía predominan en el contenido de las leyes. Es decir esas legislaciones nos han quitado el derecho que debería ser sagrado (ya que hablamos de religión) de poner fin a nuestras vidas cuando hay motivos como los que tuvieron esos dos amigos y uno elige completamente conciente de las consecuencias de esa decisión.

Una se fue entera y sin reproches, arropada en el amor y cariño de sus amigos. El otro, sólo y probablemente amargado y rencoroso, con la última esperanza de que lo encontraran algunos de sus pocos amigos que le quedaban, antes de que sus hijos, que los visitaban de vez en cuando, llegaran a su casa y se encontraran con su cadáver.

Sí, debemos luchar por ese derecho, que la muerte asistida sea una realidad para aquéllos que eligen ese camino digno para dejar este reino de los vivos y de los muertos vivientes que esperan que alguien les cierre el tubo de oxígeno o les inyecte la sobredosis "por error".

domingo, 20 de diciembre de 2009

Antes y después de Copenague

Copenhope y Copenfiasco, entre esas dos palabras ha girado la conferencia en la capital danesa sobre el cambio climático. Una conferencia mastodónica que estaba ya antes de iniciarse condenada al fracaso si se le ve desde una perspectiva en que la buena voluntad de los mandatarios del mundo solucionaría los millones de problemas prácticos que cada gobierno debe enfrentar ante semejante desafío en sus respectivos países.

Atados de pies y manos ante sus propios ciudadanos, parlamentos, oposición y rivalidades regionales con otras naciones, los presidentes todavía están lejos de conseguir lo que la mayoría de la gente del planeta deseamos: detener las emisiones de CO2 y bajarlas lo antes posible para que la temperatura no suba más de 2 Cº en el futuro, e incluso seguir reduciendo emisiones y contaminación a mínimos impensables por ahora.

Para pesimistas basta con los profetas del día final, para los que vemos la realidad de las sociedades de los países dominantes y emergentes como un proceso donde las fuerzas comienzan a equilibrase después de la guerra fría, aún con todos sus defectos y fracasos en resultados más concretos, la conferencia ha sido un salto hacia adelante al reunirse los líderes de los países más poderosos del paneta y los menos desarrollados para discutir las bases de un futuro desarrollo de la base material y productiva de cada miembro de la ONU. Sólo este suceso, creo yo, ha sido un avance para alcanzar resultados más concretos en las próximas reuniones. Pero esto sólo se conseguirá si la gente sale a la calle en cada país donde las autoridades se lo permitan, y si es posible en los otros también, para presionar con determinación a los líderes nacionales a dar lo máximo en cada una de las nuevas conferencias que se avecinan. Sólo así se podrá realmente llegar a definir las estrategias y los planes que hay que poner en práctica para cambiar la tecnologías obsoletas en el campo y en la ciudad, en el mar y en el aire. Un desafío gigantesco donde se juega el destino de las futuras generaciones. Sólo nos queda pensar en positivo a pesar de las merecidas críticas a esta conferencia de Copenague, que merece seguir manteniendo su nombre a pesar del optimismo o el pesimismo de los titulares de la prensa. Y además considerar si no sería mejor reducir el número de participantes a los cerca de 90 países que más contaminan, para que sea más plausible llegar a acuerdos, una idea que se debate entre algunos gobernantes, incluso con la idea más ambiciosa de crear una autoridad internacional para controlar si los estados cumplen o no con lo que tarde o temprano será su responsabilidad en la tarea de bajar el nivel de emisiones.

Feliz Navidad y Año Nuevo, a pesar de tantas nubes negras en el horizonte.

sábado, 19 de abril de 2008

Inaugurando mi blog

Hace tiempo que lo venía pensando. Sumarme a los que escriben en la red y reflexionar sobre temas de actualidad o de otro tipo. Tal vez como persona aficionado a las letras y a escribir para un medio de prensa, la tentación de prolongar ese espacio con un lugar propio, era un desafío muy atractivo. Así es que desde ahora me dispongo a ser una voz más en el espacio virtual.

La libertad de expresión sufre un desarrollo gigantesco en la red internauta, mientras que los medios de prensa con la concentración cada vez más acelerada en manos de los magnates que acumulan radiodifusoras, periódicos y canales de tve, limitan cada vez más la información. La misma se dirige hacia temas superficiales, dramatizando los acontecimientos y enfocando los mismos con una frivolidad que muchas veces da vergüenza ajena cuando se ve a colegas de reconocido renombre aceptando esas condiciones para asegurar su fuente de trabajo.

No es mi principal objetivo con este blog hacer críticas despiadadas contra los medios, pero no dejaré de lado el tema ya que nunca pierde actualidad.

Recientemente participé de una conferencia internacional de Panartes en Montevideo. El motivo de dicha conferencia era repasar la realidad sindical en los países latinoamericanos, y ver de qué forma se pueden fortalecer esas organizaciones nacionales en su lucha por una mayor libertad sindical y relaciones de trabajo que sean reguladas por convenios colectivos dignos de su nombre.

Pues la imagen que se transmitió allí no fue muy alentadora. Sin dudas que Argentina es el país que cuenta con una ley y con sindicatos bien organizados que están en concordancia con las demandas de los trabajadores y lo que establecen los convenios colectivos, no sólo en temas salariales, sino en otros aspectos relacionados con los seguros, la salud, etc.

Brasil y México, con muchas diferencias regionales, podrían calificarse como países cuyos sindicatos tratan de ganar terreno en un medio muy duro, donde deben enfrentarse con una patronal en el ámbito privado que cuenta con innumerables recursos y una oferta de fuerza de trabajo que compite despiadadamente entre sí debido al enorme número de personas que con o sin título desean trabajar en los medios.

Uruguay con el nuevo gobierno salió del oscurantismo de los años de la dictadura, pero si bien los trabajadores de la prensa tienen el apoyo del gobierno del FA, todavía la organización está recomponiéndose, por lo que queda mucho por hacer allí.

Paraguay y Bolivia, dos países mediterráneos se encuentran también en una fase de recomponer fuerzas y evadir las viejas estructuras que todavía encierran a los periodistas en viejos moldes burocráticos o abusivas reglamentaciones que sólo benefician al patrón.

En la costa del Pacífico sólo Chile estuvo presente, y no fue muy optimista el panorama presentado por el delegado presente en la conferencia. LA atomización y debilidad de los sindicatos en la radio y tve hacen pensar que a los chilenos les espera una larga lucha si quieren recomponer las normas que rigen los convenios colectivos de sus trabajadores.

Colombia parece tener una realidad similar, pero donde el problema se multiplica por la violencia dirigida contra los periodistas. Este es el país que según Reporteros sin Fronteras encabeza la lista de naciones más peligrosa para ejercer la profesión. Por lo tanto los intentos de organizar sindicatos con cierta capacidad de negociación son muy limitadas. El apoyo internacional es más que necesario para proteger a esos colegas.

Rep. Dominicana en el Caribe y Costa Rica en América Central son ejemplo del esfuerzo por superar también viejas estructuras o leyes restrictivas que no le permiten a los trabajadores de los medios organizarse y realmente ser una contraparte de peso frente a la patronal.

Como vemos los desafíos son inmensos, la concentración de los medios en cada vez menor cantidad de consorcios o empresas que abarcan periódicos, radio y tve obliga a que los sindicatos deban redoblar su organización y pulir sus estrategias para lograr mantener las fuentes de trabajo, salarios dignos y una legislación que respalde la existencia o creación de los convenios colectivos. LA ofensiva de las telefónicas que tratan de introducirse en el sector de los medios debido a la convergencia digital que se desarrolla a través de las nuevas tecnologías, no es menos preocupante. Allí hay un campo que ofrece increíbles ganancias y la lucha recién comienza.

LAs nubes negras sobre el horizonte son sin duda abundantes, tan negras y espesas como las que hoy predominan sobre el Río de la Plata, para cambiar de tema. Allí los terratenientes irresponsables de Entre Ríos y Buenos Aires, que talan y queman vegetación para ampliar la siembra de soja, se olvidaron que hace poco bloqueaban algunos de ellos el puente sobre el río Uruguay por protestar contra Botnia y su pastera de Fray Bentos dibujando un escenario aterrador de enfermedades incurables y contaminación ambiental. Ahora, demostrando lo hipócritas que pueden ser, están envenenando el aire de la capital argentina y toda la costa sur de Uruguay. Si esos son los "ambientalistas" que se rasgan las vestiduras por la salud del planeta, poca esperanza nos queda de que el cambio climático se detenga. Mejor lección no pudo recibir la sociedad argentina sobre la falsedad y cinismo con que se mueven esos círculos de personas que se alimentan de las falsedades y manipulación de la información. Y no menos responsabilidad tienen algunos medios con intereses propios en el asunto de la producción de celulosa y papel. En fin, la Nube Negra tal vez haga reflexionar a más de uno de los habitantes de Gualeyguachú, y finalmente reconozcan la estafa de la que han sido objeto por parte de sus autoridades que no impiden los incendios en los campos con medidas preventivas, y los comerciantes con alma de piqueteros.