Los ucranianos y los ciudadanos de la UE se preguntan al unísono ¿donde está la pasta? … que se robaron ministros y altos funcionarios con la complicidad de otros implicados, todavía desconocidos, guiados por un personaje muy cercano al mimado de Occidente: el presidente de facto Volodimir Zelensky. ¿Será esta trama corrupta solo la punta del iceberg de algo aún más colosal?
El Señor Z está siendo salpicado por el plomo derretido de la corrupción, emanado del círculo de compatriotas más cercano, de sus aliados políticos que han apartado algunas decenas de millones de dólares a sus carteras desde el sector energético.
Ministros y funcionarios del gobierno, que tuvieron que abandonar sus cargos, estarían implicados en una trama de apropiación indebida de fondos donados por los países de la UE y sus contribuyentes, para la alegría de ellos, inequívocamente, ya que todos pagamos nuestros impuestos a gobiernos tan solidarios y preocupados por la suerte de Ucrania, defensora de los principios “democráticos y liberales”, que lucha para protegernos de la inevitable invasión del oso autoritario de la Estepa y de la Taiga.
Los primeros datos revelados por la Agencia anticorrupción ucraniana, NABU, denuncian la apropiación de 100 millones de dólares que estaban dirigidos a las reparaciones y mantenimientos de las plantas ucranianas de Energoatom. Durante meses se grabaron más de mil horas de conversaciones entre los cómplices de la trama. El empresario Timur Mindich , calificado en la jerga popular como “la billetera “ del señor Zelensky, a causa de que ambos fueron copropietarios en el pasado, de una productora audiovisual Kvartal 95. La relación entre ambos persistió después que el Sr Z llegó a la presidencia, lo que permitió a Mindich ejercer una fuerte influencia en los círculos de poder político y financieros.
Este financista, antes de ser detenido por la policía en la llamada Operación Midas, “milagrosamente” logró escapar y se dio a la fuga con destino a Israel, junto a sus cómplices, los tres hermanos Zuckerman. según fuentes periodísticas ucranianas. Israel, con Bibi Netanyahu, primer ministro, imputado por diversos delitos, es el refugio ideal para estos patriotas , En todo caso “Mindich fue quien controló la acumulación, distribución y legalización de los fondos de origen energético ucraniano” según NABU, quien con el apoyo del FBI de EU y, aparentemente, con las órdenes de Donald Trump, fueron un importante soporte de esa investigación.
La Oficina Anticorrupción también imputó al ministro de Justicia Germán Galuschenko, quien antes fue ministro de Energía durante cuatro años, enrocado posteriormente al ministerio de Justicia, probablemente con la intención de borrar rastros malolientes. Galuschenko está acusado de haber recibido beneficios personales de Mindich, a cambio del control de los fondos de ayuda financiera del sector energético. Galuschenko fue sustituido en el cargo de ministro de Energía por Svetlana Grynchuk, con quien mantenía una relación sentimental, según las fuentes periodísticas ucranianas. Ella también fue imputada y ambos ministros fueron destituidos de sus cargos por el Sr.Z, acorralado por las pruebas que presentó la fiscalía. La joven ministra Svetlana Grynchuk se declaró inocente de haber sido parte del robo perpetrado por la trama de corrupción de su novio, investigada por la fiscalía.
Rusten Umerov, ex ministro de Defensa, que había viajado a Estambul para negociar con Rusia por el intercambio de prisioneros, partió con rumbo desconocido y no ha regresado a Ucrania. Por el contrario, se supo posteriormente que había viajado a Qatar y, hasta ahora, no se conoce mucho más de su verdadero destino. Umerov sería otro de los sospechosos de la trama, aunque esto no está confirmado por el momento, pero se sospecha que Umerov no regresará a su país y seguirá con domicilio desconocido.
Los 100 millones de dólares robados y repartidos como sobornos entre la camarilla de imputados, por ahora cinco en total, fueron descubiertos por medio de la mencionada Operación Midas, la que tuvo una duración de quince meses, setenta allanamientos, y mil horas de grabaciones, que todavía están siendo investigadas para registrar las conexiones entre los distintos participantes. Aquí está la posibilidad de encontrar un nexo entre Zelensky, quien estaría muy preocupado de los sapos y culebras que puedan saltar de ese charco, con los corruptos hasta ahora descubiertos con las manos en la masa. Recordemos que Zelensky emitió una orden de limitar la independencia de la Agencia Anticorrupción (NABU) y de la fiscalía (SAP) a principios de este año. Las numerosas y fuertes protestas callejeras de los ucranianos, y las presiones de los patrones de más arriba, hicieron retroceder al Zelensky, quien anuló las medidas. Es imposible no considerar la coincidencia de la Operación Midas y ese intento de limitar la investigación sobre el círculo cercano al Sr.Z.
Como corolario de estos hechos, se ha manifestado que fue el presidente norteamericano Donald Trump quien apuró este desenlace para que Zelensky, o bien sea destituido por alguien más confiable, ya no alcanza con obedecer las órdenes de la CIA o del MI6, o acepte las condiciones de paz que el mismo Trump y Vladimir Putin establecieron en Anchorage, Alaska. Un plan de paz que cuelga de frágiles hilos, si atendemos como se están dando las circunstancias y presiones en los pasillos más oscuros de Washington, Londres y Bruselas.
Difícil comprobarlo por ahora, pero no imposible que le hicieran esta jugarreta al empecinado de Zelensky. El presidente de facto estaría bajo la influencia del MI6 del Reino Unido, cuyo Primer Ministro Keir Starmer, es un entusiasta de este conflicto bélico por delegación, (proxy) muy conveniente, según opinan los expertos geopolíticos que siguen de cerca el conflicto. Junto a los otros miembros de la “coalición de los voluntarios”, Francia, Alemania y otros, en proseguir una guerra que está perdida, insisten, sin embargo, en seguir alimentándola. Mientras sean los ucranianos los que pagan con su vida, y los mercenarios rejuntados por un puñado de dólares, el conflicto puede continuar con la esperanza de desgastar a Rusia. Además, si cae Zelensky, qué cambiaría? Pues con los tambores de guerra rompiendo tímpanos, es difícil pensar que algo va a suceder más allá de una sustitución de figurines en Kiev. No es ahí donde se cocina el puchero. Basta con comprobar lo que decidió la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von Der Layen. Ella firmó un cheque por 230 millones dólares y posteriormente 5900 millones de euros (*), incluyendo en esa suma 4900 millones de euros originarios de los activos rusos congelados, algo que sería ilegal, pero las reglas las sigue poniendo Occidente, por ahora, sin importarle las consecuencias.
Esta maravillosa coalición de voluntarios no miran qué ocurre al interior de sus países, el empobrecimiento de su población a causa de las consecuencias de las contribuciones por miles de millones de dólares y euros que exige esta guerra y que quitan a las subvenciones a a la salud, la educación, infraestructura, bienestar de las familias, etc. La pérdida de empleos, la inflación, los precios en alza del consumo básico, la depreciación de sueldos y jubilaciones, el desempleo, son los primeros impactos que llevan a la pobreza a millones de europeos. El sueño colonialista de Bruselas y Londres es más fuerte, la rusofóbia y el revanchismo empuja a las elites de estos países a buscar su propio fin. Si los habitantes de las naciones europeas no reaccionamos a tiempo, junto a los pueblos de otros continentes, estos pésimos dirigentes, junto con la UE y sus burócratas, nos llevarán al “infierno tan temido”, pero no al de Juan C Onetti, sino al de la película de Stanley Kubrick, “Dr Insólito”(Dr Strangelove), si la recuerdan, con Peter Sellers como protagonista principal.
(*) Para que se den cuenta de la dimensión que ha cobrado este apoyo financiero de Occidente a Ucrania, que no es miembro de la UE ni de la OTAN, Bruselas le entrega, además de los fondos antes mencionados, 18.000 millones de euros en préstamos para cubrir los gastos del estado durante el conflicto, también financiados por los intereses originados por los fondos rusos. Por otro lado el G7 aportó 45.000 millones de euros en ayuda financiera urgente. Con estas gigantescas sumas de dinero, quien puede ignorar o creer que los sectores en Ucrania, que manejan esos recursos, apenas con estaciones de control, ¿no se sentirán tentados a meter las manos en la lata? A los palestinos apenas les reparten migajas para cubrir sus necesidades, a los guerreristas de Kiev, verdaderas fortunas extraídas en parte, de los sectores menos privilegiados de estas sociedades sin consultarlos. Como decía mi abuelita Juana: “M’hijo, es todo ilusión, se están forrando ellos mismos, y no lo queremos ver”.