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lunes, 23 de agosto de 2010

El arte de enturbiar

La sospecha como arma desvastadora

La noticia de que el fundador de Wikileaks, el periodista australiano Julian Assange había sido emplazado por un fiscal en Suecia el sábado pasado, sospechoso de haber violado a una mujer y acosado sexualmente a otra, recorrió los noticieros de la radio y la tv, y creó gruesos titulares en las páginas de los periódicos. Assange dejó caer una bomba hace unas semanas cuando Wikileaks se hizo de unos 90 000 documentos secretos del ejército de EEUU y la guerra contra los talibanes y Al Qaeda en Afganistan. Los mismos se publicaron en diversos medios de prensa internacionales causando una honda preocupación en el gobierno y en las fuerzas armadas de EEUU, ya que en muchos de esos documentos no sólo se revelan acciones contra la población civil, sino también la identidad de muchos soldados.

La posibilidad de poder acceder y publicar ese material secreto tiene que estar protegido por las leyes del país allí donde se lo lanza para evitar demandas de por ejemplo el Pentágono norteamericano siempre dispuesto a acallar todo lo que pueda resultar negativo para EEUU.
Por eso Julian Assange visitó Suecia que goza de leyes que desde el siglo XVIII han blindado  una amplísima libertad de prensa, con la intención de establecer su centro de acción en el país escandinavo.

Esta demanda hecha por la fiscal de turno Maria Hjälebo el sábado pasado, y filtrada a la prensa inmediatamente, a ocasionado un sinnúmero de especulaciones sobre la veracidad de estas acusaciones. Después de publicados esos miles de documentos Wikileaks ha sido blanco de nuevos ataques y actos descalificatorios con la finalidad de erosionar la imagen de Wikileaks y su director. Pero esta denuncia de violación y acoso sexual hecha por dos mujeres contra Assange huelen a cloaca, según los defensores de Assange.
Y las especulaciones sobre si ha sido el Pentágono, la CIA o alguna otra de las innumerables agencias de espionaje o contraespionaje que hay en EEUU se han disparado.

De todas formas la fiscal jefe Eva Finné no ha comunicado a la policía que busque, detenga e interrogue a Julian Assange, según la propia policía sueca.

Lo que despierta fuertes sospechas en aquéllos que piensan que todo es un montaje para desprestigiar a Assange y su organización , y así quitarle credibilidad a lo que Wikileaks hace, no pueden dejar de pensar en porqué una acusación tan seria se filtra a los medios cuando ni siquiera se a abierto una investigación previa sobre la veracidad de esos hechos. Los medios ni cortos ni perezosos difunden la noticia con titulares y fotos de Assange.

Una filtración así ocurre pocas veces en Suecia, y menos si la persona es conocida como lo es Assange. Conocidos juristas suecos criticaron inmediatamente este procedimiento ya que poco después que se conoce la orden de detención contra Assange, la misma es invalidada por la fiscal jefe Finné que encabeza la investigación originando confusión y una ola de desmentidos y especulaciones.

En todo caso el daño causado por esas dos denuncias que se investigan causarán seguramente daño a Assange y Wikileaks. El propio Assange a expresado a los medios que le habían advertido sobre las trampas en las que podía caer, sobre todo las de carácter sexual. Y en Suecia, que para muchos es el paraíso del sexo,  se puede hacer caer a más de uno en la tentación y dejarlo arrastrar por la seducción de la que pueden ser objeto por chicas rubias y guapas.

En todo caso Piratpartiet, el partido que ha prometido a Wikileaks  prestarle la infraestructura necesaria para que establezca en Suecia su centro de acción, ha manifestado que no retirará esa oferta y que en pocos días más Wikileaks dispondrá de los servidores y del servicio que se había acordado.

En todo caso la que puede salir malparada de todo este escándalo jurídico es también la fiscal de turno, Maria Häljebo, quien ha sido demandada ante el Defensor del Pueblo por violar principios fundamentales del derecho de las personas, incluso si las denuncias hechas contra Assange fueran verdaderas. Pero se pueden imaginar a una persona como Julian Assange con el grado de exposición pública que tiene violando como un sátiro a mujeres suecas?
 Es difícil tragarse ese sapo, pero en todo caso los que plantaron esta semilla esperan ver crecer un arbusto espinoso donde Julian Assange quede enredado por mucho tiempo, aplicando sus energías a demostrar su inocencia.

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