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viernes, 2 de agosto de 2019

Delincuencia vs Estado: El verso de Larrañaga



La delincuencia es un fenómeno que ha existido durante toda la historia de la humanidad. Desde el ladrón que le robaba un cuchillo de sílex a su vecino en la gruta del Homo Sapiens hasta los actuales rapiñeros que le roban la cartera a una mujer. El estado no puede proteger a todo el mundo por más que ponga miles de policías en las calles, o incluso llame al ejército a patrullarlas. 

Los delincuentes que actúan improvisando siempre encontrarán una oportunidad para robar un bolso o una billetera, si no es en la calle será en una tienda, bar o supermercado. O entrar por el fondo de la casa para hurtar lo que encuentre de valor y llevárselo. No es previsible. El criminal que vende drogas abrirá constantemente nuevas "bocas" de venta de drogas porque sabe que la que ahora está funcionando caerá en cualquier momento. Planifica su delito porque esa es la dinámica de su negocio. Si no están infiltrados no es previsible.

Los asesinatos son también planificados, los homicidios en cambio son circunstanciales. Una pelea en una calle o en un local puede terminar en una muerte cuando ninguno de los contrincantes pensaba en que esto ocurriría, pero en el ardor de la pelea y el odio que gana las mentes borran toda racionalidad y ya nadie le pone freno a la violencia. Y tampoco eso es previsible. En una discusión hogareña el hombre acalla el desafío de su mujer matándola porque ella ya no admite la opresión a la que ha estado sometida toda su relación. Tampoco es previsible.
Para los asesinos, la cosa tiene otra dimensión. Una vez elegida la víctima -que también puede ser la esposa de un maltratador, un juez anticorrupción, un político molesto o un luchador por el medio ambiente o los derechos sociales de las personas, el asesino tiene que contar los pasos antes y después de cometido el asesinato. La planificación tiene que ser minuciosa, no es un acto irracional sino todo lo contrario. Tampoco es previsible.

Porqué hago este somero recuento sobre el mundo del delito? Lo hago porque en el debate que ocurre en Uruguay sobre la propuesta del senador Larrañaga de crear una Guardia Nacional, que será sometida a referéndum el 27 de octubre, la estrategia no es eliminar el delito, eso es imposible y lo sabe Larrañaga, sino ilusionar a la mayor cantidad de personas de que es posible, de que el Estado puede eliminar la delincuencia con sólo instalar unos soldados un poco mejor entrenados para patrullar y apoyar a la policía. Ni durante las dictaduras más duras con controles al parecer más severos y/o penas de muerte, como en EEUU, China o Irán, los estados no pueden garantizar el 0 delito. 
Es imposible hasta que no le pongan un "chip" en el cuerpo a cada persona y el estado con una supercomputadora controle los pensamientos y movimientos de cada uno de sus ciudadanos.

Por eso la propuesta de Larrañaga es un verso, un castillo de naipes que la realidad prontamente se encargará de soplarlo y demostrar su falsedad en caso de que se hiciera realidad. Los delincuentes si están organizados siempre encuentran grietas al sistema para eludir sus controles y represión. 
No obstante, si Larrañaga reunió para su referéndum 400 000 firmas para crear ese cuerpo para-policial, es innegable que hay mucha gente que se cree el milagro y el relato del estado como aplanadora y avasallador del delito en las calles. Mano dura es lo que se necesita.

Larrañaga no tiene otro objetivo que apretar en la llaga que más le duele al gobierno, la inseguridad real, o muchas veces ampliada por el trabajo psicológico en los medios, sobre el aumento real o imaginario del delito. Cada víctima que muere a causa del narcotráfico es como si me sucediera a mí o a alguien cercano, me atemoriza y me frustra. Y qué hace el gobierno? Qué hace el Ministro del Interior Eduardo Bonomi para detener la ola de crímenes? Los llamados a sala al ministro con intención que los destituyeran han caído en el vacío. Porqué? Debido al constante trabajo para mejorar los cuerpos policiales y la evolución de los crímenes aclarados o impedidos, aunque todos saben que hay mucho por hacer.

Si bien como estrategia política la movida de Larrañaga fue acertada, en la práctica proponer ese cuerpo para-militar, en caso de que llegara a ser realidad, exigirá que el estado tenga que asignar más presupuesto para la represión a costa de tener que sacarle a la salud, a la educación y sobre todo a las políticas sociales los recursos que posibilitan mejores servicios y una básica redistribución de la riqueza. Porque la finalidad de un gobierno de derechas es indudablemente ”bajar el costo del estado” - Lacalle ha prometido ahorrar 900 millones de dólares en el presupuesto si llega a ser presidente.

El objetivo de la derecha es borrar los impuestos que hoy equilibran en algo una sociedad que funciona mucho mejor que antes en su conjunto y para una mayoría de sus ciudadanos, al aportar a los sectores y grupos más desvalidos una parte de la torta del presupuesto, por el que ponen el grito en el cielo la oposición "rosada" y la "parda" que está surgiendo. Lo dicen Lacalle y Talvi, los dos candidatos con más perspectivas de ser presidentes en caso que la gente los vote y hagan una alianza. Y Manini lo insinúa cuando comenzó a decir que el estado no debe mantener ”vagos”. 

Sin embargo, los estados nunca podrán combatir el delito totalmente,  aunque claro, todo gobierno tiene que intentarlo, cada uno a su manera según su ideología y valores.

El Estado de Bienestar no sólo a mejorado los salarios y las jubilaciones, aumentado el valor de las exportaciones de los productos del agro e industriales, con el grado de país inversor, etc.etc. también le ofrece salidas a muchas personas que han cometido delitos que principalmente no son de sangre. Pero como sabemos, algunos se enganchan y otros desprecian esa oportunidad, y desean seguir por el mismo sendero hasta que otra vez terminan en una celda y así repetidamente; o una bala o una puñalada pone fin a su triste existencia Las cárceles son también una escuela para perfeccionar el crimen -y esa es una deuda del país que hay que modificar. 
Según las estadísticas la policía ha matado a 22 delincuentes en enfrentamientos en los primeros seis meses de 2019 en Uruguay. Mano blanda con los criminales? No parece según mi percepción.
La derecha es sin embargo piensa y ofrece solo represión, es lo que vale porque las élites económicas y sociales quieren protegerse del "pichaje invasivo" y el crimen que afirman están a la vuelta de la esquina, y convencen a las capas más sensibles de la población, amedrentada por el incesante machacar de la prensa afín a la oposición sobre la inseguridad, y también una cruel realidad donde ningún país se salva por las razones que sean, que sin embargo, como nunca antes en Uruguay, cuenta para enfrentar al crimen con una policía mejor entrenada y equipada, mejores salarios y nuevos cuerpos de vigilancia como el PADO, una Guardia Republicana de choque también reorganizada y el Grupo Especial de Operaciones (GEO) de élite. En total suman poco más de 20 000 policías activos complementados por unos 8 000 en funciones administrativas y técnicas que no son directamente de orden represivo. Unos 241 policías cada 100 000 habitantes se contabilizan, siendo de los más altos en América Latina (cifras de 2016 que seguramente son mayores este año después de egresados los nuevos grupos de las escuela de policía).

El verso de Larrañaga desafina y es puro humo, aunque por la retórica empleada crea la ilusión de que es posible.

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