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domingo, 4 de agosto de 2013

¿Donde vamos a parar?

La intolerancia es un fenómeno que crece en muchas sociedades europeas y no  europeas. Un amigo me escribió pensando que alguien había jaqueado el blog por el contenido del texto que no tenía el perfil que suele tener. Pero este relato en realidad quiere mostrar cómo la intolerancia se adueña de la psique del hombre y hasta las cosas más simples despiertan una agresividad a veces difícil de imaginar y comprender. El resentimiento y la envidia también son cartas que juegan en contra de aquéllos que ven sus vidas frustradas y tal vez sin esperanza. Nadie debe sentirse señalado. Es un cuento en primera persona y no un panfleto dirigido a nadie en particular. 

Sé que vos sos más tolerante y estas cosas no te importan tanto. Pero a mí me tienen podrido, me sacan de mis casillas y tengo que cambiarme de asiento para caer de nuevo en la misma situación. No sé, la gente se ha vuelto cada vez más insoportable, no respetan nada, ni a sí mismos, te das cuenta? Cada vez que viajo en el metro o en el bus un idiota se me sienta al lado con la música de marcianos en las orejas, pero haciéndose el boludo, porque aunque tenga auriculares grandes como orejas de elefante no le importa que nos apeste el viaje con esa cosa que llaman rap o algo por el estilo. Y no te digo cuando suena un teléfono o alguien empieza a teclear un número. Por Dios! cuantas estupideces hay que escuchar. No alcanza con hablar que faltan papas y tomates para la cena, leche y café para el desayuno o que no te olvides de ir a buscar a los chicos a la guardería. No, los jetones tienen que alardear de sus conquistas del fin de semana, de que la mina tenía las tetas como melones o el culo como una pera. Sí te digo que sí, he escuchado esas barbaridades, y no te cuento los pelotudos que hablan de negocios como si estuvieran en sus oficinas. Que vendí tantas acciones, que la venta de autos subió un 10 por ciento en la agencia de tal marca “gracias a mí”, se ufanan todo el tiempo. Y las mujeres, otro desquicio de conversaciones telefónicas que me llevan a taparme los oídos ante tanta frivolidad. Sí, hablan del color de las uñas, o el color del pelo, del vestido que recibieron de regalo, del novio desgraciado que las abandonó. Unos dramas sacados de las películas de Hollywood, contados desfachatadamente. Se han olvidado de la privacidad. Y no te asombres que hablan de sus amigas a veces con una envidia que corroe. Sí, que esa amiga se creía más importante porque aquélla noche llevaba un vestido y unas joyas que le habían costado tanto y cuanto. O que le habían quitado el novio porque ella todavía no había querido abrirse de piernas, y la otra sí. Como te digo, no hay respeto. No existen ya barreras entre lo público y lo privado. Y decime, vistes esas guachas que ahora se ponen esos pantaloncitos súper, pero súper cortos y eso que llaman top, y que muestran la mitad de los pechos? Y se te sientan enfrente mostrando prácticamente todo, y uno no puede dejar de mirar esos muslos redondeados y firmes. Mi mujer me codea cuando me descubre mirando de reojo a la chica que viaja enfrente. Y que puedo hacer yo ante semejante descaro? Cerrar los ojos? Porqué no imitan un poco a las musulmanas, eh? Se tapan un poco más, un poco más de pudor, por favor! Después nos llaman machistas, sí machistas porque les miramos el culo. Pero si ellas lo lucen muy orgullosas. No es acaso el juego al que someten a los hombres? No lo hacen para lucirse ante los tipos y las otras chicas, para que las envidien y las deseen? Sí, un amigo psicólogo me dijo que todo está en mi propia imaginación! Pero que me decís de la imaginación de ellas cuando se miran al espejo? Porque hay una terrible competencia entre las propias pendejas desesperadas por engancharse con el boludo que juega al básquetbol o al fútbol en el equipo del colegio. Se desperan por ser originales y al final se parecen más unas con otras que los garbanzos. Sí, están contaminadas por las series de la televisión yanqui. Y por esas redes sociales,  donde tienen una vida paralela sin que los adultos sepamos nada. Y no te digo nada de los maricas, que ya no son como antes, discretos y reservados. No ahora se visten y desfilan por las calles en esa caravana de disfrazados, sí eso que llaman Pride, vestidos con plumas y de bikini, meneándose como si estuvieran en el carnaval de Rio. Decime, dónde mierda vamos a parar? Dónde están los saludables valores de la iglesia, o incluso los del partido? A veces creo que todo esto es obra del diablo, cómo será la cosa! Y mirá que yo no soy muy religioso,eh! Hace años que no voy a la misa, pero creo que es hora de empezar a ir os domingos, y rogar por ellos. Sí, a lo mejor no sirve para nada, pero por lo menos me da el consuelo de que me preocupo por esta juventud descarriada. Y no quieras saber que mis propias hijas tampoco me respetan. Sí, me tratan de anticuado, de prejucioso, que no tengo sentido del humor, que lo único que pienso es en el sexo. A mí, que durante tantos años he vivido casi en celibato porque mi mujer me dice que está cansada, que le duele la cabeza, o que ya no tiene ganas. Yo anticuado machista! Hay que ver, las cosas que tengo que escuchar de estas imberbes que me presentan novios mes por medio. Tipos peludos o pelados, con eso que llaman piercing colgados de la nariz o de las orejas. Uno de esos guachos tenía esas cosas en las tetillas. Y no me nombres lo de los tatuajes. Ya no hay parte del cuerpo donde no se pongan un papagayo, mariposa o la hoz y el martillo. Lo que comenzó siendo una moda entre presos y marineros se ha convertido en un negocio brutal. Hasta las chicas se llenan el cuerpo con esas figuras de dragones, serpientes o mariposas. Decime, donde vamos a parar? Y el presidente más pobre del mundo que quiere legalizar la droga? Sí, no sabías? La “marijuana”,  la que vos y yo fumábamos a escondidas en el colegio. Bueno, ahora el estado se hará cargo de la producción distribución y venta. Dicen que es para sacarle el negocio a las mafias. Qué le van a sacar! Se van a volver todos unos narcómanos! Te das cuenta? Sí, no me cabe duda que este mundo va marcha atrás, que estamos hundidos, viejo! No sabés lo jodido que está todo. Vos claro, tenés tu casa hermosa, dos coches y una familia maravillosa. Por eso te das el lujo de ser tan tolerante. Estas cosas ni te rozan. Desde que te recibiste de arquitecto y te viniste a este país, en la misma época que yo, verdad? - te metiste en el negocio de la construcción con ese bandido que reparte coimas a todos los políticos para ganar las licitaciones, las cosas van para vos viento en popa. Proyectos de urbanización, edificios públicos, cualquier cosa que se construye lleva tu firma en esta ciudad. Yo sigo clavado en lo mismo de antes. Sí, no puedo salir de ese pantano, por eso quería hablar contigo, pedirte si podías tirarme un cable para poder dejar este trabajo de mierda antes que me llegue la hora de pensionarme. Que no tenés nada? Que la cosa está jodida? Bueno, no sé porque me hice tanta ilusión, la verdad que siempre fuiste bastante mierdoso, vos sos al fin y al cabo también un fanfarrón de esos que creen que se la saben todas. Sí bueno, me importa un pito. Ahora ya llegué a la estación y me bajo. Ahora corto, sabés? Una pasajera a mi lado me mira con cara de pocos amigos. Que se joda! Ah, y sabés una cosa? Te podés irte a la puta que te parió!



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