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jueves, 20 de febrero de 2014

Las reglas de la imparcialidad

Este año se celebran las elecciones en Suecia. Y los que trabajamos en la radio y televisión pública debemos guardar ciertas reglas, que se pueden resumir en una palabra: imparcialidad. O una fachada de neutralidad, aunque pensemos a favor o en contra de ciertas organizaciones políticas, ideologías, gobiernos, etc. En realidad esa es la política diaria que aplicamos en la radio como reporteros, por ejemplo. Pero en estos meses hay un llamado de atención aún más severo. Es decir que entramos desde la próxima semana en un período de cuarentena hasta un día después de la celebración de las elecciones, es decir el 14 de septiembre. Pero antes, en mayo se celebran las elecciones del parlamento europeo. Asäi que este aöo tenemos doblete. Ningún presentador, reportero, productor o cualquier otro colega que trabaje en los medios públicos debe expresar públicamente opiniones personales sobre política, políticos, programas electorales, etc. No sólo en el trabajo que realiza en la empresa, sino que fuera de ella nada de opinar públicamente. La imagen que debe darse a los ciudadanos es que la radio y la teve públicas tiene un personal que es neutral, pero todos los demás ciudadanos pueden expresarse a través de sus programas guardando siempre las reglas de las dos versiones (o más si viene al caso).
 Y así debe ser en una sociedad democrática, en que los medios de prensa financiados con recursos del estado deben ser neutrales. Pero a veces las nubes aparecen en ese horizonte tan diáfano.

Una nube que ocultó el sol por unos días fue la decisión de la dirección de Radio Suecia de suspender de su trabajo al presentador y comediante Soran Ismail, de origen curdo-iraní, cuyo programa ha tenido entre otros temas el racismo y la xenofobia. Sus opiniones personales a través algunos programas o actuaciones han tenido un fuerte perfil antiracista y como objetivo directo las organizaciones de ultraderecha. Esas opiniones vertidas abiertamente, muchas veces con una densa carga de humor ácido dirigido principalmente contra Sverigedemokraterna ,el partido de ultraderecha más importante del país y con representantes en el parlamento, fue la razón de esa suspensión de su rol como presentador del programa matutino Morgonpasset i P3.

Como el creciente racismo y xenofobia han sido temas recurrentes en la sociedad, muchos de los que reaccionaron contra la suspensión de Ismail, argumentaron que los estatutos de la radio expresan que toda forma de opresión debe ser denunciada y los periodistas deben buscar la forma de desenmascararla. Y el racismo es uno de ejemplos más antidemocráticos que afectan a los países europeos en la actualidad. Además las opiniones y programas de Soran Ismail  que tuvieron al racismo como tema ya existen, están guardados en archivos abiertos y están al alcance de cualquiera que quiera escucharlos. Las reglas son por ese motivo obsoletas y no están a la altura del desarrollo de los medios y la tecnología que otorga la posibilidad de ver y escuchar todo los que se ha dicho sobre cualquier tema, según los críiticos. Al final se aplacaron los ánimos e Ismail tendrá su papel como panelista en las tertulias que se organicen sobre temas políticos de actualidad, pero no ya como presentador.

Pero la medida de la dirección no se detiene ahí. Por ejemplo a los que solemos escribir en un blog o tienen una página web, se le ponen límites y tampoco podrán expresar sus opiniones personales sobre las políticas, políticos, programas de gobierno, etc. Tampoco debemos abordar temas que sean de actualidad política en otros países y expresar simpatías o antipatías hacia alguno de protagonistas. Nadie debe tener la mínima duda de que somos neutrales, imparciales tanto aquí como en el resto del planeta. Por lo tanto, desde ahora en adelante evitaré escribir sobre tales temas para guardar las reglas que nos exige el trabajo, aunque resulte insoportable.

 De todas formas mi cuarentena será más corta que la de los demás: en junio pasaré a la categoría de pensionista, lo que me dará libertad de seguir machacando a diestra y siniestra  monarquías, políticos corruptos, dictaduras o pseudodemocracias, sin necedidad de rendirles cuentas a nadie.  Por el momento los temas podrán abarcar cuestiones culturales, sociales, deportivas, etc.
Espero que no se aburran y se reciben sugerencias. Nunca están demás.

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