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lunes, 25 de junio de 2018

Trabajando para mejorar el mundo?


El presidente norteamericano Donald Trump nos tiene ya acostumbrados a esperar lo peor de sus políticas en cualquier dimensión que se trate. En medio de las expectativas del arranque del campeonato de fútbol Rusia 2018, el presidente Donald Trump oficializó las políticas que harían más seguro a su país según su criterio: una nueva ley de Migración, reinventar la Guerra de las Galaxias y abandonar el Consejo de DDHH de la ONU. Y esto probablemente para empezar porque el presidente Trump apunta lejos, sí hasta las mismas estrellas.

 La nueva ley de Migración  de "tolerancia cero"que pretende revolucionar el fenómeno inmigratorio en el país ha encontrado sin embargo un fuerte rechazo de los demócratas en el Congreso. Por otro lado, los republicanos, rehacios a llegar a compromisos pues tienen el látigo del presidente agitándose a sus espaldas, presionan para ir lo más lejos posible en sus pretensiones de cerrar las puertas definitivamente a los que se ”cuelan” por la todavía porosa frontera con México. Quieren además quitar 40 000 millones de dólares de los fondos asignados a las políticas de inmigración para construir el famoso y abominable muro a lo largo de la frontera con México. Los congresistas demócratas se oponen, por lo menos por ahora.

Enjaular a los hijos de los inmigrantes sin papeles probablemente  fue parte de la táctica del gobierno con algo que Trump y sus consejeros llamaron antes de implementarla, ”una alternativa nuclear”, es decir una detonación simbólica de varios megatones en medio de las familias inmigrantes consideradas ilegales, usando la práctica de secuestrar a los hijos e hijas de los perseguidos, encerrándolas en las ya tristemente conocidas jaulas de metal, donde tienen que vivir, bebés de meses y menores de edad, separados de sus progenitores en condiciones deleznables para quienes se creen la mayor y mejor democracia del mundo, cuando con estas medidas rozan lo que hacían los nazis con los judíos y otras minorías.

Acorralado por las críticas y el repudio universal, el presidente se vio obligado a dar marcha atrás y firmar una orden ejecutiva que pondría fin al enjaulamiento y reuniría a los menores con sus progenitores. Pero como el enjaulamiento debía jugar el papel de una cuña de presión para que los demócratas aceptaran endurecer la ley de Migración, la orden hasta ahora no ha tenido efecto práctico, los menores siguen enjaulados y nadie sabe hasta cuando permanecerán allí, mientras la nueva ley de Migración no sea aprobada en el Congreso. Probablemente la cuña de presión, que ha tenido un resultado estremecedor y humanitariamente es un escándalo,  encendió la ira y rechazo en todo el mundo. Mientras tanto los niños seguirán clamando y llorando por sus madres y padres porque la burocracia y las formalidades se toman su tiempo.
Tal vez el cinismo de este gobierno Trump sea mejor ilustrado con esta cita del fiscal general Jeff Sessions el 21 de junio en Fort Wayne, Indiana, reproducida por el New York Times:

Citaré al apóstol Pablo en su decreto claro y sabio en la carta a los Romanos, cap XIII. Las leyes del gobierno deben obedecerse porque DIOS las ha decretado con el propósito del orden”. 
Sí, para Mr Sessions es Dios el que manda en la Casa Blanca.


II: Adiós al Consejo de DDHH de la ONU

La culpa es de los demás y no mía. Con este viejo tópico la administración Trump trató de justificar el abandono del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. 
O sea que las duras críticas a las políticas de DDHH del gobierno norteamericano por parte de las organizaciones de vigilancia de esos derechos fueron en alguna medida las que provocaron el retiro de esa organizacion internacional. 
La causa principal es en realidad que EEUU quiere hacer cambios profundos en el Consejo, como en tantos otros órdenes de la política nacional e internacional.

La embajadora de EEUU en la ONU Nikki Haley ha sido la portavoz de esas críticas, acusando a 18 organizaciones de ponerse del lado de Rusia y China, bloqueando las negociaciones y frustrando las reformas que su país proponía, por lo que finalmente decidió retirarse del Consejo.

En realidad un tema muy urticante para el gobierno de Trump son las duras críticas dirigidas contra el gobierno de Israel por el trato que le da a los palestinos. Nikki Haley se refirió específicamente a que ”cinco resoluciones contra Israel aprobadas por el Consejo  fueron más que el número aprobado contra Corea del Norte, Irán y Siria”. De esta forma insunaba que en vez de atacar a los países que violan los derechos humanos, se atacaba a los que los defendían, incluyendo a Israel en este grupo.

Paradójicamente EEUU se une ahora a Irán, Corea del Norte y Eritrea que no participan de las reuniones del consejo porque a menudo son objeto de críticas por las violaciones a los DDHH que se constatan en esos países y sus gobiernos no las aceptan.
Entre las reformas al Consejo EEUU propone ”que se cambie la forma de ganar los escaños que se ocupan en el Consejo para que los países con historias de abusos de derechos humanos no puedan ocuparlos”. Pero la oposición de Rusia, China, Cuba y Egipto más la posición vacilante de una mayoría impidió que la propuesta saliera adelante.

En todo caso Nikki Haley prometió seguir trabajando por la reforma del Consejo, aunque las perspectivas no parecen estar a su favor por el momento. EEUU mismo está en la mira cuando el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DDHH ha pedido que cese la ”desmedida práctica de enjaular a los niños”.

III. La guerra de las Galaxias

Cuando Ronald Reagan anunció que su gobierno había decidido apostar por militarizar el espacio, muchos creyeron que era una historia de ciencia ficción con la finalidad estratégica de vapulear a su enemigo en decadencia, la Unión Soviética. El plan fracasó en buena parte pero el presidente Trump lo revitaliza proponiendo crear un sexto brazo para las Fuerzas Armadas, una fuerza espacial. El razón es que la Fuerza Aérea no tendría la capacidad o no le presta suficiente atención al espacio exterior.

Sin embargo el principal argumento para crear esta fuerza es que Rusia y China estarían desarrollando armas antisatélites, según el Departamento de Defensa. En consecuencia los satélites militares y civiles americanos estarían en peligro en caso de un conflicto con esos países.
”Quedaríamos sordos, ciegos y tontos” expresó Jim Cooper, representante de Alabama por el partido Demócrata de Tennessee y uno de los impulsores en el Congreso de esta idea.

En todo caso el Pentágono no parece estar muy convencido de la idea sosteniendo que la Fuerza Aérea unida a otros servicios era capaz de proteger a los satélites militares. La Fuerza Aérea prometió estudiar el proyecto y ahora depende del impulso que tome en el Congreso, que finalmente sería quien definiría su alcance y forma -si es que se decide crear el nuevo brazo armado espacial. Contradiciendo una vez más los esfuerzos de la ONU para que no se militarice el espacio creando así inevitablemente un nuevo frente de confliEl cto por el poder entre las superpotencias. 



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