Elecciones en Suecia 2022 - La derecha desatada

Este era el afiche en 2008 de
Sverigedemokraterna. Si bien su
discurso es más sutil, en esencia
sigue siendo un partido xenófobo
con programa antiinmigrante.

 Se parece a una partida de póker o de truco uruguayo en el momento de mostrar quien tiene las cartas del triunfo en la mano. Y como es de rutina, el crimen y la delincuencia desatada en su lucha interna por el mercado de la droga, es el centro del debate. Quién da más? Se escuchan ofertas, y las hay sin que se ruboricen. Porque el discurso emocional pega fuerte con en otros países prometiendo la solución de barrer con la delincuencia al otro día de asumir si se elige al candidato de la derecha que repite como un karma inagotable: Dinamarca! Dinamarca! haciendo referencia a las medidas implementadas en el país vecino que duplicó o triplicó las condenas a los delincuentes y otras medidas que una buena parte del electorado sueco desearía ver en este país.

En todo caso no es de extrañar que el partido xenófobo Sverigedemokraterna (SD), con sus propuestas anti-inmigración y de alto punitivismo, recoja más simpatías que el partido conservador, Moderaterna (M), que desde hace décadas era el segundo partido más importante después de la socialdemocracia (S). Según las ultimas encuestas  SD superaría en más del 3% a M en la intención de voto.

En cuanto a la cuestión del clima y el medio ambiente la derecha pregona más energía nuclear como el simsalabim que haría el milagro tratando de contrabandear la idea que el problema energético y su solución está a la vuelta de la esquina, cuando todos los datos demuestran que la construcción de nuevas plantas nucleares lleva por los menos dos décadas construirlas. Tal es el caso de Finlandia que construyó la suya y los costos se multiplicaron y el período de tiempo fue muchísimo mayor que el planificado. Pero estos magos de la energía "barata" -porque la nuclear no lo es- en las comunas que gobiernan se oponen a la construcción de parques eólicos en tierra o en el mar "porque les afean el paisaje". 

Un tema que apenas se ha visto en el debate en ese contexto, es la suerte de los bosques suecos donde apenas el diez por ciento del bosque natural a sobrevivido a la ofensiva de las empresas forestales, del estado y privadas, que cínicamente afirman "que talan un árbol y plantan dos en su lugar", obviando mostrar el daño irreparable que le están causando al medio ambiente de todo ese complejo entorno que forma la vegetación y el resto de los seres vivientes, animales y vegetales entre otros seres vivos, como los hongos y su extendida red de fibras llamado micelio, que conviven con los propios árboles en una mutua dependencia,  y que durante siglos han creado ese mundo interdependiente imposible de recrear con los nuevos monocultivos en fila, y que terminan con todo aquél entretejido destruido por las enormes máquinas taladoras y camiones. El bosque es fuente de riqueza, pero el método de la tala es completamente nocivo y Suecia no puede enorgullecerse de esa forma de explotación creando ante el mundo una falsa imagen de ser un país avanzado en ese aspecto, afirman los científicos  y expertos en esa materia. Hasta ahora son Los Verdes y el Partido de Izquierdas los que se oponen a esta depredación, que denominamos como el Holocausto del bosque ya que es un exterminio sistemático del mismo.

En el tema educación la derecha defiende la escuela privada, que en la década del 90 lograron abrirle el mercado a las empresas, muchas de ellas internacionales, para que hicieran negocio con la educación, creando así escuelas elitistas en algunos casos, religiosas en otros, mientras la economía les permitía llenarse los bolsillos. Cuando no lo lograban, cerraban y hasta luego, dejando colgados a profesores y alumnos, que mayoritariamente terminaban en los centros de enseñanza públicos, frustrados y muchos/as con una sensación de fracaso y vergüenza, a quienes se les suman las familias que los pusieron en esos centros de enseñanza, prometiéndoles que era lo mejor para su formación escolar y posterior. 

Una cosa ha logrado la izquierda, principalmente el partido de Izquierdas (V), con su propuesta de desmantelar los centros de enseñanza privada en manos principalmente de las multinacionales, y evitar que estas empresas sigan "profitando" con los dineros públicos que el estado destina por alumno/a, ya sea que concurran a un colegio privado o público. La "libertad de elección" predicada por la derecha se convirtió, como no podía ser de otra manera, en escuelas públicas segregadas en barrios segregados mientras una buena parte  la clase media y los ricos envían sus hijos/as a las escuelas privadas, que les quitan en muchos casos los recursos a las escuelas públicas, eliminando además en buena parte, la "territorialidad" definida por el domicilio de las familias y las escuelas de la zona que les correspondería por su vecindad con ellas. Ahora muchos hacen fila en listas de esperas porque las familias quieren enviarles a escuelas más lejanas y con mejor status, lo cual no es de extrañar ante el deterioro de esos centros de estudios por culpa de la segregación.

El desempleo y las políticas de empleo; la vivienda, la escasez de la misma y las apuestas por crear más vivienda de alquiler o dejar que el mercado regule; la salud que como la educación se debate entre lo público y lo privado; las jubilaciones son otro tema que puede inclinar la balanza aunque no sabemos si en favor de uno u otro bloque,  son otros de los temas que emergen en la puja por convencer sobre todo al grupo de indecisos que se debaten entre votar en blanco o simplemente no votar, el que estaría en el orden del 20% según las últimas encuestas.

El 11 de septiembre sabremos cuál de los dos bloques formarán gobierno (ver artículo anterior), el de centro izquierda o el centro-derecha. Pero una cosa es casi segura, será un forcejeo por cada uno de los votos hasta esa fecha, con una inflación deplorable de las promesas que me recuerda a un actual presidente uruguayo Lacalle cuando en la tribunas de su campaña electoral decía: Se acabó la delincuencia, se acabó la suba de los impuestos y combustibles, se acabó el recreo". Bueno, todo fue a peor con las políticas del presidente uruguayo, ninguna promesa a podido cumplir. Aquí la derecha va por el mismo camino, me atrevo a pronosticar.

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