El siguiente relato es ficción, sin embargo, una historia de nuestro tiempo.
Los dos hombres paseaban aparentemente distraídos, disfrutando de una tibia mañana por el verde y frondoso parque, sin llamar la atención. En ese ambiente estival, había decenas de paseantes caminando en todas las direcciones, aprovechando la suave temperatura y la belleza del parque. Los dos hombres llegaron, casi al mismo tiempo, frente al banco de hierro forjado y pintado de negro, donde se destacaban figuras geométricas y volutas, al borde del sendero. Ambos se sentaron en el banco mientras uno de ellos desplegaba un periódico y el otro empuñaba su teléfono celular. Sin embargo, cualquiera que estuviera atento a las expresiones de los rostros de aquellos dos hombres, verían que sus labios se movían casi imperceptiblemente.
Nick—Que tal Peter? Qué bueno poder reunirnos fuera del búnker …que hermosa y pacífica mañana tenemos hoy, no te parece?
Peter— Si, Nick, pero vamos al grano porque no tengo mucho tiempo. La cosa está que arde, ya sabes dónde, y el jefe quiere saber si vuestra agencia está dispuesta a apoyarnos en la operación “Causa Justa”. Tú sabes que ese apoyo es decisivo para lograr los objetivos que nos hemos planteado en Asia.
Nick— Bueno Peter, hay algunas dudas sobre la puesta en práctica de esa operación y la estrategia que deseamos alcanzar por el momento. No te olvides que nuestros aliados en la región y en la alianza no son de confiar. Dicen que sí, que nos apoyarán, para luego, cuando las papas queman, recular y nos dejan solos o apenas tienen una participación presencial. Además, no nos metemos con un pichón de dragón, sino con uno muy crecidito y que puede hacernos mucho daño.
Peter— Joder, Nick, nuestros críticos que están especulando sobre nuestras intenciones, con bastante acierto, afirman que nuestros dirigentes no conocen las realidad que queremos enfrentar y combatir. Nuestras agencias informan mal o con carencias notorias. La arrogancia y nuestra cultura de ser los hegemones del planeta nos enceguece. Jugamos con fuego…joder! Sin embargo, ese informe del Instituto Hudson sobre cómo cortar al dragón en muchos pedazos, igual que al oso del Ártico, es un escenario a tener en cuenta. Y algunos de nuestros políticos sueñan con eso. Y nuestro jefe también. Por eso insisten en seguir adelante.
Nick— Bueno, en parte estamos de acuerdo. El asunto es que les encanta crear escenarios para el futuro como a los jugadores de ajedrez. Hace ya unos años, Zbigniew Brzezinski describió en su libro El gran tablero (de ajedrez), cuál era nuestra mejor oportunidad, no para jugar a favor de la distensión con nuestros rivales, sino para acorralar, en aquel momento, y apretarle los clavos a la muy debilitada Rusia que emergía de la URSS. Ahora, sin dudas, es distinto, no estamos frente a la URSS debilitada, y a nuestro jefe no le gusta jugar con fuego, en eso hay que reconocerle su astucia. Por eso ahora apuesta por la distensión con ellos y plazos largos. Por otro lado, está aguijoneado, tú sabes, por la carrera de seguir siendo el Nr 1 del mundo, sin arriesgar una guerra con el oso del Kremlin. Con el dragón de Pekín es diferente, porque de manera sutil quiere desplazarnos del pedestal. Pero antes pretende ver si se ponen de acuerdo con el intercambio comercial. Él es como los orientales, primero el comercio con el mayor beneficio posible, y después los conflictos en caso de fracasar.
Peter— No me cabe la menor duda de que copete rojo sigue soñando en que podemos ponernos de acuerdo con ellos. Pero la gente del Pentágono no quiere que perdamos tiempo y esta carrera hay que iniciarla. Tú sabes, ellos piensan en círculos concéntricos y nosotros en la flecha directo al blanco. Nuestros rivales, qué digo, nuestros enemigos, son una amenaza para nuestra seguridad y para las democracias occidentales del mundo. Se trata de defender nuestra filosofía humanista y estrategia global. Nos preguntamos qué será de los derechos humanos, la libertad de expresión, el derecho al voto, en caso de que este dragón oriental siga expandiéndose por los continentes del sur con su modelo totalitario… lo están consiguiendo a nuestro pesar, y a pesar de nuestras contramedidas para neutralizarlos. Joder! Debemos pararles los pies! Debemos obligar a Taiwán a provocarlos…
Nick— ¿Crees que la gente de la isla con la que quieren provocar una falsa bandera, está madura para dar ese paso sin retorno? Mira lo que pasa en Ucrania, están perdiendo la guerra que nosotros mismos creamos y armamos. Nos derrotaron en Afganistán, huimos de Vietnam, dejamos a Irak y Libia hechos una papilla. Todo por el petróleo… pero fuera de los chips, ¿qué tiene la isla? Le venden el 90% al dragón, así que para qué quieren invadirlos si ya tienen lo que necesitan? La mayoría de esa gente se opondrá a esta guerra que como tú sabes, los destruirá irremediablemente.
Peter— Mira, el gobierno del presidente actual de la isla nos apoya y quiere la independencia y ser reconocido como estado soberano, a pesar de la opinión contraria de la mayoría. Nuestra bendita agencia que todo lo sabe y puede, aunque perdedora de las guerras que acostumbra a sembrar por el mundo, lo empuja al tipo y le promete lo que sabemos no podrá cumplir. Es lo mismo de siempre. Hagamos hoy lo que tal vez no podamos hacer mañana. Ya estamos incendiando el escenario: Tailandia y Camboya ponen leña ardiendo en la frontera de nuestro rival, y en el mar del sur, Filipinas está que trina, por el tema de las aguas territoriales y los deseos del dragón de dominar esas aguas que consideran suyas. Tanto, que cuando don Marcos asuma próximamente la presidencia de la ASEAN, va a torpedear en lo posible los acuerdos comerciales para debilitar esta alianza que beneficia a todos en la región, y principalmente a nuestro dragón. No olvides que nuestro secretario de defensa Pete Hegseth estuvo en Singapur, hace pocos días, para exigir que los aliados gasten más en armamento. Gastan poco estos asiáticos, igual que los europeos, así que hay que obligarlos y castigarlos con las sanciones arancelarias sino cumplen. Hay que aprovechar esta ventana de ocasión para atacar sin piedad.
Nick— Nosotros estamos muy metidos con la operación contra los ayatollahs, Peter. No podemos abrir tantos frentes y participar directamente. Nuestro amigo Bibi, en Oriente Medio, está empeñado vaciar Gaza de palestinos y atacar a los mullas iraníes y hacerlos caer, reemplazar allí también al gobierno y sustituirlo por un régimen amigo, por supuesto defensor de los derechos humanos, como los que todos los demócratas defendemos, tú sabes, libertades, liberación de la mujer, democracia liberal, borrar la sharia y dividir su territorio… bueno, balcanizarlo como a la antigua Yugoslavia… tú sabes. O sea, nuestras falacias de siempre…je,je. Así que, dudo que este sea el mejor momento de desviar recursos hacia otros lugares más lejanos. Tendrá que esperar, dile a tu jefe que estamos muy jugados en rodear a nuestro viejo amigo Vladimir P. para obligarlo a dejar la alianza con el dragón. Este hombre es un hueso duro de roer, pero contamos con algunas herramientas para hacerlo cambiar de opinión, eso dicen nuestros chicos del Pentágono. Joder! No me lo creo, pero no puedo ir contra la corriente. Cuídate, y saluda a tu jefacho. Y sigue disfrutando de esta apacible mañana. Ojalá todo el planeta gozara de mañanas como esta. Pero no nos hacen caso y entonces… La guerra es algo feo, no?
Peter— Bueno, pero seguro que necesaria, Nick. Lo que más me extraña de nuestros aliados es que no le presten atención a la advertencia de Henry Kissinger: Ser enemigo de USA es peligroso, pero ser amigo es fatal. Como puede ser que la gente sea tan tonta?
Nick— No, no es tonta, es corrupta…o corruptible.
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Muy buen relato. Toda coincidencia es casualidad 🤪
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