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miércoles, 24 de octubre de 2018

Una vez más el hongo nuclear en el horizonte

Como a menudo ocurre el flujo de novedades irrelevantes que frecuentemente muchos medios difunden cubre con una nube de humo los sucesos que deberían preocuparnos  más, y considerar el destino de una Humanidad que hoy depende cada vez más de las decisiones de líderes imprevisibles, impulsivos e imbéciles. Desde Jair Bolsonaro que amenaza con arrasar la Amazonia y militarizar su país hasta Donald Trump que propone romper con el tratado de armas nucleares de corto y mediano alcance (INF). Solo estos dos casos nos sumergen en un mundo cada vez más amenazante e inseguro. ¿Pero para qué preocuparnos, si todavía no estamos allí?
                                                                                                                 
La decisión de Donald Trump de romper con el tratado INF de 1987 le da una patada al tablero del acuerdo aún más amplio de No Proliferación  de Armas  Nucleares de 1970 que fue poco a poco limitando e incluso destruyendo  (aunque no impidiendo) el desarrollo de las armas de destrucción masiva que ambas potencias, EEUU. y la URSS, tenían en sus arsenales. Hoy como sabemos el mundo es mucho más complejo, y también lo es el "mundo nuclear". China, India, Pakistán, Israel, Irán, Corea del Norte, Francia, Gran Bretaña y otros para no hacer la lista más larga, cargan en la mochila armamentista con ojivas nucleares por tierra, aire y mar.  Pues sí, si al final Trump y su gobierno logra dar el paso definitivo para desarrollar esas armas porque, argumenta, Rusia lo ha hecho a espaldas del tratado, la amenaza se hace realidad y estaremos otra vez ya no ante una mutua destrucción masiva entre dos grandes potencias sino una destrucción multilateral que envolvería a todos los continentes y sus países, tengan o no armas nucleares.

En cuanto a Brasil y la casi certeza de que Jair Bolsonaro será elegido presidente abre la perspectiva, según sus propias declaraciones, de romper con el tratado de París sobre medio ambiente y clima, prometiendo irresponsablemente dejar abierta la explotación de la Amazonia para producir más soja y ganadería, entre otros productos. Cómo será el impacto de las promesas de Bolsonaro que ya nadie se acuerda de Michel Temer, la usurpación del poder y su nefasta presidencia.
 El ex-capitán es como una caja de Pandora, aún cuando muchos analistas creen que gobernar Brasil debido a su organización política en estados federales, no es fácil de dirigir solo con el criterio unilateral de un gobierno central, la prometida militarización de la política puede desembocar en una nueva realidad iniciada desde Brasilia.
 Tal vez las extremas medidas de corte fascistas y ultranacionalistas sean parte del malabarismo retórico con el que quiere seducir a la clase media y a los marginados de las ciudades prometiendo lo que sería difícil de realizar.  Sin embargo es claro que la sociedad brasileña entra en una fase de canibalismo aún mayor de la que hoy existe. La ultraderecha y el neoliberalismo no desean sociedades más democráticas y económicamente más justas, por el contrario, su ambición es seguir aumentando las desigualdades y la concentración de la riqueza. Ejemplos sobran.

Uno en el norte y otro en el sur, Trump y Bolsonaro forman un dúo que despiertan más incógnitas que certezas, más amenazas que distensión, más injusticia que equidad, más arbitrariedad que legalidad.


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