- Qué es eso de la psicohistoria? Jamás he oído hablar de ella.
- Pocas personas han oído hablar de ella. Es un sistema matemático de análisis social que da como resultado predicciones de futuro.
Isaac Asimov - Fundación e Imperio (publicada en 1952) Se puede ser más visionario?
Pocos conocían a Christopher Wylie hasta que el impacto de su acción sacudió las sociedades norteamericana y la británica, dos campos para la experimentación con la finalidad de manipular a descontentos, frustrados y paranoicos. En una entrevista concedida al periódico sueco Dagens Nyheter (DN) relata Wylie lo arrepentido que está de haber sido tal vez el creador más importante de un sistema de logaritmos (1) introducidos luego en Facebook para producir la revolución cultural que predicaba el ideólogo de la derecha y neofascismo norteamericano, Steve Bannon, asesor de Donald Trump durante la campaña electoral y luego su consejero hasta que cayó en desgracia.
Christopher (Chris) Wylie, canadiense, ya con solo 18 años estaba haciendo una demostración de su capacidad para programar en la campaña del Partido Liberal de Canadá, a pesar que había abandonado sus estudios. Como un autodidacta excepcional desarrolló rápidamente junto a otros expertos programas para apoyar la campaña de aquél partido. Sin embargo pronto se dio cuenta que había alcanzado un techo y se inscribió en la Universidad de Cambridge, en Londres.
No pasó mucho tiempo antes de que el partido Liberal Demócrata, liderado por Nick Clegg, lo contactara para que hiciera el trabajo que había realizado en Canadá, es decir reunir información, construir bases de datos, analizarlos, etc. "La política es como la mafia - uno trata de abandonarla pero de nuevo te empuja adentro", le dice Chris al reportero Linus Larsson del DN, quien lo entrevista.
De esta forma comienza la construcción de programas y logaritmos para llegar a través de internet a sus potenciales votantes. Pero, según su versión, los resultados que él mostraba a la dirección del partido eran desechados, no le creían, lo criticaban por pesimista, y la campaña tomó un rumbo opuesto al que Wylie predicaba . Desencantado abandonó el trabajo y esperó el resultado de las elecciones el 8 de mayo de 2015. De 57 escaños en el Parlamento, el Partido Liberal Demócrata pasó a tener solo 8. Al parecer les costó muy caro no hacerle caso al experto que les advirtió de los errores que estaban cometiendo.
No tuvo que esperar mucho tiempo, cuenta Wylie, para que una empresa con el trivial nombre de Strategic Communications Laboratories (SCL) lo contactara y le ofreciera trabajar como director de investigación de la empresa. La misma se dedicaba a entregar información militar al departamento de defensa de Gran Bretaña y a otros países de la OTAN.
La finalidad de su trabajo era neutralizar potenciales terroristas a través de operaciones de influencia por medio de internet. El blanco de su trabajo eran las redes sociales y sabotear el trabajo de los grupos terroristas como el estado islámico (EI), que usaban internet para influir y reclutar a sus futuros soldados. Concretamente lo que Wylie y su equipo hacían era desarrollar logaritmos que aparecían en las redes sociales e identificaban a las personas más fáciles de influir y en camino a radicalizarse a favor de EI, y que respondían a esos videos que parecían tan inocentes. "Eran armas para la guerra de información contra el terrorismo", afirma, algo que le parecía encomiable ya que potencialmente podía ahorrar miles de vidas a través de métodos no-violentos. Al mismo tiempo reconoce que el método manipulaba, falseaba, engañaba, amedrentaba, obligaba y estafaba. Para Wylie esa campaña con olor a azufre era mejor que bombardearlos desde un dron y causar víctimas mortales.
Entonces ocurrió algo inesperado. La empresa SCL fue comprada por un Multi-Multi Millonario de nombre Robert Mercer, genio de las finanzas. Los que conocen los entresijos de la política estadounidense saben que Mercer financia con millones de dólares las campañas de políticos de derecha e invierte en los medios que expresan estas ideologías. Mercer compró todo. La mayoría del personal, la infraestructura y el conocimiento transformado en logaritmos y derechos de autor, patentes, etc. Y ese arsenal, por consejo del emblemático Steve Bannon, director de la revista Breitbart, será el arma que apuntará a las elecciones de EEUU, donde Donald Trump y Hillary Clinton competían por sentarse en la Casa Blanca.
Así nació Cambridge Analytica, el nuevo nombre que adquirió la antigua SCL, con Steve Bannon como ideólogo , quien soplaba en el oído a Mercer, a Trump y a Wylie como debían actuar para que el Partido Republicano desplazara del poder a los Demócratas. Bannon predicaba a través de la revista Breibart un paradigma que pretendía dar vuelta el panqueque en la sartén: "la política sigue detrás de la cultura. Los que diariamente pretenden combatir a través de escaramuzas políticas intervienen en guerras equivocadas", decía. Según Wyler para Bannon lo importante era obtener la herramienta para la guerra cultural, una guerra de información que finalmente la obtuvo con Chris Wylie como capitán del barco.
El comienzo del ensayo estaba dirigido a los ciudadanos norteamericanos y fue casi como un trabajo antropológico, diagramando los moldes de respuestas, probando las reacciones a través de mensajes, por ejemplo con contenidos racistas. Y la fuente donde obtuvo la fuerza que le dio impulso al proyecto fue Facebook, esa plataforma que nos abraza a tantos, tan simpática y amable.
Era el año 2014 y el generoso investigador que compartió los millones de usuarios (se habla de 50 más tarde corregido a 87 millones de usuarios) fue Aleksandr Kogan a través de un inocente App: "This is your digital Life". Un test instalado en las computadoras de los que aceptaban el desafío y que entregaría a Cambridge Analytica una invalorable información.
Y no solo acceso a su propio perfil, también al de los amigos, que pronto rebasaron fronteras expandiéndose como una "mancha voraz". Aquí en Suecia se contabilizaron más de 55 000 usuarios "pescados" por la red de C. Analytica. Entonces las super-computadoras empezaron a analizar los datos y de ese modo poder predecir lo que cada usuario piensa, lo que les gusta, que los conmueve, si son inclinados a creer en ciertas cosas, cuán temerosos son. Un amplio mapa sobre la personalidad de cada uno para apretar allí en el punto más sensible.
Según Wylie el diagrama estaba dirigido principalmente a los que abrigaban ideas conspirativas cercanas a la paranoia, los descontentos e inseguros de sí mismos, los que mentalmente no se sienten bien. El objetivo es destruir la poca confianza que tengan en sí mismos, reforzar sus impulsos, confundirlos y volverlos ansiosos e inquietos. Al final los usuarios fueron conducidos como una manada de ovejas hacia el convencimiento de que eran muchos los que pensaban igual que ellos, por ejemplo en la cuestión de que todos estaban furiosos con "las inmigrantes que se hacían abortos". El llamado movimiento Alt-Right nace de esta manera, "autoconvocados" y convencidos de que es algo original que nace entre la población porque el gobierno no hace como se espera, según la paranoia del manipulado.
La conclusión que Wylie ha sacado del trabajo que él mismo denunció e hizo público es que
C. Analytica se "apropió de una técnica para combatir el terrorismo y proteger a los ciudadanos y en cambio la dirigió en contra de ellos".
Durante la campaña el experto en logaritmos escuchó decir repetidas veces a Donald Trump frases que habían sido parte de la guerra cultural en FB, "build de wall" (construir el muro) en la frontera con México o "drain the swamp"(drenar el pantano) refiriéndose a los inmigrantes.
Luego el mismo método se usaría para el Brexit británico en la campaña del plebiscito. Un éxito más de la manipulación logarítmica al ganar el SÍ y abandonar a la Unión Europea.
En definitiva, la revolución cultural de Bannon ha sido un factor muy importante (junto a la interferencia rusa?) que contribuyó a catapultar a la presidencia a Donald Trump cada vez más cuestionado, aunque él y muchos millones crean lo contrario, y un Brexit cada vez más complicado y que puede ser la tumba política de la PM Theresa May si fracasa.
Facebook y su CEO Mark Zuckerberg tuvieron que pedir perdón por la manipulación de los datos de los usuarios, la empresa perdió miles de millones en La Bolsa y C Analytica fue a la quiebra y despareció del mapa.
¿Final de la manipulaciones? Pues parece que no, cuatro de los integrantes de la empresa cerrada fundaron una nueva, Data Propia, que según la agencia de noticias AP ya están preparando la campaña de reelección de Donald Trump para 2020. La herramienta ya está bien aceitada y solo hay que aplicarla con un equipo que sepa manejarla.
Chris Wylie es un "delator" más junto a otros que se han ido sumando en estos últimos años para descubrir los innumerables esqueletos en los armarios del poder. La esperanza es que sigan apareciendo y nos hagan conscientes de los riesgos que se ocultan detrás de tantos simpáticos mensajes en las redes sociales. Una hidra de mil cabezas que pierde una y nacen cien. ¡OJO!!
(1) Quien desee saber cómo se utilizan los logaritmos en distintos campos de la ciencia y vida cotidiana pueden visitar el siguiente enlace donde hay varios ejemplos.
http://www.cided.org/mod/forum/discuss.php?d=1483
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- Pocas personas han oído hablar de ella. Es un sistema matemático de análisis social que da como resultado predicciones de futuro.
Isaac Asimov - Fundación e Imperio (publicada en 1952) Se puede ser más visionario?
Pocos conocían a Christopher Wylie hasta que el impacto de su acción sacudió las sociedades norteamericana y la británica, dos campos para la experimentación con la finalidad de manipular a descontentos, frustrados y paranoicos. En una entrevista concedida al periódico sueco Dagens Nyheter (DN) relata Wylie lo arrepentido que está de haber sido tal vez el creador más importante de un sistema de logaritmos (1) introducidos luego en Facebook para producir la revolución cultural que predicaba el ideólogo de la derecha y neofascismo norteamericano, Steve Bannon, asesor de Donald Trump durante la campaña electoral y luego su consejero hasta que cayó en desgracia.
Christopher Wylie en Estocolmo. Portada de DN en la página web del periódico. |
Christopher (Chris) Wylie, canadiense, ya con solo 18 años estaba haciendo una demostración de su capacidad para programar en la campaña del Partido Liberal de Canadá, a pesar que había abandonado sus estudios. Como un autodidacta excepcional desarrolló rápidamente junto a otros expertos programas para apoyar la campaña de aquél partido. Sin embargo pronto se dio cuenta que había alcanzado un techo y se inscribió en la Universidad de Cambridge, en Londres.
No pasó mucho tiempo antes de que el partido Liberal Demócrata, liderado por Nick Clegg, lo contactara para que hiciera el trabajo que había realizado en Canadá, es decir reunir información, construir bases de datos, analizarlos, etc. "La política es como la mafia - uno trata de abandonarla pero de nuevo te empuja adentro", le dice Chris al reportero Linus Larsson del DN, quien lo entrevista.
De esta forma comienza la construcción de programas y logaritmos para llegar a través de internet a sus potenciales votantes. Pero, según su versión, los resultados que él mostraba a la dirección del partido eran desechados, no le creían, lo criticaban por pesimista, y la campaña tomó un rumbo opuesto al que Wylie predicaba . Desencantado abandonó el trabajo y esperó el resultado de las elecciones el 8 de mayo de 2015. De 57 escaños en el Parlamento, el Partido Liberal Demócrata pasó a tener solo 8. Al parecer les costó muy caro no hacerle caso al experto que les advirtió de los errores que estaban cometiendo.
No tuvo que esperar mucho tiempo, cuenta Wylie, para que una empresa con el trivial nombre de Strategic Communications Laboratories (SCL) lo contactara y le ofreciera trabajar como director de investigación de la empresa. La misma se dedicaba a entregar información militar al departamento de defensa de Gran Bretaña y a otros países de la OTAN.
La finalidad de su trabajo era neutralizar potenciales terroristas a través de operaciones de influencia por medio de internet. El blanco de su trabajo eran las redes sociales y sabotear el trabajo de los grupos terroristas como el estado islámico (EI), que usaban internet para influir y reclutar a sus futuros soldados. Concretamente lo que Wylie y su equipo hacían era desarrollar logaritmos que aparecían en las redes sociales e identificaban a las personas más fáciles de influir y en camino a radicalizarse a favor de EI, y que respondían a esos videos que parecían tan inocentes. "Eran armas para la guerra de información contra el terrorismo", afirma, algo que le parecía encomiable ya que potencialmente podía ahorrar miles de vidas a través de métodos no-violentos. Al mismo tiempo reconoce que el método manipulaba, falseaba, engañaba, amedrentaba, obligaba y estafaba. Para Wylie esa campaña con olor a azufre era mejor que bombardearlos desde un dron y causar víctimas mortales.
Entonces ocurrió algo inesperado. La empresa SCL fue comprada por un Multi-Multi Millonario de nombre Robert Mercer, genio de las finanzas. Los que conocen los entresijos de la política estadounidense saben que Mercer financia con millones de dólares las campañas de políticos de derecha e invierte en los medios que expresan estas ideologías. Mercer compró todo. La mayoría del personal, la infraestructura y el conocimiento transformado en logaritmos y derechos de autor, patentes, etc. Y ese arsenal, por consejo del emblemático Steve Bannon, director de la revista Breitbart, será el arma que apuntará a las elecciones de EEUU, donde Donald Trump y Hillary Clinton competían por sentarse en la Casa Blanca.
Así nació Cambridge Analytica, el nuevo nombre que adquirió la antigua SCL, con Steve Bannon como ideólogo , quien soplaba en el oído a Mercer, a Trump y a Wylie como debían actuar para que el Partido Republicano desplazara del poder a los Demócratas. Bannon predicaba a través de la revista Breibart un paradigma que pretendía dar vuelta el panqueque en la sartén: "la política sigue detrás de la cultura. Los que diariamente pretenden combatir a través de escaramuzas políticas intervienen en guerras equivocadas", decía. Según Wyler para Bannon lo importante era obtener la herramienta para la guerra cultural, una guerra de información que finalmente la obtuvo con Chris Wylie como capitán del barco.
El comienzo del ensayo estaba dirigido a los ciudadanos norteamericanos y fue casi como un trabajo antropológico, diagramando los moldes de respuestas, probando las reacciones a través de mensajes, por ejemplo con contenidos racistas. Y la fuente donde obtuvo la fuerza que le dio impulso al proyecto fue Facebook, esa plataforma que nos abraza a tantos, tan simpática y amable.
Era el año 2014 y el generoso investigador que compartió los millones de usuarios (se habla de 50 más tarde corregido a 87 millones de usuarios) fue Aleksandr Kogan a través de un inocente App: "This is your digital Life". Un test instalado en las computadoras de los que aceptaban el desafío y que entregaría a Cambridge Analytica una invalorable información.
Y no solo acceso a su propio perfil, también al de los amigos, que pronto rebasaron fronteras expandiéndose como una "mancha voraz". Aquí en Suecia se contabilizaron más de 55 000 usuarios "pescados" por la red de C. Analytica. Entonces las super-computadoras empezaron a analizar los datos y de ese modo poder predecir lo que cada usuario piensa, lo que les gusta, que los conmueve, si son inclinados a creer en ciertas cosas, cuán temerosos son. Un amplio mapa sobre la personalidad de cada uno para apretar allí en el punto más sensible.
Según Wylie el diagrama estaba dirigido principalmente a los que abrigaban ideas conspirativas cercanas a la paranoia, los descontentos e inseguros de sí mismos, los que mentalmente no se sienten bien. El objetivo es destruir la poca confianza que tengan en sí mismos, reforzar sus impulsos, confundirlos y volverlos ansiosos e inquietos. Al final los usuarios fueron conducidos como una manada de ovejas hacia el convencimiento de que eran muchos los que pensaban igual que ellos, por ejemplo en la cuestión de que todos estaban furiosos con "las inmigrantes que se hacían abortos". El llamado movimiento Alt-Right nace de esta manera, "autoconvocados" y convencidos de que es algo original que nace entre la población porque el gobierno no hace como se espera, según la paranoia del manipulado.
La conclusión que Wylie ha sacado del trabajo que él mismo denunció e hizo público es que
C. Analytica se "apropió de una técnica para combatir el terrorismo y proteger a los ciudadanos y en cambio la dirigió en contra de ellos".
Durante la campaña el experto en logaritmos escuchó decir repetidas veces a Donald Trump frases que habían sido parte de la guerra cultural en FB, "build de wall" (construir el muro) en la frontera con México o "drain the swamp"(drenar el pantano) refiriéndose a los inmigrantes.
Luego el mismo método se usaría para el Brexit británico en la campaña del plebiscito. Un éxito más de la manipulación logarítmica al ganar el SÍ y abandonar a la Unión Europea.
En definitiva, la revolución cultural de Bannon ha sido un factor muy importante (junto a la interferencia rusa?) que contribuyó a catapultar a la presidencia a Donald Trump cada vez más cuestionado, aunque él y muchos millones crean lo contrario, y un Brexit cada vez más complicado y que puede ser la tumba política de la PM Theresa May si fracasa.
Facebook y su CEO Mark Zuckerberg tuvieron que pedir perdón por la manipulación de los datos de los usuarios, la empresa perdió miles de millones en La Bolsa y C Analytica fue a la quiebra y despareció del mapa.
¿Final de la manipulaciones? Pues parece que no, cuatro de los integrantes de la empresa cerrada fundaron una nueva, Data Propia, que según la agencia de noticias AP ya están preparando la campaña de reelección de Donald Trump para 2020. La herramienta ya está bien aceitada y solo hay que aplicarla con un equipo que sepa manejarla.
Chris Wylie es un "delator" más junto a otros que se han ido sumando en estos últimos años para descubrir los innumerables esqueletos en los armarios del poder. La esperanza es que sigan apareciendo y nos hagan conscientes de los riesgos que se ocultan detrás de tantos simpáticos mensajes en las redes sociales. Una hidra de mil cabezas que pierde una y nacen cien. ¡OJO!!
(1) Quien desee saber cómo se utilizan los logaritmos en distintos campos de la ciencia y vida cotidiana pueden visitar el siguiente enlace donde hay varios ejemplos.
http://www.cided.org/mod/forum/discuss.php?d=1483
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