El regreso de un Ego+

 Otra vez en el centro de la atención pública norteamericana, a la  que el protagonista considera como una arena circense y que es nada menos que un tribunal de Nueva York. Donald Trump, en su más típica actitud de individuo intocable e impune, negando por supuesto cualquier delito de las 34 imputaciones de las que se le acusan, entre ellas soborno a la "estrella" porno Stormy Daniels y una variedad de delitos de evasión de impuestos, dolo, manipulación de medios financieros de la campaña electoral pasada, apropiación de documentos secretos, etc. 

Por supuesto que el rey de los cínicos e hipócritas disfruta del papel que juega en el centro del show a través de las cámaras y micrófonos, un espectáculo donde desarrolla sus artes histriónicas buscando ridiculizar al fiscal y quitarle importancia o validez a los delitos por los que se le acusa. Convertir el juicio en una payasada le da la oportunidad de transformarla en una plataforma para su campaña electoral de 2024. 

Sin dudas que en eso arriesga transformarse la causa presente abierta contra suyo, ayudado además por los medios de comunicación y redes sociales de cómplices que profitaron durante su gobierno, o por la redomada estupidez de los partidarios que se tragan los  sapos vivos que salen de la boca de Donald con cuatro o cinco frases que con arte de prestidigitador les golpea el corazón. La mejor estrategia para ganar elecciones o por lo menos pelearlas, se ha comprobado en muchos lugares del mundo. En eso la humanidad no ha cambiado tanto a pesar de los cambios tecnológicos. Bueno, en realidad se valen de ellos para manipular aún con más sofisticación la verdad, mentir y convencer a los más incautos. 

En esa imagen del periódico Politiken de Dinamarca, Donald, con la gorda popa apunta al futuro. Veremos si logra abrirse paso con ella en una cada vez más cuestionada "democracia" norteamericana. Si lo logra su victoria marcará un antes y un después para una sociedad que moralmente se acerca cada vez más a un fracaso total del liberalismo, y un triunfo del autoritarismo más intolerante y fanático.

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