Ministro desnorteado y desnudo de ideas

 La interpelación del FA al ministro del Interior Luis Alberto Heber resultó finalmente en una demostración de las graves carencias de gestión de un ministro que aterrizó en ese cargo después de ser cuestionada su período al frente del ministerio de Obras Públicas y Transporte por el contrato del puerto con Katoen Natie . El fallecimiento de Jorge Larrañaga que ocupaba el ministerio del Interior obligó al presidente Luis A Lacalle (otro Luis Alberto para la larga lista de políticos blancos y familias del entorno que prefieren ese nombre) a realizar el enroque con Heber quien es una especie de comodín, de joker del presidente ante la falta de políticos y profesionales preparados para esa gestión dentro del PN. Alardeaba en campaña el entonces candidato a la presidencia de que estaban preparados para el cambio para mejor, y día a día demuestran las calamidades que están dispuestos a ejecutar en muchas de las responsabilidades asumidas. Las retumbantes fugas de las cárceles de narcos, secuestros en las propias cárceles de reclusos sometidos a toruras, las condiciones de hacinamiento de las mismas y la falta de normas, organización y personal; las contradictorias versiones del ministro sobre esos episodios, y en otro orden de cosas las normas restrictivas para acreditar las denuncias por violencia de género que han impuesto son apenas la punta del iceberg de una realidad que desborda al gobierno de la alianza multicolor, o lo hace cómplice con los delincuentes. Mientras tanto el presidente se pavonea en los foros internacionales hablando de libertad y democracia donde pone al país como ejemplo en contraste con sus dos antítesis: Cuba y Venezuela, los dos caballitos de batalla preferidos por la derecha neoliberal y "autoritarios democráticos" del continente, que no ahorran epítetos para condenar a los vecinos mientras en su propio barrio se violan derechos fundamentales disimulados con la fachada de encuestas que realzan la popularidad del momento del presidente y su gobierno mientras hacen agua por todos los costados.

La falta de criterios de buena gobernanza y la corrupción a nivel ministerial (último escándalo la renuncia del ministro de Turismo Germán Cardoso) y a nivel local con intendentes y alcaldes en proceso o condenados, blancos y colorados, deja a estos partidos con el flanco más que dañado al demostrar en la práctica que asumieron el gobierno para "forrarse", como se dice en el lenguaje popular. Ya lo venían haciendo desde hace mucho tiempo, muchas veces con la complicidad de policías, fiscales y jueces que con escasas excepciones, no abren procesos contra los presuntos delincuentes por errores en la investigación, formalidades salteadas, pruebas desaparecidas, etc. o en último caso arrestos domiciliaros con pulsera electrónica porque las cárceles no son ambientes para la "gente de bien". Los "bonis" como les llamaban en la antigua Roma.

Los delincuentes de cuello blanco y los que son cómplices de las cadenas del narcotráfico en el medio rural, productores que desean hacer una extra si los negocios no van tan bien, se encuentran con una malla de pesca con grandes "buracos" por donde pasar desapercibidos, salvo si el desparpajo y sentimiento de impunidad no los enceguece y violan los códigos más elementales de los delincuentes o no reparten la torta como se debe. En todo caso la bancada del FA le pidió la renuncia al ministro Heber que reconoció que no estaba preparado para esta gestión ni tiene equipo que lo respalde. Pero la mayoría multicolor y el presidente lo respaldan, así que por ahora está a salvo. Anunció por supuesto una promesa de que formará un grupo de "expertos" en seguridad para esa tarea. Una flaca promesa que sin dudas está horadando junto a otras carencias las bases mismas de una alianza multicolor que rechina en sus cimientos.

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